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Miniaturas de los siglos XVI y XVII en Inglaterra (Fisionomías XXVI)

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Faust. Libros de viejo. Gotemburgo. Foto R.Puig

Faust Antikvariat.  Libros de viejo. Göteborg. Foto R.Puig

Cuando Carl Winter (1906-1966), director del Fitzwilliam Museum de Cambridge publicaba en 1943 su pequeño tratado (en octavo) sobre la “Miniaturas isabelinas” (‌Elizabethan Miniatures, Penguin Books) no podía pensar que un día de 2016, un peatón curioso se detendría ante los anaqueles en los que el mejor librero de viejo de Gotemburgo suele instalar las gangas cuando no llueve, y adquiriría por 10 coronas suecas (poco más de un euro) su breve tratado en la reedición de 1955.

Miniaturas elizabetianas

Miniaturas elizabetianas

Casi todo lo que cuento e ilustro aquí procede de su libro. Por cierto, que Winter, además de un importante historiador del Arte, fue también uno de los principales valedores de la descriminalización de la homosexualidad en Gran Bretaña (de lo que se cumplen 50 años en 2017) con su testimonio como “Mr.White” ante el Comite  Wolfenden.

 

‌Portada de Elizabethan Miniatures. Carl Winter, Penguin Books 1955

‌Portada de Elizabethan Miniatures. Carl Winter, Penguin Books 1955

El cuerpo de letra del libro no es apto para présbitas, pero hace honor al tema del libro. Así que ya estaba yo a punto de renunciar a la ganga, cuando abrí las páginas de las ilustraciones y, para empezar, me topé con una de la mano del alemán Hans Holbein el Joven (1497? – 1543), el rostro de Ana de Cleves (1515-1557), la cuarta mujer de Enrique VIII, en un delicada miniatura cuasi circular de 3.12/35 cm de diámetro que el artista terminó hacia agosto de 1539 en el castillo de Düren, en Alemania. De allá se aprestaba a viajar la joven para casarse con aquel barbazul y para allá tuvo antes que viajar el artista de prisa y corriendo, desde Londres, por orden del monarca inglés, quien quería ver que aspecto tenía aquella que por alianzas dinásticas se proponía desposar.

Ana tuvo la suerte de morir de muerte natural, aunque su matrimonio no se consumó y duró sólo seis meses. En este retrato prenupcial está mirando a la cámara como una inocente oveja destinada al sacrificio, pero tendría la suerte de no acabar decapitada como su antecesora en el tálamo. Ella fue simplemente jubilada a los venticuatro años y, aunque para no disgustar al aliado carolingio, Enrique VIII le dio tierras y castillo en Inglaterra.

Anna de Clves. Miniatura por Hans Holbein. Victoria and Albert Museum

Anna de Cleves. Miniatura por Hans Holbein. Victoria and Albert Museum

El rey se sintió engañado por quienes se la habían pintado como agraciada, sin sospechar que aparte las marcas de la viruela, la joven no era de figura donosa como le habían dicho. En todo caso, la información gráfica solicitada previamente por el monarca nos ha valido esta pequeña maravilla sobre pergamino y el estupendo retrato que de la princesa alemana hizo Holbein,  también sobre pergamino, y que se puede admirar en el Louvre. Ambos retratos son obras de la madurez de Holbein, cuatro años antes de su muerte en Londres en el otoño de 1543. Lo más probable es que se trajese el retrato de la cabeza a Londres y que acabase los detalles de vestido y joyas del ejemplar del Louvre en Inglaterra cuando la novia ya había llegado y pensamientos menos ilusorios la embargaban.

Anne de Cleves por HansHolbein el Joven. Museo del Louvre. Foto Wikimedia Commons

Anne de Cleves por Hans Holbein el Joven. Museo del Louvre. Foto Wikimedia Commons

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A lo que íbamos; con una buena lámpara, y a ratos la ayuda de una lupa, he leído este librito con creciente interés, aprendiendo todo lo que no sabía sobre el arte del retrato en miniatura, nacido de la maestría del limning de retratos de los últimos artistas iluminadores de códices en el Flandes del siglo XVI, mantenida por grabadores y orfebres, y con quien Hans Holbein se instruyó en esa técnica minuciosa en Amberes. Precisamente, el genial pintor, diseñador de orfebrería y miniaturista, que llegó a Inglaterra con una carta de recomendación de Erasmo de Rotterdam, acabó siendo el artista preferido de la Corte de Enrique VIII y el modelo del que aprendieron los miniaturistas al servicio de la reina Isabel de Inglaterra (1533-1603) y de su sucesor Jacobo I (1566-1625).

Y ya que estamos en la Corte, comencemos por

Los retratos monárquicos y cortesanos

El pintor y miniaturista inglés que destacaría sobre todos los demás se llamaba Nicholas Hillyarde (1547-1619), aunque pasó a la historia como Nicholas Hilliard (pronunciado a la francesa) y escribió hacia 1600 un Tratado sobre el Arte de la Iluminación (“A Treatise concerning the Arte of Limning”) en el que no cesa de proclamar su admiración y su deuda con Hans Holbein y con la obra gráfica de Durero. 

Nicholas Hillyarde. Autorretrato (3.35/02 cm) a los 30 años (1577)

Nicholas Hillyarde. Autorretrato (3.35/02 cm) a los 30 años (1577)

Sobre su obra, he encontrado una excelente memoria de investigación de la francesa Céline Cachaud publicada este año, en la que esta estudiante de Historia del Arte se refiere también a los trabajos de Carl Winter sobre el artista de Ia corte de la reina Isabel I de Inglaterra. 

Estos delicados retratos se realizaban, a la témpera y con finísimos pinceles, en pergamino encolado sobre cartulinas de naipes. A menudo se recortaba una carta de corazones, pues solían ser prendas de amor, a veces lujosamente enmarcadas dentro de medallones y colgantes, que tenían una vida ajetreada, por lo que los colores no han mantenido casi nunca su esplendor original.

Pero aún así… y a pesar de que, como comenta Carl Winter, la reina Isabel I luce una generosa peluca que cubre su escasa cabellera, este diminuto retrato deja bastante claro que no se andaba con chiquitas.

La reina Isabel por Nicholas Hillyarde (5.89 x 3.35 cm).

La reina Isabel por Nicholas Hillyarde (5,89 x 3,35 cm). Victoria and Albert Museum

Como explicaba el artista en su Tratado, las sombras hay que hacerlas con delicadas líneas siguiendo la técnica de los grabados de Durero.

Y aquí tenemos de nuevo a la hija de Ana Bolena. Aunque los colores de la piel se hayan perdido, los detalles de ropajes y joyería han perdurado mal que bien, en otra miniatura, también de Nicholas Hillyarde, quien parece haber encontrado gusto al fondo de lujosa pañería aterciopelada, mientras la reina aprovecha para seguir mostrando su costosísima parafernalia que, según parece, sigue en gran parte en las arcas de de la Casa Real británica.

La reina Isabel de Inglaterra por Nicholas Hillyarde

La reina Isabel de Inglaterra por Nicholas Hillyarde (5,8 x 7,1 cm). Victoria and Albert Museum

Pero, también su competidor, el francés, de familia de hugonotes refugiados en Inglaterra, Isaac Oliver  (fallecido en 1617), quien acabó por robarle a Hillyarde la atención de la Corte, pintó el retrato de la reina en una miniatura oval, que ha llegado a nuestros día bastante desvaído y probablemente inacabado. No sería extraño que viendo que la soberana iba quedando desfavorecida, ni siquiera se lo mostrase. Ya sabemos cómo se la gastaban entonces los reyes y reinas ingleses cuando alguien les disgustaba.

Se puede apreciar la influencia renacentista italiana que diferencia su obra de la de su contemporáneo inglés.

Isabel I de Inglaterra por Isaac Oliver (5,48 x 5,89 cm). Victoria and Albert Museum

Isabel I de Inglaterra por Isaac Oliver (5,48 x 5,89 cm). Victoria and Albert Museum

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Lo que no disgustaba a la reina era ir cambiando de favorito de vez en cuando.

Uno de ellos fue el Conde (Earl) de Cumberland, George Clifford (1558- 1605), a quien aquí vemos a sus veinticinco añitos, revestido de todo lo necesario para entrar en torneo como campeón de la reina Isabel  (vease el detalle del guante de la monarca enganchado a su sombrero).

George Clifford como Queen's Champion. por Nicholas Hillyarde

George Clifford pintado como Queen’s Champion por Nicholas Hillyarde (27,4 x 17,7 cm). National Maritime Museum Greenwich

En esta miniatura, más grande lo habitual, el maestro Hillyarde ha usado un fondo paisajista tomado de los grabados de Durero. La verdad es que el haber sido favorito de la reina no ayudó al conde a salvar su matrimonio  -la condesa consorte obtuvo el divorcio- ni a morir viejo. Las expediciones corsarias de este marino de guerra, como tampoco las de Sir Francis Drake, no fueron del agrado de las flotas españolas de la época.

En cualquier caso, tuvo más suerte que este otro favorito de la reina, Robert Devereux, (1566-1601) conde de Essex, quien, si durante un tiempo hizo perder la cabeza a Isabel  (en el retrato se le ve guaperas y a los veinte años ya pasaba las noches con la reina que tenía más de sesenta), a final quien la perdió de verdad fue él mismo, ejecutado por alta traición cuando no había cumplido treinta y cinco años. Servir a los Tudor y llegar a viejo no era lo corriente; lo que en el caso de Isabel I -decapitadora e hija de una decapitada y de su marido decapitador y feminicida- no deja de tener su intríngulis.

Robert Devereux por Isaac Oliver (5,08 x 4,57 cm). Victoria and Albert Museum

Robert Devereux por Isaac Oliver (5,08 x 4,57 cm). Victoria and Albert Museum

También murió joven, a los dieciocho años, el prícipe Henry Frederick  (1594-1612) hijo de Jacobo I (1566-1625) y de Ana de Dinamarca (1574-1619), aunque tuvo tiempo de ser retratado con toga romana por Isaac Oliver antes de sucumbir a unas fiebres tifoideas.

Enrique Federico Estuardo por Isaac Oliver (5,33 x 4,57 cm) Fitzwilliam Museum Cambridge

Enrique Federico Estuardo por Isaac Oliver (5,33 x 4,57 cm) Fitzwilliam Museum Cambridge

Es una miniatura con dos perfiles, la del llorado príncipe de Gales y la de su madre, a la que se ve ajada, probablemente por las preocupaciones que acompañaron a esta católica resignada, entre otras cosas, a ver como le habían privado de la compañía de su hijo para entregar su educación a preceptores protestantes puritanos y, más adelante, a ser testigo de los altercados entre el heredero y su padre.

Ana de Dinamarca por Isaac Oliver (5,33 x 4,57 cm) Collección Real del Castillo de Windsor

Ana de Dinamarca por Isaac Oliver (5,33 x 4,57 cm) Colección Real del Castillo de Windsor

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Más rostros para el recuerdo

A Edward Norgate (1581 – 1650)  se le vino el mundo encima cuando perdió a su esposa cuando el tenía 35 años y ella 25. Como era un reconocido miniaturista (y autor de un tratado sobre la materia) su forma de perpetuarla en el recuerdo consistió en este medallón de 5,84 por 3,12 cm en cuyo reverso escribió el encomio póstumo de ella:

Non obijt sed abijt. Pudicitiae, Pietatis, et Venustatis rarissimus decus. Suavissimae Conjugi Ed: Norgate

Ella no ha muerto: se ha ido. Ornada de las más selectas cualidades de Modestia, Afecto y Belleza. A su muy dulce esposa, Ed: Norgate

Judith Norgate por Edward Norgate. 1617. Victoria and Alebrt Museum

Judith Norgate por Edward Norgate. 1617  (5,84 x 3,12 cm)     Victoria and Albert Museum

Como lo cortés no quita lo valiente, el artista se casó de nuevo dos años después.

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También esta miniatura tiene algo que ver con una mujer que parece habitar en las nubes. El elegante caballero que, “en el año del Señor de 1588”, aferra una delicada mano de dama que llega de lo alto, parece absorto en un dilema amoroso que se formula con la misteriosa frase “amoris attici ergo”, que traducida literalmente vendría a decir “a causa del amor ático”. Especular se puede… pero, en todo caso, el retratado y su retratista, Nicholas Hillyarde, han dejado la respuesta pendiente de las nubes, digamos que “blowing in the clouds”.

Un desconcido por Nicholas Hillyarde, 1588 (5,84 x 3,32). Victoria and Albert Museum

Un desconcido por Nicholas Hillyarde, 1588 (5,84 x 3,32). Victoria and Albert Museum

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¿Qué decir de este joven en camisón que arde literalmente con el fuego del amor?  Tanta es su pasión que, además de mantener cerca de su corazón un colgante del que pende sin duda el retrato de la amada, ha querido ser pintado con un fondo de llamas. ¿Fue esta miniatura un obsequio a la amada, para que, mientras él navegaba en un navío de guerra o simplemente viajaba comerciando por el continente, contemplase su imagen en la soledad de su lecho?

En verdad, este tipo de prendas de amor tienen su vertiente fetichista

Retrato de amante desconocido por Nicholas Hillyarde ( )

Retrato de amante desconocido por Nicholas Hillyarde (5,66 x 5,33 cm) Victoria and Albert Museum

Por cierto, que el pergamino está pegado sobre un as de corazones…

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Podríamos seguir hasta agotar está colección llena de miga, pero  lo dejaremos aquí.

Nada mejor que despedirmos con un personaje pensativo y atormentado, en medio de un jardín florido con la mano sobre el corazón. Este no era partidario del pijama y las llamas, prefería un entorno bucólico en el que su propio rostro surge de una golilla a modo de corola y sus negros rizos están reclamando los finos dedos de su amada.

En la parte superior del medallón se puede leer el siguiente motto:

Mi probada fidelidad es causa de mi dolor

My praised faith procures my pain

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En fin, como en las seguidillas… allá va la despedida. Y nada mejor que, tal como habíamos comenzado, nos despidamos con una miniatura de Hans Holbein, el maestro indiscutible a cuyo nivel, no obstante sus calidades, los demás miniaturistas que les sucedieron en Inglaterra.

Esta miniatura que segun Winter representaba una dama de la Corte inglesa, ha sido más tarde identificada como Jane Small  (c. 1518–1602) casada en primeras nupcias con un comerciante de ropa.

Jane Small a los 23 años por Hans Holbein. Victoria and Albert Museum

Jane Small a los 23 años por Hans Holbein. Victoria and Albert Museum. Fuente Google Cultural Institute

Es un prodigioso trabajo de Hans Holbein tres años antes de su muerte, de poco más de cinco centímetros de diámetro, pintado hacia 1540, seguramente en el estudio del artista. No hay joyas, sólo un clavel, símbolo de esponsales, que cuelga de su cuello, y una ramita verde entre el pulgar y el índice de su mano izquierda. En su simplicidad es considerado uno de las obras maestras de la historia del retrato. Los demás palidecen frente a este.


Referencias

Carl Winter, Elizabethian Miniatures, Middlesex, The King Penguin Books, 1955 (1943)

Hans Holbein, Paul Mantz, dessins et gravures sous la direction de Edouard Liévre, Paris, A.Quintin, 1879



Breverías erasmianas (XXVIII): de animales y de hombres

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El alce nos observa.Foto R.Puig

El alce nos observa.Foto R.Puig

De paseo por el parque

Hace unos días estuve visitando con mis nietos el parque de Slottsskogen (“el bosque del castillo”) en Gotemburgo y observando a los animales que viven ahí. Aunque en algunos casos, somos más bien nosotros los observados.

Los alces, repantingados, nos contemplan o pasan olímpicamente de nosotros…

Pareja. Foto R.Puig

Pareja. Foto R.Puig

A los “pingüinos de Humboldt”tampoco les importamos mucho…

Esperando a Godot. Foto R.Puig

Esperando a Godot. Foto R.Puig

ellos a lo suyo, moviendo sus torpes caderas, pero siempre de etiqueta…

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o surcando las aguas como torpedos

Como pinguinos en el agua. Foto R.Puig

Como pingüinos en el agua. Foto R.Puig

Las ocas ni se dignan mirarnos

Las damas exquisitas. Foto R.Puig

Las damas exquisitas. Foto R.Puig

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En el Museo de Historia Natural de Gotemburgo

Claro que, para animales de otras latitudes, hemos de contentarnos con su presencia para siempre inmóvil en el museo, dentro del mismo parque.

El término “historia natural” creo que lo popularizó Plinio el Joven con su Naturalis Historia de entretenida lectura, en la que se mezclan datos y descripciones acertadas junto con lo que los romanos imaginaban sobre especies lejanas. Más o menos como antes había hecho Aristóteles en su Historia de los animales.  

Para siempre pensativo. Foto Dimitris Papadopoulos

Para siempre pensativo. Foto D. Papadopoulos

La visita tiene algo de mágico y melancólico. Leyendo todas las cartelas explicativas podríamos pasar horas y días. Así sabemos la procedencia del animal, la fecha en que su cuerpo fue disecado, etc.

Por un lado es algo triste, por otro es un homenaje a las especies que comparten el planeta con nosotros y una fuente inagotable de conocimientos. En general da la impresión de que los taxidermistas han buscado presentar la fisionomía amable, casi humanizada de los mamíferos.

Aquí ni frío ni calor.Foto R.Puig

Aquí ni frío ni calor.Foto R.Puig

Recuerdo alguna visita con mi padre o mi abuelo al de Madrid, en el Paseo de la Castellana. Pienso que el interés por la zoología y por los animales que suscitaban estos museos, sobre todo en aquellos años lejanos, cuando no había tantas reservas naturales como hoy y los viajes a safari parks no existían, ni teníamos programas televisivos que pudiesen sustituir el encuentro directo con la fauna del mundo, y, además,  faltaba tanto para que internet nos lo pusiese en bandeja.

Ni pincho ni corto..Foto R.Puig

Ni pincho ni corto.Foto R.Puig

Salvo en alguna película americana en technicolor, al estilo de Mogambo, en la que Clark Gable se paseaba con Grace Kelly en salakot por las sabanas africanas, no era fácil que viésemos un rinoceronte o un hipopótamo en movimiento.

Aquí duermo.Foto R.Puig

Aquí duermo.Foto R.Puig

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Otras evocaciones

Pero me van a disculpar si, al hilo de esta visita, y porque el año que viene de acabar no deja sólo añoranzas y alegrías, vuelvo a alguna analogía de los escritos de Erasmo contra la guerra…

Erasmo no aludía a un oso disecado, sino posiblemente a un espectáculo organizado en alguna celebración cortesana de aquellas que emperadores y reyes tenían el dudoso gusto de organizar, cuando escribía:

¿Quieres saber cuán feroz es la guerra, cuán horrible, cuán indigna es del hombre? ¿No has visto nunca a un león peleando con un oso? ¡Qué fauces, qué rugidos, qué jadeos, qué ferocidad, qué carnicería! Al espectador, aunque esté a salvo, se le ponen los pelos de punta.

¿Algo que objetar Foto R.Puig

¿Algo que objetar ? Foto R.Puig

Sólo los poderosos podían pagarse el espectáculo de un león vivo (el rey de Portugal organizó incluso un combate  entre un rinoceronte y un elefante) enfrentándolo con un oso

El león que rugió. Foto D. Papadopoulos

El león que rugió. Foto D. Papadopoulos

También eran ellos los que organizaban las guerras que Erasmo denunciaba cuando continuaba así:

Pero mucho más horrible, mucho más feroz es la visión de un hombre cargado de armas y venablos atacando a otro hombre. ¿Quién creería, dime, que se trata de seres humanos si la costumbre del mal no nos hubiera privado de la capacidad de asombro? Ojos que arden, palidez en los rostros, furor en la marcha, la voz es como un chirrido, el estruendo demencial, el hombre es todo hierro, las armas rechinan, las bombardas disparan sus rayos. Si los hombres se devorasen y bebiesen la sangre para alimentarse la cosa sería más amable: pero a lo que algunos han llegado es a realizar por odio lo que la costumbre o la necesidad harían más excusable. Más aún, todo esto se está volviendo más cruel gracias a las flechas envenenadas y a las infernales máquinas de hoy en día. Ya no encontramos por ninguna parte rastro de humanidad.

Erasmo de Rotterdam, Adagios del poder y de la guerra y Teoría del Adagio, Madrid, Alianza Editorial, Libro de bolsillo, 2008, Edición, traducción y presentación de Ramón Puig de la Bellacasa, pp.207-208 (del comentario al adagio “Dulce bellum inexpertis”: “La guerra atrae a quienes no la han vivido”)

Las guerras de siempre, cuyos efectos hemos seguido viendo en este año que acababa ayer

Tras los bombardeos contra civiles en Al-Mashhad district. Alepo. 26.07.2016 Fuente Syrianarchive.org

Tras los bombardeos a civiles en Al-Mashhad, Alepo. 26.07.2016. Fuente Syrianarchive.org

…aquellas desdichas que forman el séquito habitual de toda guerra, incluso de la más afortunada y justa: el pueblo empobrecido, los notables abrumados de impuestos; ¡tantos ancianos desamparados y al mismo tiempo anonadados por la muerte de sus hijos! (desgracia peor que perder la vida a manos del enemigo y con ella la capacidad de sufrir); ¡tantas ancianas privadas de sus bienes y a quienes así se aniquila con mayor crueldad que por la espada! ¡Tantas mujeres viudas, tantos niños huérfanos, tantos hogares en duelo, tanta gente próspera reducida a la miseria! En cuanto a la ruina moral ¿de qué sirve mencionarla, cuando nadie ignora que de la guerra se derivan todas las calamidades de la vida? Ella engendra el desprecio del deber, la indiferencia ante las leyes, la osadía y la prontitud para todo tipo de crímenes. De esta fuente nace una turba de bandidos, ladrones, sacrílegos, asesinos. Y, lo que es muchísimo más grave, esta pestilencia tan funesta no sabe fijarse límites, nacida en un rincón cualquiera no sólo invade como una epidemia las regiones vecinas, sino que por ánimo de lucro o a causa de un casamiento o de una alianza arrastra a las más lejanas a participar en el tumulto y en el desastre públicos. Aún más, la guerra engendra la guerra, de un amago de guerra nace una verdadera y de una insignificante surge una guerra total

Op.cit., pp.205-206

Después de un ataque químico en Aleppo.06.09.2016. Fuente Syrianarchive.org

Después de un ataque químico en Aleppo.06.09.2016. Fuente Syrianarchive.org

…entre fieras la guerra es un duelo que enfrenta a dos contendientes y dura muy poco. Aunque el combate sea muy sangriento en cuanto uno de los dos resulta herido se separan. ¿Cuándo se ha oído que como hacen los hombres a menudo cien mil bestias salvajes se despedacen mutuamente? Todavía más, aunque ciertas fieras sienten una hostilidad instintiva hacia animales de otra especie, también hay otras que a la inversa están unidas por una amistad genuina y firme. En cambio, lo que une a un hombre con otro hombre, sin importar quien sea, es una lucha perenne, sin que haya alianza alguna entre mortales que tenga suficiente consistencia.

Op. cit., p.207

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Los organizadores cambian, las víctimas son siempre las mismas…

Y ahora pasamos pagina. Dagens Nyheter. 29 dec.2016

“Y ahora pasamos pagina”. Dagens Nyheter. 29 dic.2016

…y cuando tratan de buscar un lugar seguro, cuando ejercen ese derecho al asilo que debe reconocerse a toda persona humana, la de alcanzar un sitio donde vivir una vida normal, hay quienes también se organizan voluntariamente, esta vez para cazar a los emigrantes como se cazan animales, como esta patrulla de voluntarios en la frontera de Bulgaria con Turquía

Patrulla de

“Cazadores de emigrantes”. Foto NiklasThegerström. Dagens Nyheter. 29 dic.2016

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Así escribe más adelante Erasmo

Imagina pues que un vi­sitante extraño procedente de esas ciudades lunares en las que mora Empédocles, o de uno de esos mundos que Demócrito ha intuido, llega al nuestro deseoso de conocer la vida que se lleva aquí. Y que, informado de los pormenores, se entera de que existe cierto animal, admi­rablemente compuesto de un cuerpo (característica que comparte con las bestias) y de un alma (que refleja la imagen de la mente divina), que alcanza tal grado de no­bleza que aunque exiliado en la tierra impera sin embar­go sobre todos los restantes animales, que debido a su origen celeste porfía en pos de celestiales e inmortales destinos…

Cuando contemple desde allí que los demás animales se comportan como corresponde a su especie siguiendo las leyes naturales, no apeteciendo nada que no les dicte la naturaleza, mientras que el único animal que chalanea, comercia, disputa y guerrea consigo mismo es el hombre ¿acaso no llegará a la conclusión –basándose en lo que ha oído– de que el hombre es cualquier otro animal en lu­gar del mismo hombre?

Op.cit., pp. 224-22

No obstante, a pesar de los pesares, siempre hay razones para esperar y, a comienzos de un nuevo año, vale la pena pensar en ellas.

Motivos para apostar por el género humano

Erasmo lo explicaba así:

…la naturaleza ha querido que el hombre reciba el don de la vida no tanto para sí mismo como para orientarlo hacia el amor, para que entienda bien que está destinado a la gratitud y a la amistad. Es así que no le dio un aspecto feo u horrible como a otros sino dulce, pacífico, marcado con el sello del amor y la ternura. Le dio una mirada afectuosa que refleja los movimientos del alma. Le dio unos brazos capaces de abrazar. Le dio el sentido del beso para que las almas puedan unirse al mismo tiempo que se unen los cuerpos. Sólo a él le acordó la risa, signo de alegría. Sólo a él las lágrimas, símbolo de clemencia y misericordia. ¿No le dio acaso una voz que no amenaza ni es temible, sino que, a diferencia de las fieras, es amistosa y agradable? No contenta aún con estos dones, la naturaleza reservó al hombre el uso de la palabra y de la razón, atributos que contribuyen sobre todo al establecimiento y al fomento de la benevolencia, de modo que nada entre los hombres se resuelva por la fuerza. Le inculcó el odio a la soledad, el gusto por la compañía. Plantó en lo más profundo de su ser los gérmenes de la bondad.

Op. cit., pp. 202-203

El trabajo de los cascos blancos de Siria. Fuente Euronews

El trabajo de los cascos blancos de Siria. Fuente Euronews

Cuando, batiendo records de brutalidad, hay regímenes criminales que destruyen todo aquello que pueda aliviar el dolor y consideran a los hospitales como dianas de sus bombas y al personal sanitario y a los socorristas como objetivos a abatir, hay quienes confirman, en la práctica y sin saberlo, creyentes o no, las mismas convicciones de Erasmo

Porque atender a las necesidades de todos es precisamente lo propio y característico de Dios. Pues si no, ¿qué otra cosa es ese extraordinario placer espiritual que sentimos al saber que alguien se ha salvado por causa nuestra? El mecanismo por el que un favor significativo crea un vínculo es el mismo que hace que un hombre trabe amistad con otro. De este modo Dios ha puesto al hombre en este mundo como réplica de sí mismo, para que a la manera de una divinidad terrestre vele por la salvación de todos. Hasta los animales mismos lo presienten, pues vemos que no sólo los que son inofensivos sino también las panteras y los leones, e incluso otras bestias más feroces que éstas, buscan la protección del hombre en ocasiones de gran peligro. Aquí está el asilo de todos en las situaciones extremas, aquí el altar sacrosanto de toda la creación, ésta es el áncora de salvación que a nadie falla.

Op. cit., pp 203-204

En un hospital de Sanaa. Yemen. Foto Muhammed Huwais. Dagens Nyheter. 29 dec.2016

En un hospital de Sanaa. Yemen. Foto Muhammed Huwais. Dagens Nyheter. 29 dic.2016

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En el primer día del 2017

Aquí estamos, como decía Erasmo, llamados por nuestra naturaleza humana a ser en última instancia “asilo de todos en las situaciones extremas”. En todo caso, podríamos probar a serlo, si no de todos, al menos de algunos.

A todos los que se asoman a este blog, les deseo que el nuevo año se porte bien con ellos y que -como hace unas horas me auguraba un muy buen amigo- nos traiga aquello que necesitamos, pero no lo que tememos.

Y que, en la medida de nuestras posibilidades, contribuyamos a aliviar en el 2017 a quienes el 2016 les trajo aquello que temían.


Referencias

Sobre la razón de ser, la finalidad, la imparcialidad  y los propios controles de fiabilidad del Syrianarchive se puede consultar, su mismo sitio web: https://syrianarchive.org/

Más detalles sobre el origen y los operadores de esa iniciativa en una crónica de hace tres días de la agencia de noticias DW (Deutsche Welle), en su versión en inglés, que considero objetiva e imparcial


Primera nieve y fuga

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Tímida nieve. Foto R.Puig

Tímida nieve. Foto R.Puig

La nieve llegó de puntillas esta semana pasada, creo que fue el miércoles 4 de enero. Estas son las imágenes de sus primeros tanteos, como si pidiera permiso para instalarse. ¿O demandaba quizás perdón por no haberse presentado en Navidad? En realidad, hace ya años que en Gotemburgo no tenemos navidades blancas. Pero esta vez mis nietos habían venido a vernos y, no es que yo le guarde rencor a la nieve, no es eso, pero un detalle con los niños -digo yo- podría haberlo tenido ¿no les parece?

Silenciosa nieve. Foto R.Puig

Silenciosa nieve. Foto R.Puig

Pero, en fin, pelillos a la mar. En el fondo, la nieve no es dueña de sí misma y, si no recuerdo mal lo que nos enseñaron en el colegio, es un meteoro y ha de competir con muchos otros, como el chubasco, la cellisca (esa que amaga pero no cuaja), la llovizna y otros congéneres que pululan por la troposfera (esa palabra también había que memorizarla bien).

Además, la nieve tiene que pedir permiso al “hombre del tiempo”, ese que sale todos los día en la Televisión, porque “la mujer del tiempo” no le pone tantos peros a la nieve, le da más libertades. Solidaridad de género, digo yo.

Solitaria nieve. Foto R.Puig

Solitaria nieve. Foto R.Puig

Lo del miércoles lo llamo nieve, pero es un decir, en realidad no es muy técnico. Porque siendo rigurosos, no sé, lo mismo tendría que llamarla cinarra.

¿Que no sabe usted qué es eso? Pero ¡alma de cántaro! si está chupado. No, no vaya usted a buscarlo en el diccionario de la Real Academia, que ya me he molestado yo.  Puede que lo que cayó ese día fuese en realidad una “nieve menuda en forma de gragea”.

Nieve alfombra. Foto R.Puig

Nieve alfombra. Foto R.Puig

Desde luego que no creo que podamos decir que fue una simple cencellada, más bien fue el resultado de las celliscas que tuvimos esos días…

Para el “poeta de Gotemburgo” (de quien ya hemos hablado aquí hace años) el frío ya no es un problema.

Johan Anders Wadman el poeta de Gotemburgo. Foto R.Puig

Johan Anders Wadman “el poeta de Gotemburgo”. Foto R.Puig

Uno de sus empleos (tras dilapidar la herencia de su padre) fue el de comisario de los hospitales de campaña del ejército sueco en Alemania durante la guerra de 1813-1814. Entre los productos que Johan Anders Wadman (1777-1837) administraba estaba el aguardiente, que se usaba como medicina para los heridos. Al parecer se le pidieron cuentas por el sospechoso y excesivo consumo del mismo. Entre otros subgéneros literarios, aquel poeta epicúreo y manirroto cultivó la poesía báquica.

El poeta y la nieve. Foto R.Puig

El poeta y la nieve. Foto R.Puig

Aquí le vemos en el busto del escultor Peter Molin, que los miembros de la “Orden bacanal”, de inspiración francmasónica, pagaron a escote treinta años después de su muerte. Genio y figura hasta la sepultura, el poeta murió pobre, y tan pobremente fue enterrado que, cuando la misma orden quiso rendirle homenaje en el centenario de su muerte, no lograron encontrar su tumba hasta dos años más tarde.

En mi caso, como no soy de bronce, mientras la nieve volvía a insistir, está vez decidida a quedarse, no recurrí al aguardiente, sino que tomé un avión hacia latitudes más cálidas

Desde la sala de espera. Foto R.Puig

Desde la sala de espera. Foto R.Puig

Y así estaban ayer los montes por el suroeste de las cordilleras prebéticas …

El Puig Campana. Foto R.Puig

El Puig Campana ayer por la tarde. Foto R.Puig


Elogio de la nimiedad (IV): cosas de la orilla del mar

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Marea, vainilla y nata. Foto R.Puig

Marea, vainilla y nata. Foto R.Puig

La mar, no nos cansamos de mirarla. Aunque sea nuestra orilla de siempre, un pequeño rincón del mundo. Es lo habitual, como esa luna que el pasado miércoles se alzaba amarilla y levantaba la marea.

Pero estoy empezando por el final. En realidad sólo son cosas nimias, las de un paseo por el borde de la playa, en enero, en estas costas benditas del levante alicantino.  Digo benditas, porque mi abuela utilizaba a menudo una especie de adagio para referirse a Alicante como la millor terra del món.  

De niño no sabía yo del autor de esta expresión, ni de como la popularizó un académico del siglo XIX quien, en carta a un amigo, la repetía a modo de estribillo en algunas de las 18 estrofas de una letrilla en elogio de la tierra alicantina.

Comienza así:

Sepades, señor Bretón,
que de Poniente a Levante,
es sin disputa Alicante
la millor terra del món.

El citado “señor Bretón”, era el dramaturgo y poeta, bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Madrid, Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873), el autor de la letrilla era Mariano Roca de Togores (1812-1889), escritor de familia alicantina, que fue Director de la Real Academia de la Lengua  y del Ateneo de Madrid.

Todo esto y la letrilla completa lo encuentran en la página de Alicante Vivo. Pero como estamos en enero, quiero citar aquí la segunda estrofa:

Mientras que a vos embozado
por las mañanas de enero,
a la orilla del brasero
os da un dolor de costado,
yo me voy desabrochado
desde el Muelle al Malecón;
que es sin disputa Alicante
la millor terra del món

En fin, por todo el mundo hay muchos que opinan que su terruño es la mejor tierra del mundo. Yo simplemente les traigo aquí algunas nimiedades motivadas por mi paseo del miércoles pasado por mi orilla alicantina.

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Cañas

Lo que nos dejó la riada. Foto R.Puig

Lo que nos dejó la riada. Foto R.Puig

Para que vean que no todo son primores, les dejo una imagen del muro de cañas que nos dejó un reciente temporal. Los carrizos que arrasó el río Girona en su crecida, para arrojarlos en la playa de la Almadraba alcanzan hasta los dos metros de altura. Este muro no ha costado nada, si alguien tendrá que pagar por ello, será el ayuntamiento de Denia, cuando se decida a quitarlo. Si piensan que es una metáfora, ustedes sabrán de qué. En todo caso, los pieles rojas han debido de visitarnos, pues alguien ha comenzado a construir un par de tipis

Lo que nos dejaron los comanches. Foto R.Puig

Lo que nos dejaron los comanches. Foto R.Puig

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Curiosidades para malacólogos

Concha de tipo Mytilidae. Foto R.Puig

Concha de bivalvo. Foto R.Puig

No sé nada de malacología, quiero decir de los moluscos y de sus clasificaciones, pero, paseando por la playa, he encontrado una concha incompleta, que me parece inusualmente grande. Mirada al trasluz tiene irisaciones realmente peculiares. Surfeando en internet se encuentran infinidad de cosas, entre otras sobre los moluscos del Mediterráneo y sus conchas. Me he quedado pensando  ¿será del tipo Mytilidae?

Concha de tipo Mytilidae. Foto R.Puig

Concha de bivalvo en la playa de la Almadrava. Foto R.Puig

Si hay algún malacólogo entre mis lectores, quizás pueda aclaranos si se trata de una rareza exótica para lo que es habitual en esta parte de las costas del Mediterráneo o, por el contrario, es algo común.  Por mi parte, en estas playas no había visto antes algo así y de estas dimensiones

Concha de tipo Mytilidae. Foto R.Puig

Concha de bivalvo ¿de tipo Mytilidae? Foto R.Puig

Desde luego, no me parece que sea el resto de una paella marinera.

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Comoranes

Con sigilo hacia los cormoranes. Foto R.Puig

Con sigilo hacia los cormoranes. Foto R.Puig

Lo de los cormoranes es otra historia. Siempre vienen a esta playa en enero y febrero a pescar en bandadas de alrededor de diez. De nuevo, surfeando, he sabido que muchos pescadores y propietarios de piscifactorías los odian. Al final de los años 70, en España, estas aves, normalmente migrantes, estaban en extinción, pero su población ha aumentado prodigiosamente, no sólo aquí sino en toda Europa. Hasta el punto de que, por iniciativa del Parlamento Europeo, existe un denominado “European Cormorant Management Plan to minimise the increasing impact of cormorants on fish stocks, fishing and aquaculture” (Plan Europeo de Gestión de cormoranes para minimizar su creciente impacto en las reservas de peces, en la pesca y en la acuicultura).

A este vecino que pesca desde el espigón no parece preocuparle lo de los cormoranes, cada uno a lo suyo

Paciencia. Foto R.Puig

Paciencia. Foto R.Puig

Acercándose sigilosamente. Foto R.Puig

Acercándose sigilosamente. Foto R.Puig

En mi caso, yo que no sabía nada de esto, año tras año los admiro y confío que al menos no desaparezcan estos pocos que vuelan, se zambullen, bucean y emergen con tanta elegancia en estas aguas.

Sobre todo no resbalar. Foto R.Puig

Sobre todo no resbalar. Foto R.Puig

El otra día me iba yo acercando con cuidado, sin aspavientos y procurando no romperme la crisma, para no espantarlos y poder dejarles aquí mi homenaje fotográfico, no sea que el año que viene me los hayan envenenado

Más cerca Foto R.Puig

Que no se me espanten Foto R.Puig

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Olas

Els Poblets, Hawai. Foto R.Puig

Els Poblets, Hawai. Foto R.Puig

Me dirán que las olas están muy vistas. Pues sí, sin embargo no es algo que nadie se canse de mirar. Y si había que presumir de las de por aquí, nada mejor que mostrar que también hay surfistas en el barrio. Ademas nuestras ondas no sólo son bravas

Bravas y níveas. Foto R.Puig

Bravas y níveas. Foto R.Puig

sino que también cubren la arena con un manto inmaculado

El manto lácteo de la ola. Foto R.Puig

El manto lácteo de la ola. Foto R.Puig

La ola de nata. Foto R.Puig

La ola de nata. Foto R.Puig

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La luna celosa

Emulación. Foto R.Puig

Emulación. Foto R.Puig

La luna ha traído la marea, ha provocado el oleaje que invade la arena con su espuma, pero tiene celos de lo que ha causado. Finalmente decide mostrar que ella es la que manda, la que se merece todo el brillo del escenario

Y, con ayuda de la noche, Selene se impone

El ama de la playa. Foto R. Puig

La luna se apodera de la escena. Foto R.Puig

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Un día después

Lo anterior ocurría el miércoles. El jueves el mar se había tranquilizado y el atardecer nos regalaba esto

Cabelleras en el cielo. Foto R.Puig

Cabelleras en el cielo. Foto R.Puig

naranja-sobre-tierra-de-naranjas-foto-r-puig

Naranja sobre tierra de naranjos. Foto R.Puig

La punta de mi barrio a las seis y media de la tarde. Foto R.Puig

La punta oriental de mi barrio a las seis y media de la tarde. Foto R.Puig

Otro día que se va. Foto R.Puig

Otro día que se va por el oeste. Foto R.Puig

El crepúsculo comenzaba el jueves a las seis y media de la tarde. Girando la mirada a la redonda lo veíamos así


Costa blanca, costa nevada

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¿Los dolomitas ¡ No, el Montgó! Foto R.Puig

¿Los dolomitas ¡ No, el Montgó! Foto R.Puig

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Dedicado a Jesús, que se perdió la nevada

El domingo pasado se terminaba mi crónica con una visión apacible de la playa de la Almadraba en Els Poblets. Pues bien, la Gota Fría, esa especie de mega meteoro de las costas levantinas ya estaba maquinando una de las suyas.

Y la consecuencia ha sido lo que esta semana que acaba hoy nos ha traído…

viento y nieve en la Marina Alta

Mañanita desde el balcón. Foto R.Puig

Mañanita desde el balcón. Foto R.Puig

El miércoles por la mañana, al asomarnos al balcón, nevaba y soplaba un fuerte viento

La que está cayendo. Foto R.Puig

La que está cayendo. Foto R.Puig

No se recordaba una nevada parecida en esta playa desde 1983…

La nevada de 1983  desde el restaurante Isa. Foto de su patrón

La nevada de 1983 desde el restaurante Isa. Foto del patrón

De las paredes del restaurante Isa cuelgan las fotos de aquella nevada

La nevada de 1983 desde el restaurante Isa. Foto de su patrón

La nevada de 1983 desde el restaurante Isa. Foto de su patrón

Es raro que la nieve llegue a cuajar en estas playas, pero así ha ocurrido de nuevo, aunque no por muchas horas

Mañanita desde el balcón. Foto R.Puig

Mañanita desde el balcón. Foto R.Puig

Mañanita desde la terraza. Foto R.Puig

Mañanita desde la terraza. Foto R.Puig

Como habíamos quedado a comer en Casa Tula, decidimos encaminarnos hacia Jávea por el lado de Jesús Pobre, ese pueblo que se recuesta en la ladera sur del Montgó, la montaña mítica…

 el Apu tutelar de la comarca

Nuestro Apu tutelar desde las huertas entre Denia y Ondara. Foto R.Puig

Nuestro Apu tutelar desde las huertas entre Denia y Ondara. Foto R.Puig

Por la carretera que va de Els Poblets a Denia, desde su ladera norte, el Montgó se mostraba como un elefante blanco.

Tras dejar atrás la Xara, desde Jesús Pobre

El puño del Montgó desde Jesús Pobre. Foto R.Puig

El puño del Montgó desde Jesús Pobre. Foto R.Puig

se imponía el nevado puño de Akal,

Akal retiene a Lalahama por los cabellos. Foto R.Puig

El puño de Akal retiene a Lalahama por los cabellos. Foto R.Puig

impidiendo que su amada Lalahama sea arrastrada a los abismos por la poderosa Timana.

Porque en realidad…

la verdadera causa de las gotas frias

se pierde en la noche de los tiempos…

Mucho antes de que los hombres poblasen el mundo, el poder sobre todo lo existente lo compartían la diosa Timana, señora de las aguas y de las profundidades del mar, y Dimana, el dios de la tierra, las rocas y las cumbres. Ambos pugnaban por dominarlo todo y aumentar sus dominios a costa del rival.

De hecho, la violenta nevada del otro día fue un episodio más de esa lucha legendaria, y la tormenta que aún no cesa también

Arrecia la tempestad. Foto R.Puig

Arrecia la tempestad. Foto R.Puig

Ayer por la mañana, por la orilla de la playa, el viento casi me impedía caminar y la lluvia me bañaba en rachas horizontales

Vendaval.  Foto  R.Puig

Vendaval. Foto R.Puig

Que lo llaman Mistral o Tramontana (yo siempre los confundo) lo cierto es que no es más que la manifestación de esa lucha sin cuartel que data del Eón Arcaico

Timana, aprovechando las noches oscuras, destruía los acantilados con sus furiosas tempestades y sus olas gigantes que asediaban las tierras de oriente a occidente y separaban las dos inmensas masas terrestres que Dimana trataba de unir para dividir en dos los dominios de la diosa del mar.

Pasaron millones de años y las contiendas de estos dioses habían modificado las costas y el relieve terrestre. Dioses menores habían procreado a unos seres gigantescos, emparentados con los Titanes, que recorrían la tierra enfrentándose con enormes dragones. Las lluvias y diluvios que se habían sucedido por períodos interminables habían generado una vegetación salvaje. Los descendientes de EnlilEnki  y Ereshkigal, así como los de otros lejanos dioses y diosas habían ido avanzando hacia Occidente.

Arrecia la tempestad. Foto  R.Puig

Arrecia la tempestad. Foto R.Puig

Digan lo que digan, las cosas son bastante más complicadas de lo que nos cuentan los meteorólogos de la tele…

Los titanes andan sueltos. Foto R.Puig

Los titanes andan sueltos. Foto R.Puig

Dimana, para extender sus dominios, abría las entrañas de la tierra, alzaba volcanes que invadían el océano con ríos de lava y empujaba inmensas masas unas contra otras para generar cordilleras y ocupar los mares de Timana. Esta se defendía con terribles movimientos telúricos que desde el fondo de los mares levantaban barreras de agua que asolaban las costas y destruían la obra de Dimana. Así durante incontables milenios.

Y el origen del Montgó no es el que nos cuentan los geólogos, no…

Los titanes andan sueltos.  Foto R.Puig

Los titanes andan sueltos. Foto R.Puig

Estos titanes gigantescos se habían aposentado en los extremos de la tierra, algunos de ellos, protegidos por Dimana, vivían en los bordes de lo que luego serían las montañas béticas. De entre ellos, Lalahama (la de los largos cabellos), hermosa protegida de Dimana, solía extenderse al sol sobre los altos farallones frente al mar. Disfrutaba de los vientos y desafiaba a los huracanes que Timana lanzaba contra la tierra.

Por entonces, el titán Akal  (el de los fuertes brazos) había conquistado el amor de Lalahama.

La escollera desafía al mar. Foto R.Puig

La escollera desafía al mar. Foto R.Puig

Los titanes ayudaban a Dimana a ensanchar su territorio moviendo montañas y peñones que abrazaban con sus robustos brazos y amontonaban sobre el borde de los mares. Por eso Timana odiaba a Akal y a su compañera Lalahama y quería arrastrarles al fondo de sus mares con la ayuda de los titanes inferiores, seres anfibios y monstruosos que agitaban las aguas y sacudían las columnas sumergidas de la tierra.

Un día en que Lalahama descansaba cerca de unos acantilados, una de esas manadas de titanes del mundo inferior, obedeciendo las órdenes de su diosa, la aferraron por los pies y empezaron a arrastrarla. Cuando la amante de Akal iba ya a desaparecer en las agitadas y negras aguas, advertido por sus gritos, el titán de los poderosos brazos alcanzó a sujetar a su compañera por sus largos cabellos y a tirar fuertemente de ella, pugnando con los titanes del proceloso mar.

Esa batalla no tuvo vencedores, pero dejó para siempre sus señales gigantescas. Por el enorme tirón de las profundidades, Akal y Lalahama se encastraron en las entrañas de la tierra frente al mar. El cuerpo de Akal y la cabeza y las espaldas de Lalahama quedaron sepultados en la meseta costera. Mientras ella se abrazaba a la costa, enterrándose más y más con su compañero, la diosa Timana sólo consiguió sepultar en el mar la mitad inferior de Lalahama, que se petrificó para siempre sostenida por la mano de Akal.

El puño de Akal desde Javea. Foto R.Puig

El puño de Akal visto desde Javea. Foto R.Puig

Dimana, a pesar de ser el poderoso dios de las tierras y las montañas, no pudo desenterrar ni a su fiel Akal ni a su compañera. Ambos se trasformaron en el enorme macizo que hoy se conoce como el Montgó. Dicen que Timana, en los días de fuerte temporal, bate y bate sus olas contra el poderoso promontorio que se avanza hacia el mar sustentado por el espinazo enterrado de Lalahama, e intenta aún  llevarsela del todo hacia las profundidades. Pero el rocoso puño de Akal la retiene por ahora.

De mis “Cuadernos italianos. Conversaciones inéditas con Jacopo Portal”.

Ensondeluz, “El mito del Montgó”,  24 de marzo del 2012

A fecha de hoy, la lucha interminable sigue…

Mar brava en la Almadrava. Foto R.Puig

Mar brava en la Almadrava. Foto R.Puig


Canteras, viñedos y esculturas en Pinoso

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Mármol y viñedos.   Pinoso.  Foto R.Puig

Mármol y viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

Pasé unas horas en Pinoso hace dos semanas. En este pueblo de Alicante se ha cultivado el arte del vino desde hace por lo menos dos milenios y desde el siglo XIX la ciencia de la cantera. No hay familia de pinoseros que no cuente con antepasados que laboraron en los viñedos o sudaron con el duro trabajo de la extracción del mármol del Monte Coto.

No se me había ocurrido antes ir a Pinoso, hasta que supe que compañeras de mis estudios en la Facultad de Bellas Artes de Altea, así como profesores y estudiantes de ahora, participaban en el primer certamen de escultura en piedra de la Fundación Levantina y que sus trabajos se exponían en la Casa del Mármol y del Vino de la villa.

Certamen de Escultura en piedra. Fundación Levantina. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Certamen de Escultura. Fundación Levantina. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Este proyecto de colaboración entre los productores de mármol alicantinos y la Facultad de Bellas Artes de Altea se debe en buena medida al seminario “La escultura ambiental y los parques-museo de escultura contemporánea en Italia” que la Profesora Oriana Impei impartió en setiembre de 2015 en Altea, invitada por la profesora Raquel Puerta Varó. De aquella visita y de las interesantes propuestas que la docente italiana presentó, basadas en su larga experiencia en este tipo de colaboraciones entre los industriales de la piedra y la Academia de Bellas Artes de Roma hemos tratado en este blog.

Javier Martínez en la Casa del Mármol y del Vino. Foto R.Puig

Javier Martínez en la Casa del Mármol y del Vino de Pinoso. Foto R.Puig

Tras una llamada telefónica a la Oficina de Turismo de Pinoso en la Casa del Mármol y del Vino, su coordinador, Javier Martínez, me animó a detenerme en Pinoso el mayor tiempo posible. Durante mi visita sus competentes explicaciones han ampliado mucho mis escasos conocimientos sobre el trabajo de extracción del mármol y el arte de la viticultura.

Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

El museo tiene un importante colección de los antiguos instrumentos de los canteros y viticultores que las familias pinoseras han donado.

Muelles de exportación de vino. Alicante s.XIX. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Muelles de exportación de vino. Alicante s.XIX. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Todo ello acompañados de pedagógicos paneles, presentaciones audiovisuales y folletos.

Mural. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Composición mural. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

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En las canteras de mármol de Monte Coto

Para entender la piedra y para comprender tanto el mimo como la tecnología que requiere su talla es muy conveniente visitar las canteras de la que se extrae. Lo mejor sería poder volver uno de esos días en los que la Fundación Levantina organiza visitas guiadas con total seguridad.

Cantera en Pinoso. Foto R. Puig

Cantera de Levantina en Pinoso. Foto R. Puig

Aunque no tengamos ni de lejos el genio de Miguel Ángel, al menos podemos intentar sentir una chispa de lo que debió él de sentir en Carrara cuando fue personalmente a elegir in situ el bloque de mármol en el que ya presentía encerrada la forma de su Pietá. La selección directa y en persona de sus bloques de mármol fue un hábito que mantuvo durante su larga carrera como escultor.

En las canteras de Pinoso. Foto R.Puig

En las canteras de Pinoso. Foto R.Puig

No era día de visita, por lo que sólo pude apreciar las fachadas de mármol blanco cremoso (variedad del mármol “crema marfil”) y los escalones de 12 metros de altura, de los que se cortan las enormes rebanadas que luego se trocearán para su transporte. Es un proceso fascinante de técnica e ingenio.

canteras-de-martcotsa-pinoso-foto-r-puig

Canteras de Martcotsa. Pinoso. Foto R.Puig

Pero son las visitas guiadas, que te llevan al interior, las que me permitirían apreciar la cantera en toda sus dimensión, incluida la hondonada gigante excavada durante décadas. La próxima vez será.

En la cantera de Levantina. Pinoso.  Foto  R. Puig

En la cantera de Levantina. Pinoso. Foto R. Puig

Las reservas son grandes, hasta el punto de que los bloques se mantienen apilados durante años a modo de imponentes murallas, en cuyos intersticios han crecido los arbustos.

Muro de mármol. Canteras de Pinoso. Foto R.Puig

Muro de mármol. Canteras de Pinoso. Foto R.Puig

Junto a los accesos están las áreas de almacenamiento de los bloques.

Mármol, olivos y viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

Mármol, olivos y viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

A todo esto se añade la luz de esta tierra, sus montes de suaves declives y la serena extensión de sus paisajes.

Pinoso. La vega del Vinalopó Medios y el mármol por el lado de la Algueña. Foto R.Puig

Pinoso. La vega del Vinalopó Medio y el mármol por el lado de Algueña. Foto R.Puig

La mirada se ensancha más allá de Algueña, a pocos kilómetros de la provincia de Murcia y de Jumilla. ¡He de retornar a esta comarca!

El mármol y los viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

El mármol y los viñedos. Pinoso. Foto R.Puig

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Escultura

Como explicaba más arriba, pensé en esta visita al saber que las esculturas de dos compañeras de mis cursos de escultura en Altea entre 2008 y 2010, junto con las de estudiantes y profesores actuales, estaban en la exposición patrocinada por la Fundación Levantina en Pinoso.

Aquí están algunas de las obras.

Piedra mansa

Eva Martí. Cruces. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Eva Martí. “Cruces” 2016. Mármol “blanco Ibiza”. 13,9 x 56,5 x 39 cm.  Foto R.Puig

La de Eva Martí, de acabado paciente, en humilde espera de unas manos que no se cansen de serenar más aún si cabe sus superficies y sus pliegues, encierra en su sobriedad las ambigüedades y dilemas de la conducta imprevisible del ser humano, de los extremos y los itinerarios de la vida y del lenguaje: encrucijada y cruz, camino y tumba,  apertura y cierre, claridad y sombra, decisión y renuncia, fugas y muros, lápida y cauce de purificación lustral, calma aparente y pasión retenida.

Piedra inquieta

Teresa Iborra. Ausencia. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Teresa Iborra. “Ausencia” 2016. Mármol “amarillo sierra” y acero. 32 x 66,5 x 16 cm.  Foto R.Puig

Esta escultura de Teresa Iborra, esculpida con gran refinamiento, me parece metáfora de una pérdida o de una fuga. Una sección de viga de acero embrida dos concavidades de precisa igualdad, los muñones de un ser bivalvo de cuya presa hay algo que se ha escapado y que nunca, frenados para siempre, podrán recuperar. ¿Quieren estas conchas sin nada expresar la angustia de un incierto algo que sabemos que estuvo y que ya no está?

Piedra traspasada

Imma Mengual. Línea maestra. Casa del mármol y del vino de Pinoso. Foto R.Puig

Imma Mengual. “Línea maestra” 2016. Mármol y madera de sucupira 140 x 150 x 15 cm. Foto R.Puig

En esta escultura, compuesta de madera y mármol, obra de Imma Mengual, hay también una tensión, una línea de escape y un peso que impide, que retiene y priva, un equilibrio casi insostenible, la tragicomedia congelada de dos materias. Sea cual sea la que prevalezca, el resultado será la caída. Retenemos la respiración y nos alejamos de puntillas, sintiendo que bastaría que esas sombras que hacen de ancla y contrapeso se diluyan con el ocaso para que algo imprevisto suceda.

Piedra expectante

Jose Garcia Chuecos 2016,

Jose Garcia Chuecos 2016, “sin título”. Mármol “blanco ibiza”. 22 x 43 x 17 cm.  Foto R.Puig

Nada mejor que acabar con esa cabeza, esculpida por José García Chuecos, a la espera de un lugar, a la espera de un nombr, a la espera de poder volar. Parece que desease retornar a las entrañas de la cantera: “piedra eres y en piedra te has de convertir”. Ya no pertenece al artista, ahora habita otras regiones.

De momento yo vuelvo a las mías por la carretera que, pasando Monóvar, me llevará de regreso a la ciudad de mis abuelos maternos y de mi madre, Alicante.

Entre Pinoso y Monóvar. Foto R. Puig

Entre Pinoso y Monóvar. Foto R. Puig


De películas

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Ventanas sin vistas. Foto R.Puig

Ventanas sin vistas. Foto R.Puig

Para decirlo con un eufemismo, febrero en Gotemburgo, climáticamente hablando, no suele ser un mes fastuoso. Felizmente, el final de enero y su pasaje a este mes tristón, si no trae luz del cielo, si es generoso en luz de las pantallas.

Alrededor de 900 filmes y 84 países, representando las vidas, las alegrías y tristezas, los logros y las tragedias de personas y sociedades, hoy y en el pasado, sus imaginarios y sus realidades, crudas, poéticas, prosaicas o heroicas, notorias o anónimas.

El Festival de Cine de Gotemburgo ha celebrado este año su cuarenta aniversario (27 de enero a 6 de febrero). Siempre ha sido un certamen comprometido con la historia y la vida de la gente en los cinco continentes. Es difícil definir en una sola palabra su orientación, su marca. ¿Cine social ? Sí, pero mucho más.  Es un festival dedicado a un cine revelador de las pequeñas y grandes cuestiones que interpelan la conciencia, que denuncian nuestras dobleces, nuestras violencias y barbaries, pero que a un tiempo muestran que los seres humanos somos capaces de implicarnos, de comprometernos en la ayuda y defensa de otras personas, otros grupos humanos, de enfrentarnos a los abusos, a la intolerancia, al racismo o simplemente a la cerrazón y a la exclusión. Que el hombre es capaz no sólo de destruir sino también de construir, no sólo de enquistarse o retroceder sino también de abrirse y de avanzar. Y que hay un cine de calidad y unos cineastas, viejos y jóvenes, aguerridos o principiantes, que se dedican a ello en todo el mundo, a menudo contra viento y marea y arriesgando mucho.

Cuarenta años nos contemplan. Foto R.Puig

Cuarenta años nos contemplan. Foto R.Puig

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Del dilema de elegir

Aunque te pases el día saltando de una proyección a otra entre los 26 cines (biografos) de la ciudad, varios de ellos multisala, por no hablar de los cuarenta pueblos de la región, e incluso la catedral, la sinagoga y la mezquita de Gotemburgo, no puedes abarcar más que una parte reducida de lo proyectado, y eso si consigues, anticipándote mucho, comprar entradas para todo lo que quieres ver (por ejemplo Cine Nórdico, la retrospectiva de los hermanos Dardenne, cine sobre los Sami, cortometrajes, documentales, obras de animación, sección “dioses y hombres”, comedia y humor, etc) o ir a los seminarios con directores y sobre temas específicos..

A mí me pilló necesitado de descanso. Así que sólo puedo hablar de una reducida muestra de siete films y de mi encuentro personal con algunos jóvenes directores italianos.

La sede principal del festival es el Cine Draken (el Dragón), fundado en 1956 y que guarda el aire retro de las salas de proyección de nuestra infancia.

Se abre el telón. Foto R.Puig

Se abre el telón. Foto R.Puig

Lo que yo he visto…

Cine de y sobre los Sámi

El habla forastera los llamó durante siglos “lapones” y a su territorio “Laponia”. Ellos, los más antiguos pobladores del norte escandinavo, mucho antes de que se dividiera entre reinos y naciones, se reconocen como Sámi.  Desde hace poco cuentan con su propio Instituto del Cine que desborda las fronteras de su extenso territorio.  Uno de los filmes producidos con el patronazgo del Instituto ha sido galardonado con el Dragon Award. No he visto el film pues las entradas se habían agotado para todas sus proyecciones desde el primer día del festival.

Se trata del largometraje Sameblod (“sangre de los Sámi”) de Amanda Kernell, que ya fue presentado en Venecia en setiembre pasado. Denuncia a través de la historia de una familia sámi la marginación racista bajo la que han vivido los Sámi hasta la segunda mitad del siglo XX. Hemos hablado de ello en este blog.

Pero sí pude ver el documental  Kuun metsän Kaisa (Kaisa’s Enchanted Forest) de Katja Gauriloff sobre la supervivencia de los sámi de lengua Skolt antes de la guerra ruso – finlandesa y el drama que vivieron al acabar la II Guerra Mundial, cuando habían perdido su territorio en Rusia, sus rebaños de renos, sus instrumentos de pesca y sus casas y habían sido reubicados en tierras de Finlandia.

Kaisa's enchanted forest. Film de Katja Gauriloff

Kaisa’s enchanted forest. Film de Katja Gauriloff

Incluye filmaciones antiguas debidas a el escritor suizo Robert Crottet y de Enrique Méndez que ayudaron a la causa de la etnia Skolt.

Dos filmes italianos

También pude ver dos largometrajes italianos que recomiendo. Además tuve ocasión de departir con sus directores, Irene Dionisio y Marco Danieli, y con la directora de promoción del nuevo cine italiano en Cinecittà, Monique Catalino.

Lo que lamento es que el título de Le ultime cose de la joven directora de Turín haya sido traducido al inglés con el de Pawn Street (“calle de los empeños”). Se trata de los dramas de la gente en situación precaria, empujada a empeñar sus objetos de familia, y de la corrupción y la inhumanidad del pequeño mundo de los Monte di Pietà.

Le ultime cose. Film de Irene Dionisio

Le ultime cose. Film de Irene Dionisio

Buen guión, buena dirección de actores (profesionales o no) y buen trabajo de imagen. Una denuncia sin sentimentalismos y una visión de la pobreza vergonzante de las víctimas del desempleo.

El primer largometraje de Marco Danieli se titula La ragazza del mondo y tampoco comprendo porque le han tenido que poner un título tan insípido como Wordly Girl. No hay modo, la pleitesía que se le rinde al inglés conduce a sacrificar la belleza de otras lenguas y de títulos perfectamente comprensibles en italiano.

La ragazza del mondo. Film de Marco Danieli

La ragazza del mondo. Film de Marco Danieli

El film describe el doloroso y humillante proceso de una chica de diecinueve años para desvincularse de los Testigos de Jehová y del ostracismo al que es sometida por la familia y la secta, porque ha decidido volver al mundo. Está inspirada por una historia real que el director de la película conoció personalmente.

Dos filmes sobre la barbarie nazi antisemita

Otra de las películas que he visto en el festival se está ya estrenando en las pantallas de los Estados Unidos. Se trata de Denial (Negación), de Mick Jackson, una producción USA/Gran Bretaña que deberían ver quienes sientan todavía la tentación de prestar oído a las falsedades que la inmoralidad política llama hoy alternative facts .  

Denial. Film de MIck Jackson

Denial. Film de Mick Jackson

Trata del histórico caso del pseudo historiador británico David Irving, apologeta de Hitler, racista y antisemita, quien llevó a juicio por difamación a la historiadora norteamericana Deborah Lipstadt que le había tachado de mentiroso, y de como ella no bajó los brazos y no aceptó componendas hasta conseguir que la justicia inglesa falló contra el demandante. En el juicio se demostró ampliamente la falsedad de las tesis de los negacionistas del Holocausto.

El otro film Across the waters (Flugene over sundet: fuga por el estrecho), del director danés Nicolo Donato narra el caso de un músico de jazz danés y de su esposa e hijo, quienes, por ser de judíos, tuvieron que escapar en una fuga trágica desde Copenhague a Suecia.

Across the waters. Film de Nicolo Donato

Across the waters. Film de Nicolo Donato

Es un testimonio sobre una historia real del sadismo y la crueldad de los SS y de sus colaboradores, pero también sobre el heroísmo y la solidaridad de los daneses que se jugaron la vida por esconder y ayudar a escapar a sus compatriotas judíos. Gracias a ellos, el 95 % de la comunidad judía de Dinamarca pudo sobrevivir.

El tiempo gris de Gotemburgo en algunos de estos días

Tarde de febrero en Gotemburgo. Foto R.Puig

Tarde de febrero en Gotemburgo. Foto R.Puig

ha alternado con la luz vespertina de ótros

Ventanas con vistas. Foto R.Puig

Ventanas con vistas. Lindholmen. Gotemburgo. Foto R.Puig

Algo así ocurre con la mezcla de penalidades y solidaridad que predomina en las producciones que acuden a este festival  cada año. Si no me creen, deberían ver un film británico, que se desarrolla en Londres y que trata de un gato y un joven. Como en casa tenemos una gata, se me ocurrió comprar dos entradas para verlo con mi mujer en la víspera de su cumpleaños.

A street cat named Bob (“un gato callejero de nombre Bob”) es en cierto modo una comedia que acaba bien: la historia de un drogadicto (basada en el libro del mismo joven que la vivió) que consigue quedar limpio de la dependencia de la cocaína gracias a la compañía de un gato que se cuela en su vida.  

A street cat named Bob. Un film de Roger Spottiswood

A street cat named Bob. Un film de Roger Spottiswood

Como es natural, esta peripecia que termina en risas no está exenta de algunas lágrimas, las de la vida precaria de los sin techo londinenses y de aquellos que, contra lo que le ocurre al protagonista,  no consiguen escapar de la droga.

Hoy mismo, el Dragón vikingo ha levado las anclas de su drakkar y ha partido en búsqueda de nuevos filmes para la cosecha del próximo año.

El festival del dragón. Foto R.Puig

El festival del dragón. Foto R.Puig


Bajo cero

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Flotan copos. Foto R.Puig

Flotan copos. Foto R.Puig

Hay algo de caricia

en este frío

una mano suave

que retiene el ruido.

.

Es tímida la nieve

y como sus copos

leve

.

di prima mattina. Foto R.Puig

di prima mattina. Foto R.Puig

Bella  lingua

del Dante

che per dire temprano

dice prima

e la mañana

è mattina

.

Bancos insomnes. Foto R.Puig

Bancos insomnes. Foto R.Puig

Algo hay de tortura

en esos bancos,

donde yacer supino

es imposible,

solo de bruces

bien borracho

se puede

echar la siesta

.

Por si te caes al agua. Foto R.Puig

Por si te caes al agua. Foto R.Puig

En aguas gélidas

no apetece un baño

mas no faltan

salvavidas

que inviten

    a un suicidio protegido

.

Uno y trino. Foto R.Puig

Uno y trino. Foto R.Puig

…piensa Amelia que las cosas son difusas y por eso están vivas, porque son difusas y sin contornos y no se dejan aprisionar por las palabras

.

…le cose son diffuse, pensa Amelia, e per questo sono vive, perché sono diffuse e senza contorni e non si lasciano imprigionare dalle parole

Antonio Tabucchi, “Stanze”, Equivoci senza importanza, Feltrinelli 1985



Elogio de la nimiedad (V): Zapatos

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Mi zapato. Foto R.Puig
Mi zapato. Foto R.Puig

Homenaje a Vincent Van Gogh

Hace unos días, tras un largo paseo, mi zapato se enemistó conmigo. Después de años de haberme aguantado, de haber conversado con la planta de mi pie, de haber tomado la forma de las irregularidades de mi pie izquierdo… ¡la revuelta!

Y si tu zapato dice basta, se arriesga, sí, a que lo jubiles, pero no sin antes hacerte daño. Y es que no tiene otro modo de llamar la atención. No tiene un sindicato y ¿qué abogado laboralista se tomaría la molestia de ocuparse de su caso? Sin embargo, es durante años nuestro íntimo colaborador, apenas cobra de vez en cuando una propina de betún y su destino en la vejez es de lo más triste.

Por otro lado, no debe de ser agradable que te restrieguen para sacarte brillo, para acto seguido y durante horas ponerte perdido de barro, de sudor o de lluvia.  A los caballos se les susurra en las orejas cuando se les da lustre, incluso a los gatos se les musita algo cuando se les cepilla la pelambre, pero a un zapato ¿quién le dice una palabra amable?

Así que he reflexionado. He decidido dialogar con mi zapato. Para empezar, conviene saber por dónde habla el zapato. Su interior es un mundo de silencio, como las oquedades de un guante. Es ahí donde oculta sus sentimientos y los resquemores que acumula durante sus años de servidumbre a ras de suelo.

Pero, quién lo diría, si le das la vuelta…

¡Es la suela el lugar de sus palabras! Digo palabras por llamarlo de algún modo. En realidad, en su roce continuo, bajo kilos de presión, con todo tipo de superficies y materias, el zapato aprende a comunicar, a expresarse. Lo que sucede es que eso ocurre allá abajo, donde no llegan nuestras miradas. Que caminemos sobre el asfalto o sobre el cemento, sobre la hierba o la arena de una playa, sobre seco o sobre charcos… para este humilde mayordomo que duerme en los cajones inferiores de nuestro guardarropa, no tenemos oídos, somos como los aristócratas que ignoran las cuitas de la servidumbre, que vive en los bajos de la mansión

Hace unos días, cuando, sin finiquito ni nada, tuve la tentación de licenciar a mi zapato, se me ocurrió darle la oportunidad de defenderse…

Cuando le di la vuelta ¡el zapato me hablaba!

Mi zapato enfurruñado
Mi zapato enfurruñado

El caso es que había oído mis quejas y soportado las maldiciones del dedo meñique de mi pie izquierdo. Así que, como cualquiera de nosotros en parecida situación, estaba irritado por mis juicios apresurados. A nadie le gusta que le echen la culpa de primeras. Sobre todo si tenemos alguna excusa.

Pero no crean que así de golpe entendí lo que decía. La suela de un zapato es toda una historia, tiene algo de jeroglífico. Y cuanto más viejo y más curtido, más intrincada es su psicología y más difícil de descifrar es su lenguaje.

Para empezar, creo que percibió mi intención de atender a sus explicaciones, pues, aunque seguía triste, su irritación había desaparecido, ya tenía mejor color…

La faz mutante de mi zapato.

La faz mutante de mi zapato.

Cuando logré concentrarme y escudriñar esa especie de mensaje en morse que brotaba de sus intersticios, pude oír con claridad lo que mi fatigado compañero de caminos quería decirme…

¡Desagradecido! ¡Descuidado haragán! ¿No te das cuenta que la culpa es tuya, que hace tiempo que deberías haberme cambiado la plantilla?

Decir esto, percibir que yo por fin le entendía y cambiarle la expresión fue todo uno. Su humilde rostro, marcada por el tiempo y la abrasión, cambió de aspecto, pareció recobrar su probado coraje y hasta algo de su brillo de fábrica, dispuesto a salir a la calle con nuevos bríos.

Mi zapato reconciliado

Mi zapato reconciliado

 

Ayer fuimos juntos a comprar otras plantillas…

.

Vincent Van Gogh y los zapatos

Este año se cumplirán 160 del nacimiento de Theo Van Gogh (1857 – 1891), hermano menor de Vincent (1853 – 1890), que le sostuvo durante su carrera artística y fue su paño de lágrimas. Tuvo más paciencia, más fe en su hermano, y le brindó más afecto que unos buenos zapatos, de esos que son capaces de aguantar nuestras pesares durante años. Theo sólo sobrevivió seis meses a la muerte de su hermano mayor. Está enterrado junto a él.

Los zapatos que pintaba el genio eran otros

Van Gogh. Un par de zapatos. Baltimore Museum of Art

Van Gogh. Un par de zapatos. Baltimore Museum of Art

Estas botas las compró Van Gogh, ya viejas, en un rastro, cuando estudiaba pintura con Fernand Cormon (1845 – 1924), para usarlas en sus pintura de naturalezas muertas. Como no estaban suficientemente maltratadas se fue a caminar con ellas por las fortificaciones de París hasta dejarlas en el estado que se aprecia en esta obra de 1887.

El motivo de los zapatos desgastados de los obreros es casi tan frecuente en Van Gogh como el de los girasoles. Tiene un carácter simbólico, como lo tienen los zuecos en Jean-François Millet (1814 – 1875), cuya obra sirvió de inspiración al genio holandés desde muy temprano.

Las botas eran para Vincent una metáfora de la vida obrera, como para el francés los zuecos lo eran de la vida campesina.

Van Gogh. Tres pares de zapatos. Fogg Art Museum. Cambridge (Massachusets)

Van Gogh. Tres pares de zapatos. Fogg Art Museum. Cambridge (Massachusets)

Estoy convencido de que los zapatos le hablaban a Van Gogh, y éste les entendía…


Piel de invierno y una adivinanza

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Inmovilidad. Foto R.Puig

Inmovilidad. Foto R.Puig

Los canales de Gotemburgo, cuando el agua es tranquila, en especial a partir de mayo, mientras la luz solar progresa hacia su verticalidad estival, devienen espejos, y el puro azul se alterna en ellos con la albura de las nubes.

Pero las heladas invernales y las ligeras nevadas que se posan sobre su corriente congelada cancelan los reflejos. Es entonces cuando ese agua, humilde, inmóvil y aterida bajo un cielo gris, lejos de resignarse, osa crear su propio cielo; por algunos días ha dibujado nubes, ha jugado a remedar sus vuelos.

Si yo fuera nube. Foto R.Puig

Si yo fuera nube. Foto R.Puig

Es su piel de invierno.

Piel de invierno. Foto R.Puig

Piel de invierno. Foto R.Puig

Los canales serpentean  disfrazados de leopardos albinos

El canal enfundado. Foto R.Puig

El canal enfundado. Foto R.Puig

y esbozan  mensajes de geometría extraña, intentan simetrías,

Mensajes. Foto R.Puig

Mensajes. Foto R.Puig

aunque su maquillaje puede resultar caótico, semejar erosiones cársticas y recordar en gris y blanco al Art Brut y al informalismo pictórico de los años cincuenta.

No me mires no me mires. Foto R.Puig

No me mires, no me mires… Foto R.Puig

Cuando esa piel se escinde y un espejo se forma, los árboles desnudos se miran en el agua y ningún Narciso asoma.

El espejo aguarda. Foto R.Puig

El espejo aguarda. Foto R.Puig

Si bien hay salvedades,

Territorios. Foto R.Puig

Territorios. Foto R.Puig

hay quienes no abandonan,

ni todo va a ser gris

Intruso. Foto R.Puig

Intruso. Foto R.Puig

.

La adivinanza

Dos días después de registrar estas señales que nos trae el invierno, aterricé en otro lugar, gracias a que el piloto, demostrando una enorme destreza, consiguió posar al segundo intento su avión, zarandeado como una pluma por Storm Doris, en un aeropuerto de una sola pista. Al bajar por la escalerilla del avión, vientos de 0chenta millas por hora querían levantarnos de nuevo por los aires.

¿Dónde creen que estoy?

Temple. Foto R.Puig

Temple. Foto R.Puig

Más pistas…

Inspiración. Foto R.Puig

Inspiración. Foto R.Puig

Y para ponerlo muy fácil…

Delicatessen. Foto R.Puig

Delicatessen. Foto R.Puig

La solución el próximo domingo…

¡Good night!


De estos días de invierno en Leicester (I)

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Días de crocus. Jardin botánico. Leicester. Foto R.Puig

Días de crocus. Jardin botánico. Leicester. Foto R.Puig

Lo adivinaron, cuatro seguidores del blog acertaron. He estado ocho días en Leicester, pero no me va a bastar un capítulo para dar cuenta de esta visita. Por de pronto, a pesar de los chubascos, he vuelto al jardín botánico de la Universidad. No estaba el día para solearse y éramos pocos los visitantes. Pero quién busca encuentra, incluso en medio del invierno tan parco en flores y colores. Aunque en estos días los parques estén turgentess de crocus, esa flor que brota de unos fieles y humildes bulbos.

También son humildes las ofrendas de la comunidad punjabi de Leicester, que tiene su Mandir (Templo) Geeta Bhavan (Palabra de Dios) en 70 Clarendon Park Road (como ha bien precisado mi buen amigo Jabo en su comentario del domingo pasado), casi esquina con Queens Road, en el barrio popular y tranquilo de Clarendon Park .

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En el Geeta Bhavan Mandir

Ofrendas al Pandava Bhima. Leicester. Foto R.Puig

Ofrendas al Pandava Bhima. Leicester. Foto R.Puig

Entre esas ofrendas, el coco destaca por su particular significado ritual en la liturgia hindú como símbolo de las tres partes del ser humano (su corteza física, la substancia psicológica y el agua de la espiritualidad) y sus tres ojos, los dos del cuerpo y el interior de la conciencia. El oferente, desde su piel a su dharma, se pone a disposición de Dios, ante sus mediadores y representaciones.

En el Geeta Bhavan Mandir. Leicester. Foto R.Puig

En el Geeta Bhavan Mandir. Leicester. Foto R.Puig

El sacerdote me había invitado a su servicio litúrgico (dos al día). Asistí a los tranquilos rituales de las 10 de la mañana del pasado jueves. No son muy diferentes en su materialización simbólica de los que observamos en los templos católicos tradicionales, donde también hay estatuas, a la manera de los ídolos* del hinduismo, y ofrendas en abundancia, incienso purificador, campanillas, velas, recitaciones y salmodias litúrgicas, aspersiones con agua bendita y algún elemento fortificador, pan y vino consagrados o, en la liturgia del hinduismo, el agua de las abluciones matinales, purificada durante todo el día ante el altar de Krishna.

Altares de Durga, Krishna y Rama. Leicester. Foto R.Puig

Altares de Durga (madre del Universo), Krishna y Rama. Leicester. Foto R.Puig

Las fuerzas que operan en el universo y en nosotros son las formas en que se presenta y se comunica Dios a través de complejas y multiformes divinidades. El hinduismo las representa por ídolos* para que el pueblo llano las entienda y encuentre en estos avatares las narraciones que lo explican todo, la escucha, el apoyo y la consolación que necesita.

Hay trinidades (trimurti) y encarnaciones (avatares) como la de Krishna, encarnación de Vishnu.

Ritual de purificación ante el altar de Krishna.  Foto R.Puig

Ritual de purificación ante el altar de Krishna. Foto R.Puig

También hay rituales de purificación del aire y para ahuyentar los elementos del mal que contaminan el mundo, mediante el uso simbólico de la campanilla y el zurriago (aunque en el hinduismo no hacen falta espaldas de flagelantes).

Ritual de purificación ante el altar de Rama. Foto R.Puig

Ritual de purificación ante el altar de Rama. Foto R.Puig

Y hay deidades con innumerables metamorfosis, como las de Vishnu, una de las personas de la Trimurti .

Vishnu. Foto R.Puig

El “murti” (ídolo) que representa a Vishnu. Foto R.Puig

Así que el pasado jueves, acogido amablemente por su sacerdote, pasé un rato lejos del mundo en compañía de una pareja de ancianos con su nieta, con los que dejé mi ofrenda de monedas, fui purificado con aspersiones de agua bendita, compartí el agua de las abluciones y escuché los rezos y cantos litúrgicos salmodiados en punjabi. 

El amable sacerdote del Geeta Bhavan Madir. Leicester. Foto R.Puig

El amable sacerdote del Geeta Bhavan Mandir. Leicester. Foto R.Puig

Durante la ceremonia entró un obrero con su chaqueta de trabajo, que aprovechaba una escapada para ofrecer un racimo de plátanos a Krishna, hubo otro que se asomó para hacer sus reverencias y salió acto seguido para volver a sus tareas. Las ofrendas de frutos, tras haber pasado un tiempo ante alguno de los altares son distribuidos a los fieles. Al dejar el templo, el sacerdote me ofreció una mandarina y una ciruela, obviamente benditas.

Capilla del fuego. Geeta Bhavan Mandir. Leicester. Foto R.Puig

Capilla del fuego. Geeta Bhavan Mandir. Leicester. Foto R.Puig

Este templo se inauguró en 1997 en el espacio de una antigua iglesia protestante. Los fondos para la adquisición de los locales y su reforma fueron recogidos integralmente en la comunidad punjabi, que habita principalmente en la zona sur de Leicester. La comunidad gujerati, mayoritaria en la ciudad, tiene cinco templos, pero su lengua es diferente de la de los oriundos del Punjab, que aspiraron durante muchos años a su propio centro comunitario, religioso y civil a un tiempo. Ese centro es el Geeta Bhavan Mandir.

.

En el mismo barrio

No muy lejos, he pasado varias veces delante de otro templo, una modesta sinagoga, donde, en estos tiempos de rechazos gubernativos a los emigrantes que escapan de las guerras de Medio Oriente en busca de asilo, se muestra a las claras que hay judíos ingleses que no la piensan como los votantes del BREXIT ni como el lamentable histriónico estrambote que dice que gobierna en el otro lado del Atlántico.

La sinagoga da la bienvenida a los refugiados. Leicester. Foto R.Puig

La sinagoga da la bienvenida a los refugiados. Leicester. Foto R.Puig

Las Convenciones Internacionales del Derecho de Asilo no distinguen razas, sexos, nacionalidades o confesionalidades religiosas.

Leyendo el cartel en la ventana de la sinagoga me he acordado del poema Refugee Blues del poeta inglés Wystan Hugh Auden (1907-1973). Lo escribió en 1939, en tiempos que también eran, como lo son los nuestros, de rechazo y persecución. Las naciones de todo el mundo no aceptaron en su gran mayoría (julio de 1938 en la Conferencia de Evian) acoger a los judíos que querían abandonar Alemania. Ni siquiera el pogromo de “la noche de los cristales rotos” cambió la voluntad de los gobiernos.

Hoy sigue habiendo muchos, y van en aumento, que no han aprendido nada…

Refugee Blues

Say this city has ten million souls,

Some are living in mansions, some are living in holes:

Yet there’s no place for us, my dear, yet there’s no place for us.

.

Once we had a country and we thought it fair,

Look in the atlas and you’ll find it there:

We cannot go there now, my dear, we cannot go there now.

.

In the village churchyard there grows an old yew,

Every spring it blossoms anew:

Old passports can’t do that, my dear, old passports can’t do that.

.

The consul banged the table and said,

“If you’ve got no passport you’re officially dead”:

But we are still alive, my dear, but we are still alive.

.

Went to a committee; they offered me a chair;

Asked me politely to return next year:

But where shall we go to-day, my dear, but where shall we go to-day?

.

Came to a public meeting; the speaker got up and said;

“If we let them in, they will steal our daily bread”:

He was talking of you and me, my dear, he was talking of you and me.

.

Thought I heard the thunder rumbling in the sky;

It was Hitler over Europe, saying, “They must die”:

O we were in his mind, my dear, O we were in his mind.

.

Saw a poodle in a jacket fastened with a pin,

Saw a door opened and a cat let in:

But they weren’t German Jews, my dear, but they weren’t German Jews.

.

Went down the harbour and stood upon the quay,

Saw the fish swimming as if they were free:

Only ten feet away, my dear, only ten feet away.

.

Walked through a wood, saw the birds in the trees;

They had no politicians and sang at their ease:

They weren’t the human race, my dear, they weren’t the human race.

.

Dreamed I saw a building with a thousand floors,

A thousand windows and a thousand doors:

Not one of them was ours, my dear, not one of them was ours.

.

Stood on a great plain in the falling snow;

Ten thousand soldiers marched to and fro:

Looking for you and me, my dear, looking for you and me.

El refugiado. Ernest Barlach Haus. Hamburgo. Foto R.Puig

El refugiado. Ernest Barlach Haus. Hamburgo. Foto R.Puig

.

Pensar que en la ciudad habitan diez millones de almas,

Algunos viven en mansiones, algunos en sus guaridas:

Mas no hay lugar para nosotros, querida, mas no hay lugar para nosotros.

.

Hubo un país que tuvimos y pensamos era justo,

Mira el mapa para hallarlo:

Ahora no podemos ir, querida, ahora no podemos ir.

.

Allí ante la iglesia del pueblo crece un viejo tejo,

Cada primavera florece de nuevo:

Como los viejos pasaportes, querida, como los viejos pasaportes.

.

El cónsul golpeó la mesa y exclamó:

“Si no tienes pasaporte, oficialmente estás muerto”:

Mas aún estamos vivos, querida, mas aún estamos vivos.

.

Fui ante una comisión y me ofrecieron asiento;

Me rogaron muy corteses que retornase en un año:

¿Pero adónde iremos hoy, querida, pero adónde iremos hoy?

.

Asistí a un mitín público; se alzó el orador y dijo:

“Si les dejamos entrar, nos robarán el pan nuestro”;

Hablaba de ti y de mí, querida, hablaba de ti y de mí.

.

Creí que era un trueno lo que rodaba por el cielo;

Era Hitler sobre Europa, “tienen que morir” diciendo;

Pensaba en nosotros, querida, pensaba en nosotros.

.

Vi un caniche bien abrochado en su abrigo,

Vi una puerta que se abría para acoger a un gato:

Mas no eran alemanes judíos, querida, mas no eran alemanes judíos.

.

Bajé al puerto y me acerqué al atracadero,

Vi que nadaban los peces con aire de liberados:

Sólo a tres metros del borde, querida, sólo a tres metros del borde.

.

Anduve a través de un bosque, vi a las aves en las ramas;

No tenían políticos y podían cantar sin trabas:

No eran de la raza humana, querida, no eran la raza humana.

.

Soñé con un edificio y sus millares de pisos,

Mil ventanas y mil puertas;

Ni uno era nuestro, querida, ni uno era nuestro.

.

Me paré en una gran llanura mientras caía la nevada;

De un lado para otro diez mil soldados marchaban:

A ti y a mí nos buscaban, querida, a ti y a mí nos buscaban.

.

W.H. Auden, 

(Poems selected by John Fuller, Faber and Faber, London 2005, pp. 31-32; traducción de R.Puig)

El refugiado. Detalle. Ernest Barlach Haus. Hamburgo. Foto R.Puig

El refugiado. Detalle. Ernest Barlach Haus. Hamburgo. Foto R.Puig

(*) NB: en la religiosidad hindú referirse a sus deidades y santidades como “ídolos” no tiene el matiz negativo que en las religiones del libro se le ha dado, para entre otras razones justificar su destrucción y los combates contra la idolatría. El είδωλο es en su sentido etimológico una imagen de la divinidad a través de la cual se le presta adoración. Los sacerdotes del hinduismo, como los católicos, lo saben y la veneración de las estatuas se acepta como una vía de facilitar el culto al pueblo llano, pero no se las considera como dioses.

Griegos y romanos respetaban los ídolos de otras culturas. La guerra sin cuartel contra los idólatras aparece en la Biblia, continúa con la expansión del Evangelio y se agudiza con el Islamismo radical. La idolatría es pues otra de las supuestas prácticas nefandas que se usan como pretexto para la intolerancia religiosa, la iconoclastia y la destrucción de los templos ajenos e, incluso, para las masacres que marcan la historia de la humanidad. Y cuando una civilización está consiguiendo liberarse de esta barbarie hay siempre otra que acude con entusiasmo al relevo.


Seguimos con Leicester (II): en el Campus de la Universidad

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El Campus de Leicester desde Victoria Park. Foto R.Puig

El Campus de Leicester desde Victoria Park. Foto R.Puig

Hace no mucho la alcaldesa de Madrid habló del pionero campus madrileño vertical, a cargo del Instituto de Empresa,  que se alojará en la torre Caleido de 181 metros de altura, donde estudiarán 6,000 alumnos. Por lo que me contaba hace poco una sobrina mía arquitecta, hace años que los campus universitarios ubicados en torres son algo corriente en las construcciones educativas en no pocos países.

Así que en esta visita a Leicester me he fijado con renovada curiosidad en los edificios de su campus. Resulta que este campus vertical se inició ya con un edificio de la New Brutalist school of architecture en 1963: la Escuela de Ingeniería.

La torre de la Escuela de Ingeniería. Arquitectos James Stirling y James Gowan. Leicester.1963. Foto R.Puig

Escuela de Ingeniería. Arquitectos James Stirling y James Gowan. Leicester.1963. Foto R.Puig

Pero no paró ahí la cosa. En 1966 se inauguró otro edificio brutalista, el edificio Charles Wilson (del nombre del primer vicecanciller de la Universidad), obra del arquitecto Denys Ladsun. Hay ya dos mil personas del Campus que han formado un grupo que quiere pintarlo de rojo y azul para completar su semejanza con el robot Optimus Prime de los Transformers.

Charles Wilson Building. Arquitecto Denys Lasdun. 1966. Leicester.Foto R.Puig

Charles Wilson Building. Arquitecto Denys Lasdun. 1966. Leicester.Foto R.Puig

Desde sus ventanas se divisan buenas vistas de los alrededores…

Vista de Leicester Sur desde el Charles Wilson Building. Foto R.Puig

Vista de Leicester Sur desde el Charles Wilson Building. Foto R.Puig

Pero la más alta es la Attenborough Tower, del estudio de arquitectos  daneses Arup Associates, que se inauguró en 1970.  La vista siguiente la tomé desde lo alto del Charles Wilson Building.

Attenborough Tower. Arquitectos Arup Associates. Leicester.1970. Foto R.Puig

Attenborough Tower. Arquitectos Arup Associates. Leicester.1970. Foto R.Puig

Y desde sus ventanas superiores también se pueden contemplar los cuatro puntos cardinales de Leicester

Vista de Leicester desde la Attenborough Tower. Foto R.Puig

Vista de Leicester desde la Attenborough Tower. Foto R.Puig

A diferencia de lo que supongo habrá en el campus vertical de Madrid, los amplios espacios verdes de esparcimiento y deporte no faltan al pie de estas torres

Campus vertical. Leicester. Foto R.Puig

Campus vertical. Leicester. Foto R.Puig

Son los mismos terrenos del Victoria Park

La Attenborough Tower y el campo de rugby. Foto R.Puig

La Attenborough Tower y el campo de rugby. Foto R.Puig

Los vientos circulan libremente y a veces dejan su recuerdo

Efectos del huracán Doris en Victoria Park. Foto R.Puig

Efectos del huracán Doris en Victoria Park. Foto R.Puig

Como lo hizo la tormenta Doris el día en que aterricé en Birmingham camino de Leicester, de lo que testimonia este árbol caído; lo que me hace pensar en un debate que se ha tenido recientemente en este Campus sobre el motto que se había mantenido desde la creación de la universidad y ahora se ha borrado del logo de la universidad

El motto fundacional de la Universidad de Leicester. Foto R.Puig

El motto fundacional de la Universidad de Leicester. Foto R.Puig

Ut vitam habeant (para que tengan vida) es una expresión que en su espíritu fundacional quería significar la entrega y la dedicación a la formación universitaria de alumnos y profesores y de los recursos de esta Alma Mater. Pero es una frase del evangelio de San Juan (10,10) por la que Jesús manifiesta ante los fariseos que él ha venido a dar su vida para que los hombres tengan vida…

“El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas…”

Pues bien, el resultado es el siguiente:

Cambio de logo. Universidad de Leicester. Fuente Serious

El antiguo logo a la izquierda, el nuevo a la derecha. Fuente “Serious” Consultores

Se quita el motto que alude al sacrificio y, según las opiniones de los que lo cambiaron, recordaba demasiado la muerte, en especial, han dicho, la de los caídos por la Patria. Según los consultores el nuevo logo es un mejor branding y atraerá más customers a la Universidad. El resultado es que muchos que no creen en la magia del marketing lamentan que se barra no sólo el latín, sino con él la visión humanista de la Universidad, en favor de una visión mercantilista. La verdad es que las cosas, según me han contado varios docentes, van por ahí. Si a alguien le interesa este debate sobre símbolos y mottos académicos, sobre tradición versus marketing universitario, puede pinchar aquí.

Parece irrelevante, pero todavía hay quienes defienden la Universidad como lugar de crecimiento humanístico y ético, quienes nunca vieron en este motto la muerte sino la apuesta por la vida y, por otro lado, los mercadotécnicos, que piensan que esa frase era disuasoria, es decir los consultores y quienes los llamaron.

En todo caso, la memoria de los británicos caídos en las dos guerras mundiales del siglo XX sigue ahí, junto al Campus

Campus de Leicester. Memorial de los caídos de las dos guerras mundiales. Foto R.Puig

Victoria Park. Leicester  Memorial de los caídos de las dos guerras mundiales. Foto R.Puig

Probablemente, la mayoría de los alumnos no habían pensado nunca en el motto, ni nunca se fijaron en él cuando pasaban junto a la fachada del edificio más antiguo de su universidad, que es ahora el de la administración, en la plaza del  campus.

Puede que los consultores hayan conseguido lo contrario de lo que pretendían, que los alumnos se empiecen a preguntar por el sentido de sus estudios y del mundo para el que se preparan.

La plaza interior de la Universidad de Leicester. Foto R.Puig

La plaza interior de la Universidad de Leicester. Foto R.Puig

Quien sí sabía lo que se hacía era Claudio Ranieri, que logró el milagro de guiar al Leicester City de la irrelevancia a la conquista de la Premier League. No obstante, a él se lo ha comido el mercado y la impaciente ambición de quienes no ganaban antes nada, lo ganaron todo y, cuando la fortuna les abandonó durante unas jornadas, pidieron la cabeza del mago para buscarse otro, a quien no tardarán mucho en decapitar también.

Pero, aunque Ranieri se haya vuelto a Roma, de todo aquel delirio le ha quedado el afecto de muchos leicestercenses, por ejemplo los heladeros del Gelato Village,

Ciao Claudio. En el Gelato Village. Leicester Foto R.Puig

Ciao Claudio. En el Gelato Village. Leicester Foto R.Puig

cuyos helados puedo confirmar que son excelente y de verdad italianos.

Los carniceros de Queens Road también le han erigido un monumento a su manera…

Archer Carniceros fans de Ranieri. Foto R.Puig

Archer Carniceros fans de Ranieri. Foto R.Puig

“Las salchichas Ranieri”

Pues bien, lo prometí y lo cumplí. Las compré, las freí y me las comí, y hasta hubo un vegetariano por adopción al que pervertí (no pudo evitarlo, se comió una). Así frititas en el plato son más bien feas, pero de verdad que la gastronomía inglesa, cuando aplica recetas italianas, ha mejorado en mi aprecio. ¡Francamente bien!

Vanitas vanitatum. Foto R.Puig

Vanitas vanitatum. Foto R.Puig

Y la cerveza, para no desmerecer y con perdón de UKIP, es alemana…


Sempervivum

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Sempervivum Calcareum Extra. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Sempervivum Calcareum. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

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recordando al paciente profesor que consiguió que aprobase en Aritmética

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En el Jardín Botánico de Leicester (y III)

El término latino sempervivum se puede traducir como siemprevivo, si bien en castellano nos referimos a la siempreviva. En un día frío, lluvioso y ventoso me adentré en el Jardín Botánico de la Universidad de Leicester, uno de los siete jardines botánicos de Inglaterra creados y mantenidos por universidades. Ya tuve ocasión de hablar del mismo y del de la Universidad de Oxford en estas mismas crónicas. También las universidades de Birmingham, Cambridge, Durham, Newcastle y Reading tienen el suyo. En Gran Bretaña hay hasta ciento siete jardines botánicos y arboretum repertoriados. Para poner dos ejemplos más, en España he contado ciento dieciocho y en los Estados Unidos hay más de mil. Se podría pasar una vida entera viajando de jardín botánico en jardín botánico por los cinco continentes y no se acabaría nunca.

En el Botánico con cielo encapotado. Leicester Feb.2017. Foto R.Puig

En el jardín botánico con cielo encapotado. Leicester Feb.2017. Foto R.Puig

No había pensado comenzar con estadísticas, pero es que durante la visita he sentido que me volvían a tirar de las orejas por mi incompetencia matemática. Debe de ser un trauma que guardo de cuando a los nueve años me suspendieron en junio en los exámenes de ingreso al bachillerato ¡en aritmética! Francamente puede ser que aquello decidiera mi futuro, pues a partir de aquel verano las clases particulares de matemáticas substituyeron a las de guitarra en el presupuesto de nuestra familia numerosa. Quien sabe si el mundo se perdió un gran guitarrista. No obstante, a partir de aquel verano de 1954, en el joven profesor de aquellas clases particulares de aritmética, a las que iba con mi hermano mayor, encontré un amigo, que además me ayudó a seguir aprobando, aunque fuese por los pelos, en esta materia. No he olvidado a su familia acogedora ni sus lecciones, amables y exigentes a un tiempo, en su domicilio de la calle de la Arganzuela de Madrid. Pasaron los años y Don José Catalán Lafuente es una autoridad en las ciencias del agua.

Espiral vegetal de Fibonacci. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Espiral vegetal de Fibonacci. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

No, no me estoy desviando del tema. Es que cuando yo sólo venía a disfrutar de las plantas, y de un tranquilo paseo sin complejidades, me he topado con las espirales de Fibonacci. Yo no se las podría explicar con todos sus cálculos y repercusiones, aunque reconozco que estas teorías tienen también un atractivo estético e imaginario inacabable. Claro que no sé si todas las alcachofas ni todos los ombligos humanos, por poner dos de los casos que se suelen citar, obedecen disciplinadamente a las directrices de Leonardo de Pisa (1170-1240), que así se llamaba aquel hombre obsesionado por la cría de conejos. Ya estoy viejo y no puedo ponerme a estas alturas a perfeccionar mi aritmética.

Espiral vegetal de Fibonacci.Detalle. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Espiral vegetal de Fibonacci. Detalle. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Tampoco creo que pueda ajustar mi oído interno a los patrones que deberíamos compartir con las caracolas de tipo Nautilus

Espiral de Fibonacci. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Espiral de Fibonacci. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Sea como sea, las siemprevivas de la sección alpestre en Leicester te hipnotizan y mucho más a quien se ponga a contar sus circunvoluciones en busca de esas mágicas sucesiones de la Naturaleza

Sempervivum Erythraeum. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Sempervivum Erythraeum. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

o a fijar su pupila en la agreste mirada devoradora de la Sempervivum Red Devil

Sempervivum Red Devil. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Sempervivum Red Devil. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Lo que si me propongo, a partir de esta visita, cuando camine por laderas alpinas, es ser muy cuidadoso y mirar bien donde pongo mis botas, no sea que hiera a alguna de estas pequeñas maravillas que nos enseñan tenacidad, paciencia y armonía

Sempervivum Arachnoideum. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Sempervivum Arachnoideum. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Tras las especulaciones de Fibonacci y el universo minúsculo de las siemprevivas, dejamos el territorio alpestre,

En el Botánico de Leicester. Vegetación de montaña. Feb.2017. Foto R.Puig

En el Botánico de Leicester. Vegetación de montaña. Feb.2017. Foto R.Puig

no sin antes admirar el empaque de algunas de las edificaciones en Revival style que hay en este Botánicocomo la Hastings House, construida en ladrillo y piedra a principios del siglo XX, y bien integrada en su entorno vegetal

Hastings House.Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Hastings House.Botánico de Leicester. Foto R.Puig

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Las humildes invernales

Prímulas rojas. Botánico de Leicester. Feb.2017. Foto R.Puig

Prímulas rojas. Botánico de Leicester. Feb.2017. Foto R.Puig

Así llamaría yo a esas flores que aguantan bien los fríos del invierno, como las prímulas

Prímulas. Botánico de Leicester. Feb.2017. Foto R.Puig

Prímulas. Botánico de Leicester. Febrero 2017. Foto R.Puig

Prímulas blancas.  Botánico de Leicester.  Feb.2017. Foto R.Puig

Prímulas blancas. Botánico de Leicester. Febrero 2017. Foto R.Puig

o los crocus que anuncian la primavera

Florecen los crocus. Botánico de Leicester. Feb.2017. Foto R.Puig

Florecen los crocus. Botánico de Leicester. Feb.2017. Foto R.Puig

o esas otras que evocan la despedida de las nieves

Snowdrops o Galanthus. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Snowdrops o Galanthus. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

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Plantación de esculturas

Como es tradición de este jardín, no faltan esculturas, algunas de ellas pertenecientes a la colección permanente, que dialogan con los árboles y plantas de su marco natural

Hybrid. Deirdre Hobbart. Botánico de Leicester. Feb.2017. Foto R.Puig

Hybrid. Deirdre Hobbart. Botánico de Leicester. Febrero 2017. Foto R.Puig

Paisaje toscano de Ken Ford. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Paisaje toscano de Ken Ford. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Otras se exponen temporalmente

Cinis Ager & Helianthus de Jacky Nyssa y Lauren. 2014. Detalle. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Cinis Ager & Helianthus de Jacky Nyssa y Lauren. 2014. Detalle. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

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Despedida

Ha llegado la hora de decir adiós a Leicester. Lo haremos con unas imágenes que no van a variar mucho el día en que nos toque volver de nuevo. Desde luego el viejo y arrugado sequoia no se moverá de su sitio, ni necesita adecuarse a las sucesiones de Fibonacci. Seguirá viendo pasar otras generaciones y resistirá a muchas tormentas antes de que le llegue la hora de reposar.

Sequoia. Botánico de Leicester. Foto R.Puig -

Sequoia. Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Como tampoco estas plantas que, según dice en el plano, ya existían en los bosques neogénicos, antes de las edades del hielo. Será por ello que he de alzar la capucha del chubasquero, pues ha comenzado a neviscar.

Especímenes anteriores a la Edad del Hielo.Botánico de Leicester. Foto R.Puig

Especímenes anteriores a la Edad del Hielo. Botánico de Leicester. Foto R.Puig


Breverías erasmianas (XXIX): “Veritatis simplex oratio” (El lenguaje llano de la verdad)

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Simpliciter florens veritas. Foto R.Puig

Simpliciter florens veritas. Foto R.Puig

Celebrando los sesenta años del  Tratado de Roma

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“Veritatis simplex oratio”

El lenguaje llano de la verdad

Adagio Ι, iii, 88

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Erasmo ha tomado este proverbio de la colección de Diogeniano (2.85) aunque reseña que también aparece en las Fenicias de Eurípides (469-72):

Nam veritatis suevit esse oratio

Simplex, vafris nec est egens ambagibus

Interpretum, siquidem ipsa per se congruit.

At sermo iniquus, quia per se sit morbidus,

Medicamenta exquisita deposcit sibi.

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Suele el discurso de la verdad ser simple,

no precisa de sutilezas ni explicaciones sinuosas,

porque consigo misma concuerda.

Pero el hablar inicuo, siendo malsano en sí mismo,

Necesita condimentos rebuscados.

Simplicitas. Foto R.Puig

Simplicitas. Foto R.Puig

Y dice Séneca en sus Cartas (49,12) citando a Esquilo:

Porque como afirma el trágico: el lenguaje de la verdad es simple

Erasmo continúa:

Este adagio se ha de usar contra esos oradores y poetas que suelen revestir sus palabras mendaces con toques decorativos, o contra quienes hablan con fingido afecto y, puesto que no se expresan de corazón, suelen adornar cuidadosamente su discurso e imitar con sus palabras los verdaderos sentimientos, precisamente porque carecen de ellos.

Como esos a quien se paga por llorar en los funerales

y dicen y sobreactúan más que quienes de verdad lo sienten

(Horacio, Arte poética, 431-2)

Simplicitas. Foto R. Puig

Simplicitas. Foto R. Puig

Mientras que la verdad simple y natural es llana y prescinde de esta clase de palabras disfrazadas [id genus orationis fucos], llamando a la higuera higuera, y a la azada azada (adagio II iii 5)

ficus ficus, ligonem ligonem apellans

τὰ σῦκα σῦκα, την σκάφην σκάφην

(Luciano de Samosata, Historia verdadera, 41)

En sol mayor. Foto R.Puig

En sol mayor. Foto R.Puig

También puede usarse contra los adivinos que, por temor a que les puedan pillar, pronostican con ambigüedad y dejan siempre una resquicio para escabullirse; finalmente, contra quienes para esconder la verdad discursean embrollando. Lo que suele ser, como dice Terencio, un indicio que denota el fraude:

¿Vas a seguir embrollándome con tu hablar marrullero?

‘Lo sé, no lo sé, se marchó, he oído, no estaba yo allí.’

¿Es que no vas a hablarme abiertamente, decirme lo que hay?

(Terencio, El eunuco, 817.9)

Los romanos llamaban vafritia a la astucia, esa que se emplea en el discurso para tapar con trampas y afeites la verdad llana. Hoy se califica de verdades alternativas a esas cortinas de humo y de mentiras que se tejen para negar los hechos, en especial cuando estos empiezan a acorralar a los embusteros.

Nada nuevo, es el cuento de nunca acabar.

Perlucens. Foto R.Puig

Perlucens (amarres a la espera de los barcos en Skintebo, 24 de marzo  del 2017).  Foto R.Puig

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Apostilla para un aniversario 

(de la Versión Consolidada del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea)

PRÉAMBULO

RESUELTOS a sentar las bases de una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos,
DECIDIDOS a asegurar, mediante una acción común, el progreso económico y social de sus respectivos países, eliminando las barreras que dividen Europa,
FIJANDO como fin esencial de sus esfuerzos la constante mejora de las condiciones de vida y de trabajo de sus pueblos,
RECONOCIENDO que la eliminación de los obstáculos existentes exige una acción concertada para garantizar un desarrollo económico estable, un intercambio comercial equilibrado y una competencia leal,
PREOCUPADOS por reforzar la unidad de sus economías y asegurar su desarrollo armonioso, reduciendo las diferencias entre las diversas regiones y el retraso de las menos favorecidas,
DESEOSOS de contribuir, mediante una política comercial común, a la progresiva supresión de las restricciones a los intercambios internacionales,
PRETENDIENDO reforzar la solidaridad de Europa con los países de ultramar y deseando asegurar el desarrollo de su prosperidad, de conformidad con los principios de la Carta de las Naciones Unidas,
RESUELTOS a consolidar, mediante la constitución de este conjunto de recursos, la defensa de la paz y la libertad e invitando a los demás pueblos de Europa que participan de dicho ideal a asociarse a su esfuerzo,
DECIDIDOS a promover el desarrollo del nivel de conocimiento más elevado posible para sus pueblos mediante un amplio acceso a la educación y mediante su continua actualización,

….

PRIMERA PARTE

PRINCIPIOS

Artículo 1

Por el presente Tratado, las ALTAS PARTES CONTRATANTES constituyen entre sí una COMUNIDAD EUROPEA.

Artículo 2

La Comunidad tendrá por misión promover, mediante el establecimiento de un mercado común y de una unión económica y monetaria y mediante la realización de las políticas o acciones comunes contempladas en los artículos 3 y 4, un desarrollo armonioso, equilibrado y sostenible de las actividades económicas en el conjunto de la Comunidad, un alto nivel de empleo y de protección social, la igualdad entre el hombre y la mujer, un crecimiento sostenible y no inflacionista, un alto grado de competitividad y de convergencia de los resultados económicos, un alto nivel de protección y de mejora de la calidad del medio ambiente, la elevación del nivel y de la calidad de vida, la cohesión económica y social y la solidaridad entre los Estados miembros.

(25 DE MARZO DE 1957)

Porque la verdad de las cosas y de los proyectos se ha de demostrar cada día y porque cuanto más llana y simple es, más esfuerzos requiere su realización. Siempre habrá quienes vengan a vendernos verdades alternativas. Cuando se les interpela, se descubre que esos humos que venden son viejos, revenidos, que esconden millones de muertos, guerras, genocidios, deportaciones y masacres en masa, muros divisorios entre seres humanos, nacionalismos excluyentes, racismo, utopías totalitarias, identidades asesinas y miseria moral.

La Unión Europea dicen que es un milagro. Pero en realidad es el fruto de la voluntad y el trabajo de muchos para consolidar la paz y el progreso democrático entre naciones que, a pesar de sus propios conflictos y contradicciones, comparten su soberanía para garantizar que no habrá ya más guerras entre ellas, que dedicarán sus recursos y esfuerzos comunes a defender los principios y el ejercicio de los valores democráticos y los derechos individuales y colectivos.

La Unión Europea es un proyecto en común de más de quinientos millones de seres humanos, que también repercute en la vida de muchos millones de personas en otros lugares del planeta. Es un proyecto con avances y retrocesos, que no es inmune a circunstancias políticas, económicas y sociales, locales y globales. La calidad, eficacia y eficiencia de sus instituciones y de la gestión continua de sus incesantes desafíos están siempre sometidas a prueba y no están a salvo de errores; entre los cuales no son los menores los de nuestros propios demonios, que se despiertan aquí y allá, alimentados por la ignorancia y el olvido.

Venimos de lejos, no son sólo sesenta años, son siglos. Erasmo fue testigo durante los casi setenta años de su vida de una época terriblemente difícil de la historia europea. Sus razones fueron orilladas, pero han seguido abriéndose paso, como seguirán abriéndose paso las razones que fundan la Europa que queremos.

Veritatis simplex oratio. Foto R.Puig

Veritatis simplex oratio. Foto R.Puig

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Referencias:

Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), 2010, pp.308-309

Versión Consolidada del  Texto del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea

Ver también: Dulce Bellum Inexpertis


Abril

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El riurau dormido. Foto R.Puig

El riurau dormido. Els Poblets. Foto R.Puig

Los riuraus inundaban a fines del siglo XIX el paisaje rural de toda la Marina Alta. Se trata de construcciones que se utilizaban como secaderos donde se apilaban los cañizos con las pasas cuando llovía. La exportación de la pasa (pansa en valenciano) fue una fuente de riqueza sobre la que se asentó la burguesía local. Esa industria entró en crisis a comienzos del pasado siglo y ya en los años veinte había prácticamente desaparecido.

Por entonces, un poema en inglés revolucionaba la poesía

Abril es el mes más cruel, engendra

lilas de la tierra muerta, mezcla

memoria y deseo, desentumece

raíces con lluvia primaveral.

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April is the cruellest month, breeding

Lilacs out of the dead land, mixing

Memory and desire, stirring

Dull roots with spring rain.

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primeros versos de “El erial” ( The Waste Land), T.S. Eliot, 1922

(la traducción es mía)

Las lluvias de abril han seguido cayendo como siempre, pero las galerías de los riuraus de la Marina Alta no albergan ya el secado de la uva y sus calderas hace tiempo que se desmantelaron.

Aquí se secaba la uva pasa. Foto R.Puig

Aquí se secaba la uva pasa. Foto R.Puig

Hay asociaciones que se esfuerzan por proteger y restaurar esta construcción rural de la comarca alicantina de la Marina Alta, relacionada con la producción de pasa. Sus pórticos protegían el secado de la uva de las inclemencias del tiempo.

Se trata de una construcción sencilla, de planta rectangular alargada cerrada en todos sus frentes excepto el que orienta hacia el soleamiento, donde dispone de amplias arquerías carpanel formadas con ladrillo macizo y mampostería, sobre pilares realizados también con mampostería o ladrillo. De una sola crujía, se cubre con teja hacia el lado de los arcos.

Esta construcción se sitúa exenta o bien adosada a uno de los frentes de la casa o edificación principal

Wikipedia: “Riurau”

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Flores de abril

Pero es verdad lo que el poeta afirma, este mes desentumece las raíces que el invierno ha entorpecido y engendra flores. Por estos campos, donde se criaba la uva dorada que se exportaba ya hecha pasa, en estos días de abril se expande el aroma de la flor de azahar

Flor de azahar. Foto R.Puig

Flor de azahar. Foto R.Puig

Es la flor del naranjo y el limonero. Ahora comienza su eclosión, ahora nos invita a seguir su rastro en el aire, a pasear o a cabalgar la bicicleta por esos caminos que la cumbre del Montgó preside

El Montgó y los naranjos en flor. Foto R.Puig

El Montgó y los naranjos en flor. Foto R.Puig

Son las innumerables sendas rurales entre plantaciones de cítricos.

Aunque también hay flores a la vera de la playa

Las flores del diente de león. Foto R.Puig

Las flores del diente de león. Foto R.Puig.

Y hasta jardines que sueñan con echarse a la mar

La barca florida. Foto R.Puig

La barca florida. Foto R.Puig

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A escasa distancia, los pescadores pasan la tarde

La hora de los pescadores. Foto R.Puig

La hora de los pescadores. Foto R.Puig

en la hora de las nubes brujas

Nube viajera. Foto R.Puig

Nube viajera. Foto R.Puig



Breverías erasmianas (XXX): “Annus producit, non ager” (El año, no la tierra, produce la cosecha)

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Cagnaccio di San Pietro. Vista de Pederobba, 1936. Galería Gomiero, Milán y Padua

Cagnaccio di San Pietro. Vista de Pederobba, 1936. Galería Gomiero, Milán y Padua

“Annus producit, non ager”

El año, no la tierra, produce la cosecha

Adagio I i 44

Aprovecha Erasmo un proverbio atribuido a Teofrasto (sucesor de Aristóteles a la cabeza de la Escuela peripatética de Atenas) para intervenir en el antiguo debate entre los que opinan que en lo concerniente al carácter, capacidades, virtudes y defectos de las personas, el peso de la herencia es el principal factor, frente a los que atribuyen el papel más importante al entorno social en el que crecemos junto con la educación y los ejemplos que recibimos.

La niña y su papá. Playa de la Almadrava. Foto R.Puig

La niña y su papá. Playa de la Almadrava. Foto R.Puig

En tiempos de Erasmo no se hablaba del genoma humano, pero sí de progenitores y antepasados. Su comentario comienza así:

Ἔτος φέρει, οὐχὶ ἄρουσα, es decir “El año, no el campo,  hace crecer la mies” (Annus producit segetem, non arvum) es un hemistiquio proverbial que aparece en el libro octavo de “Sobre las plantas”, obra atribuida a Teofrasto :

“Para el crecimiento y la alimentación (de la planta) ayuda grandemente el clima y la temperatura y como se presente el año en general. Porque si las lluvias, el buen tiempo y las tormentas acontecen a su debido tiempo, todo crecerá feliz y profusamente, incluso en campos salinos y escasamente fértiles. De modo que no está lejos de la verdad lo que se dice en el proverbio, que “no es el campo, sino el año, el que produce el fruto”. Aunque, no obstante, el terreno pueda hacer la diferencia”

(Teofrasto, Historia de las plantas, 8.7.6)

Cagnaccio di San Piero. El manantial. 1935 - 39. Detalle. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Cagnaccio di San Piero. El manantial. 1935 – 39. Detalle. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Erasmo sigue comentando las varias interpretaciones que se han hecho del texto griego de este pasaje y finalmente se pronuncia por la siguiente

Indudablemente Teofrasto no aprueba la opinión popular que responsabiliza de todo al clima, pues el tipo de suelo es también un factor importante. Sin embargo, mi parecer es que la lectura de más arriba es la más atractiva y pienso que mi opinión la compartirán los doctos.  El mismo autor vuelve sobre este adagio en el tercer libro de su “De causis plantarum” (Acerca de las plantas), cuando trata de como el trigo prospera tanto en regiones frías como calientes; no niega que la naturaleza de la tierra contribuya algo a la fertilidad, pero dice que mucho más importante es el aire circundante y la combinación moderada del tiempo y de los vientos que experimenta el campo. También lo menciona Plutarco en la década séptima de sus ‘charlas de sobremesa’

(Teofrasto, “De causis plantarum”, 3.23.4 y Plutarco, “Moralia” 701A)

Gisberto Ceracchini. El descanso. 1930. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Gisberto Ceracchini. El descanso. 1930. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Pero Erasmo, infatigable apóstol de la pedagogía humanista, quiere llegar a una interpretación analógica del proverbio:

Si se quiere extender el uso de este proverbio, puede de alguna forma entenderse que, para la formación del carácter, la educación es de mucha mayor importancia que la raza y que no tiene gran importancia quienes fueran tus antepasados, sino que es mucho más importante de qué modo has sido educado y qué principios te han enseñado. Porque es el clima lo que ‘educa’ lo que la tierra produce. Y parece que es a este adagio a lo que alude Eurípides, cuando pone en boca de Hécuba lo siguiente:

¿No es curioso que la tierra mala,

si el cielo le da buen tiempo,

produzca buenas cosechas,

y la buena, si no recibe lo que necesita,

dé mal fruto? ¿Y que, en cambio, entre los hombres el

que sale malo no deje de ser malo, y el bueno

siga siempre bueno sin que la adversidad

corrompa su carácter noble?

¿Qué influye más en esto, los padres o a la educación?

Es claro que una recta educación ha de incluir

de algún modo la enseñanza de lo que está bien.

Eurípides, “Hécuba”, 592-601

Gino Severini. Maternidad. 1916. Museo de la Accademia Etrusca e della Città di Cortona

Gino Severini. Maternidad. 1916. Museo de la Accademia Etrusca e della Città di Cortona

Y continúa Erasmo:

Hécuba parece dar más importancia al linaje que a la enseñanza y se admira de que lo que ocurre con la cosecha no suceda con la condición humana. Por el contrario, fue Licurgo quien aportó un experimento espléndido para demostrar que la educación es más poderosa que la raza, presentando en público dos perros: uno nacido de una perra callejera, pero que, debido a su entrenamiento, se lanzaba valientemente a la caza, mientras que el otro, de pura raza pero  sin entrenamiento, en oliendo pan y comida, de modo vergonzoso abandonaba la caza.

Massimo Campigli. Las educandas. 1929. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Massimo Campigli. Las educandas. 1929. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

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Por los siglos de los siglos

A lo largo de la historia, la doctrina de la predestinación ha sido con frecuencia llevada a sus extremos: aquellos que no pertenecen a la estirpe correcta, ni siquiera a fuerza de educación podrían modificar sus marcas de nacimiento, ya procedan estas de un estigma original del que sólo Dios nos lava (“agua del costado de Cristo, lávame”), de nuestro “servo arbitrio” (Lutero), del karma que nos haya caído en suerte (budismo chino),  del final que el Juez Supremo nos haya predeterminado (Calvino), de los rasgos que denuncian a los criminales natos (Lombroso), o más recientemente de ciertas combinaciones del genoma que nos arrastrarían a delinquir. Hace ya muchos siglos Agustín de Hipona, en tiempos de decadencia, se formaba una opinión pesimista de la impotencia de los seres humanos para llevar la Historia a buen puerto. Por no hablar de Carlos Marx y de la inexorable lucha de clases, enmarcada en una visión hegeliana de la evolución de la estirpe humana.

Con frecuencia, es la experiencia personal del filósofo o del líder religioso la que conduce a formarse una rígida visión dogmática de la irremediable incapacidad del ser humano para cambiar su destino. Unos serían tierra buena y otros mala, ni el clima, ni la benignidad de las estaciones podrían modificar la bondad o la maldad de la cosecha.

Gian Emilio Malerba. Las amigas. 1924. Colección Mita y Gigi Tartaglino. Torino

Gian Emilio Malerba. Las amigas. 1924. Colección Mita y Gigi Tartaglino. Torino

Erasmo mantuvo una sonada polémica con Lutero sobre la cuestión. El primero,  sin cesar de denunciar las iniquidades de su época, mantenía sin embargo la convicción humanista y pedagógica de que la persona humana no es nunca una víctima irremediable del destino, que, pase lo que pase, le queda el libero arbitrio (libre albedrío). El segundo, ante el mismo panorama, defendía que nuestros esfuerzos y méritos no son los que pesan en la balanza, pues estamos sujetos a un servo arbitrio (el albedrío esclavo); nuestro final es gratuito, sólo depende de la gracia de Dios y nuestro indulto sólo lo deberemos al suplicio de su Hijo, lo único que podría borrar el estigma original con el que todos, salvo una excepción, nacemos.

Zurbarán. La Inmaculada Concepción. 1661.Museo de Bellas Artes de Budapest

Zurbarán. La Inmaculada Concepción. 1661. Museo de Bellas Artes de Budapest

Entre los creyentes prosperan unas formas de predestinación, los ateos tampoco están vacunados de las suyas. Sangre de Cristo, karma, genoma, privilegios o razas especiales, sigue rodando la bola. Todo esto sería inocuo si otras formas de predestinación no se hubiesen usado a lo largo de la Historia para aniquilar o rechazar, bien porque a los de tal o cual pedigrí se les considere en masa como pérfidos, irreformables, fanáticos o inferiores, bien porque si no son como nosotros podrían contaminar la pureza y rectitud de nuestras formas de vida.

Arturo Martini. Busto de joven judía. 1922. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Arturo Martini. Busto de joven judía. 1922. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

En cuanto a la tendencia de explicar las conductas humanas con la genética o, desde otra vertiente, por traumas precoces, y a clasificar con categorías simples y cómodas a los que no son como nosotros, habría que decir que todo eso, se ha justificado desde antiguo, que no es nuevo y ha conducido a las peores atrocidades de la historia, sea bajo los pretextos de una creencia, de una ciencia o de una ideología.

El Dr.Linus Creel en el capítulo S2:A4 de la serie The Blacklist (Netflix) manipula el gen que predestina a los asesinos potenciales a pasar al acto en situaciones adversas. Los medios de información nos ofrecen a menudo descubrimientos punteros sobre genes que determinarían las más complejas de nuestras conductas humanas. En definitiva el viejo determinismo se vestirá siempre con nuevos ropajes.

Alberto Savinio. Los guardianes del puerto. 1930. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Alberto Savinio. Los guardianes del puerto. 1930. Museo de Arte Moderno de Trento y Rovereto

Por mi parte lo que espero de nuestros hijos y nietos es que no se dejen atrapar por los demonios de la vieja Europa, la que durante siglos dificultó con rechazos atrabiliarios la vida en paridad de derechos de judíos y de otras minorías, consideradas impuras, malignas o inferiores, esa parte de Europa que rebrota y que declara inasimilables a los que señala en bloque como fieles de una confesión irreformable. Cuando quienes en realidad no han asimilado los valores europeos son quienes marcan a millones de seres humanos en masa.

El rechazo a las aspiraciones, amparadas por el derecho de gentes, al asilo y a una vida mejor de quienes escapan de la guerra o de amenazas equivalentes, estigmatizados por una sola de sus múltiples identidades personales, por ejemplo la confesión religiosa, es una involución y una negación de lo que constituye el núcleo de los valores de la Europa que ha costado siglos construir: la persona es el sujeto de derechos y responsabilidades y tiene su propia historia individual,  no es un número dentro de una masa.

Santiago Pelegrín. Retrato de Marujita. 1925. Museo de Bellas Artes de Zaragoza.

Santiago Pelegrín. Retrato de Marujita. 1925. Museo de Bellas Artes de Zaragoza.

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Referencias:

Las obras de arte aquí mostradas provienen de dos exposiciones que he visitado hace poco en Madrid.

Todas menos una provienen de la exposición de la Fundación MAPFRE; “El retorno a la belleza. Obras maestras del arte italiano de entreguerras” (hasta el 4 de junio de este año), una muestra fuera de lo común que recomiendo vivamente.

La extraordinaria Inmaculada de Zurbarán se puede ver en el Museo Thyssen Bornemitsza: “Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las vanguardias” (hasta el 27 de mayo)


Santas Pascuas

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Domingo de Ramos en la desembocadura del Molinell. Foto R.Puig

Domingo de Ramos en la desembocadura del Molinell. Foto R.Puig

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En España

La mitad de la Semana Santa la he pasado en la Marina Alta. He sacado la bicicleta, he leído por fin algunos libros que tenía aparcados. He llamado a amigos y familiares y, claro está, paseando por las playas he preguntado a los pescadores eso que los que no lo somos inquirimos siempre: “Qué tal pican hoy?”. La respuesta es invariablemente que no, que no se da bien el día, aunque el agua que se agita en el cubo parezca desmentirlo.

El tiempo ha sido no sólo benigno, ha sido resplandeciente.

Semana Santa en la desembocadura del Molinell. Foto R.Puig

Semana Santa en la desembocadura del Molinell. Foto R.Puig

Al parecer también ha sido una semana pletórica de procesiones. Cualquier época es buena para hacer la fiesta, incluso si lo que se recuerda son dolores de hace más de dos mil años. Las tradiciones son las tradiciones y se trasmiten de padres a hijos. Si el abuelo se vistió de nazareno, el nieto seguirá haciéndolo. Los naturales de Nazaret se multiplican con el paso de las generaciones, aunque el atuendo no ha variado mucho.

Nazarenos. Foto Diario Información de Alicante

Nazarenos. Foto Diario Información de Alicante

Como estaba apartado de todo ello, no me he cruzado con ninguno, pero los medios de comunicación han sido, como de costumbre, prolíficos en mostrar los desfiles de todo tipo de cofrades.

A mí, en estos tiempos, cuando por todo el mundo se extiende la afición a enmascararse, y no precisamente para ir de procesión, todo esto me produce cierta grima. Dicen que es devoción, pero a mí me recuerda al klu klux klan. No puedo evitarlo. Y eso que a mis trece años, un viernes santo, me pusieron ese capirote de cartón en la cabeza. Nos llevaron de procesión los curas del colegio. La verdad es que hacía daño en las sienes, así que algo tenía de penitencia, aunque para purgar qué culpas no lo sé. Lo que pasa es que hoy, por el garbo con el que corren algunos nazarenos, me da a mí que el cucurucho es de plástico ligero.

Nazareno. Foto Diario Información de Alicante

Nazareno. Foto Diario Información de Alicante

Pero, al parecer no todo es fiesta, al menos parece que algunos penitentes cargar, cargan.

Penitente. Foto Diario Información de Alicante

Penitente. Foto Diario Información de Alicante

Claro que después también se reponen fuerzas con la cocina tradicional de estos días santos.

Rezar y manjar. Foto Diario Información de Alicante

Rezar y manjar. Publicidad de un municipio en el Diario Información de Alicante

Aaprovechando que las almas están bien dispuestas, hasta la factura del agua puede que nos parezca más ligera, al menos es lo que espera la compañía concesionaria que nos felicita estos días de Pasión.

Felicitando la Semana Santa. Fuente Diario Información de Alicante

Felicitando la Semana Santa. Publicidad en el Diario Información de Alicante

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En Suecia

El jueves volví a Suecia. Cambio de tercio y paseo por otra costa el día de Viernes Santo.

Salimos con sol de Gotemburgo y pasamos unas horas de luz y brisa fresca en Lysekil, una pequeña ciudad del Bohuslan, en el extremo de una península a las orillas del Saltö Fjord.

Viernes Santo en Lyserkil. Foto R.Puig

Viernes Santo en Lyserkil. Foto R.Puig

Aquí la única señal de las celebraciones era el anuncio del concierto coral en su iglesia mayor: el Stabat Mater de Pergolesi.

Lysekil. Foto R.Puig

Lysekil. Foto R.Puig

La historia de Lysekil se escenifica en los grandes paneles de piedra de la plaza mayor, donde se resume la vida de sus habitantes desde el primer milenio.

Memorial de tiempos idos. Los vikingos. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Los vikingos. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Comercio medieval. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Comercio medieval. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Pastoreo. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Pastoreo. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. El puerto. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. El puerto. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. La pesca. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. La pesca. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Las canteras. Lyserkil. Foto R.Puig

Memorial de tiempos idos. Las canteras. Lyserkil. Foto R.Puig

La vida en Suecia no fue el estado del bienestar hasta bien entrado el siglo XX. De hecho, poco antes, fue un país de emigrantes, de vida dura y de rígidas costumbres controladas por una Iglesia Nacional omnipresente.

Hoy las canteras, que alimentaron de granito rosado las construcciones de los templos de esta costa y lo exportaban hasta Alemania, están silenciosas desde 1944, cuando la extracción se detuvo para siempre.

Las canteras abandonadas de Lyserkil. Foto R.Puig

Las canteras abandonadas de Lyserkil. Foto R.Puig

Pero basta acercarse un poco para observar el admirable colorido de su composición

Piedra de Lyserkil. Foto R.Puig

Piedra de Lyserkil. Foto R.Puig

Granito rosado de Lyserkil. Foto R.Puig

Granito rosado de Lyserkil. Foto R.Puig

En realidad, no es sólo aquí donde se explotaba. Canteras de esta piedra abundan por la Costa Oeste. Un simple paseo por Gotemburgo nos la muestra en edificios, esculturas y bajorrelieves.

Pasión

La Pasión ni se celebra con procesiones ni se felicita en los periódicos. En la prensa se refleja en los innumerables anuncios de los servicios religiosos y, sobre todo de los conciertos de música sacra en los templos de todo el país, a menudo acompañados de ágapes con los feligreses de las variadas confesiones cristianas. De ello hemos hablado hace años en este blog.

El Cristo de la Iglesia de Lyserkil. Foto R.Puig

El Cristo de la Iglesia de Lyserkil. Foto R.Puig

Pero lo que Lyserkil padeció durante siglos fue la desaparición de sus marinos y sus pescadores en el mar. En barcos de vela como este que data de 1840, construido en astilleros de una isla cercana, se hacían a la mar los pescadores de las poblaciones de esta Costa Oeste. La vida de aquellos pueblos era austera y pobre. Las condiciones de trabajo de las tripulaciones extremadamente duras.

Bote de pesca del s. XIX. Lyserkil. Foto R.Puig

Bote de pesca del s. XIX. Lyserkil. Foto R.Puig

Muchas familias perdieron a sus hombres en el mar, como testimonia el memorial con la fecha de la muerte, los nombres y la edad de todos los que perecieron desde 1840 hasta 1992, que preside la entrada del camposanto.

Memorial de marinos y pescadores muertos en el mar. Lyserkil. Foto R.Puig

El matrimonio del patrón de barco Lycke y su esposa están enterrados juntos, pero Jemy R. Licke, Pontus E. Licke y Johan Lycke desaparecidos en el mar en 1875, 1880 y 1889 respectivamente y no ocupan la tumba de la familia.

Tumba del capitan de barco Lycke y su esposa. Lyserkil. Foto R.Puig

Tumba del capitan de barco H.N. Lycke y su esposa E. Lycke. Lyserkil. Foto R.Puig

Los muelles desde donde apenas salen ya barcos de pesca, pero que en verano se llenarán con barcos de recreo, estaban tranquilos este Viernes de Pasión.

Desde el muelle. Lyserkil. Foto R.Puig

Desde el muelle. Lyserkil. Foto R.Puig

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La mano de un modesto pintor dejó en el templo un retablo con escenas de la vida de Cristo, torpemente representadas.

Crucifixión. Iglesia de Lyserkil. Foto R.Puig

Crucifixión. Iglesia de Lyserkil. Foto R.Puig

Pero, como hoy ya estamos a Domingo, acabaremos nuestra crónica con la otra obra de ese artista desconocido, de ingenua inspiración y pobres tablas.

¡Capirotes al armario!

Resurrección. Iglesia de Lyserkil. Foto R.Puig

Resurrección. Iglesia de Lyserkil. Foto R.Puig


Dibujos reunidos (IX): Xavier Valls (la magia del lápiz y el papel)

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Xavier Valls. Paisaje de San Mateo 1976

Xavier Valls. Paisaje de San Mateo 1976

Tres horizontes

hablando de sus cosas

bajo la tarde

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Xavier Valls. Tres membrillos1978

Xavier Valls. Tres membrillos1978

Uno escondido

dos delante atrevidos

fuera del tiempo.

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Xavier Valls. Desnudo de espaldas 1977

Xavier Valls. Desnudo de espaldas 1977

Dueña de la luz

o cautiva de ella

pura ausencia.

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Xavier Valls. Paisaje de Mallorca 1980

Xavier Valls. Paisaje de Mallorca 1980

Invierno sin fin,

la mano extraviada

en la lejanía.

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Xavier Valls. Jardin.1989

Xavier Valls. Jardin. 1989

Día incipiente,

un rosario de horas

que se desgrana.

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Xavier Valls. Alquería en Turena 2001

Xavier Valls. Alquería en Turena 2001

Vidas insomnes

espectros como surcos

muros vacíos.

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Una muestra poco común

No son raras las exposiciones de dibujos de artistas del Renacimiento, el Manierismo, el Barroco, el Rococó, el Romanticismo, y de las corrientes modernas y sus vanguardias. Pero exposiciones consagradas al dibujo contemporáneo son difíciles de encontrar.

Por eso, el pasado 28 de marzo no quise perderme la de la Galería Fernández-Braso de Madrid dedicada a los dibujos de Xavier Valls (1923 – 2006). Confieso que no tenía noticia de la obra de este pintor español, cuya carrera artística se desarrolló desde 1949 en Francia, donde se casó y nacieron sus dos hijos. Muy reconocido en el mundo del arte del país vecino, acabó por serlo igualmente en España, donde tenía casa en Horta de San Juan en la provincia de Tarragona, en la que falleció. La exposición ha presentado dibujos suyos, casi todos a lápiz sobre papel Canson, ejecutados entre 1962 y 2001.

Pittura, scultura e architettura culminano nel disegno. Questo è la fonte primaria e l’anima di tutte le maniere di pittura…

Mi sembra che ci sia solo un’arte e una scienza sulla terra, cioè quella del disegno […] dalla quale tutte le altre derivano e ne fanno parte

La pintura, la escultura y la arquitectura culminan en el dibujo. Esta es la fuente primera y el alma de todos los estilos de la pintura…

Me parece que sólo hay un arte y una ciencia sobre la tierra, que es el dibujo […] del cual se derivan todos los otros y del mismo forman parte…

Atribuido a Miguel Ángel por Francisco de Holanda, su primer biógrafo, quien habría escuchado estas frases de Miguel Ángel mismo en 1538

La obra de Xavier Valls lo confirma y la exposición de sus dibujos en Madrid ha sido una ocasión para admirar el alma de su pintura, es decir sus dibujos, y meditar sobre la extraordinaria calidad de su trabajo con algo tan simple como un lápiz y un papel.

A la selección que encabeza esta crónica le he dedicado, como simples comentarios, mis haikus.

Xavier Valls. Ventana del taller 1979

Xavier Valls. Ventana del taller 1979


Las imágenes de los dibujos de Xavier Valls proceden del catálogo de la exposición Xavier Valls. Dibujos, 1962 – 2001, Galería de Arte Fernández – Braso, Madrid, Marzo – Abril 2017.

Para un acercamiento a su obra y a su vida, recomiendo el libro de Miguel Fernández Brasso Escuchando a Xavier Valls. Ediciones Guadalimar, Madrid 2001


Algunas cosas de Valencia

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Susy Gómez. La espuma de los días, 2001. Foto R.Puig

Susy Gómez. La espuma de los días, 2001. Hierro galvanizado. Foto R.Puig

A principios del mes que acaba hoy, anduve de paseo por Valencia. Así que, sin ninguna pretensión, dejo aquí algunas imágenes (de esculturas en su mayoría).

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De hace poco

Primero dos obras recientes, expuestas hasta ayer en el Centro de Cultura Contemporánea en el antiguo Convento del Carmen.

Entre las obras de esta exposición, que responde al título de Discursos premeditadosme he quedado con la gran rosa en hierro galvanizado que abre esta página y con otra obra de hierro y tablas ennegrecidas con grafito.

Son esculturas de dos mujeres, una mallorquina y una valenciana.

La rosa, símbolo de la fragilidad, es aquí, aunque yazca en tierra, una palabra duradera de resistencia.

Los negros paneles negros los he visto como mudos memoriales de aquellos a quienes se sujetaba con la camisa de fuerza, de aquellos a quienes privaron de nombre.

Amparo Tormo. La dignidad de la locura. 1997. Foto R.Puig

Amparo Tormo. La dignidad de la locura. Hierro, madera y grafito. 1997. Foto R.Puig

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De hace un poco más

En los Jardines del Real (o del Vivero) hay muchísimas esculturas, fuentes, árboles y plantas. Hay begonias, cactus, claveles y otras flores; quentias, ficus, araucarias, pinsapos, cipreses, helechos, ágaves, chumberas, azaleas, rododendros, cocos, dracenas, extralixis, colocasias, paudanes, palmeras, tarays, plátanos americanos…

Jardines del Real. Valencia. Foto R.Puig

Jardines del Real. Valencia. Foto R.Puig

A mí me parece que los de la foto son ceibas o ceibos.  Así  recuerdo que los llaman en el Perú. 

De las esculturas me he quedado con una a la que unos vándalos cortaron la cabeza en el 2012, pero que ha sido restaurada. Es simple y es de piedra caliza, obra de un escultor valenciano.

Adolescente de Jose Esteve Edo 1952. Jardines del Real.Valencia. Foto R.Puig

Adolescente de Jose Esteve Edo 1952. Jardines del Real.Valencia. Foto R.Puig

Otras formas de estilizar son las de la escultura barroca, de la que es ejemplo este santo varón valenciano, que cuenta con muchos devotos en su tierra.

San Luis Bertrán. Ponzanelli 1693.Valencia.Puente de la Trinidad. Foto R.Puig

Ponzanelli 1693. San Luis Bertrán. Valencia.Puente de la Trinidad. Foto R.Puig

Dicen que a  este santo dominico, durante los años de su misionar en América en la segunda mitad del siglo XVI, los crueles encomenderos de Santa Fe de Bogotá, aunque no le cortaron la cabeza como a la estatua de la meditabunda adolescente, sí que estuvieron a punto de asesinarle por que denunciaba desde el púlpito la opresión de los indígenas en aquella colonia española. Como entonces no era fácil echarse al monte como Camilo Torres, retornó a Valencia donde se ganó el cariño de sus paisanos y, después de muerto, ha sido un santo muy milagrero.

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Unos siglos antes

Bastante antes, hubo otro varón que no fue canonizado, pero es probablemente el más santificado por los valencianos. Entonces era España en gran parte una colonia árabe y, como no era suficiente con los predicadores dominicos que ya estaban catequizando Europa y liquidando herejías, el idolatrado Jaime I de Aragón el Conquistador, se dedicó entre otras cosas a reconquistar Valencia.

Así de fiero aparece su ademán en el centro de Valencia.

Jaime I el Conquistador según Agapito Vallmitjana.1891. Valencia. Foto R.Puig

Jaime I el Conquistador según Agapito Vallmitjana. 1886. Valencia. Foto R.Puig

El escultor era natural de Barcelona y se llamaba Agapito Vallmitjana  (1833 – 1905)

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Y ya que estamos en el siglo XIX…

…vayamos de paseo por los Jardines de Monforte, un lugar donde se celebran bodas, y en que encontré a varias familias que estaban tomando fotos a sus niñas vestidas de primera comunión o de labriega valenciana.

Entrada a los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

Entrada a los Jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

La quinta y sus jardines fueron obra y propiedad de marqueses y son hoy un ameno parque municipal, fresco refugio en días de calor.

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

Sus numerosas estatuas en mármol estaría yo tentado de englobarlas en una especie de “neo-clásico mediterráneo”. La reproducción o re-creación de versiones  del arte clásico tuvo desde fines del siglo XVIII y en el siglo XIX numerosos cultivadores en Europa, en especial a partir del momento en que la ocupación napoleónica de Italia disparó la demanda y Antonio Canova (1757 – 1822) potenció el movimiento.

Sócrates en los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

Dicen que es Sócrates,  jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

No voy a seguir, porque si no se alargaría la lista. No obstante, hay que decir que la estatua que al parecer prefieren las parejas de novios es la de otra pareja famosa.

Dafnis y Cloe. Jardines de Monforte. Valencia. Foto R. Puig

Dafnis y Cloe. Jardines de Monforte. Valencia. Foto R. Puig

Y como no todo es inspiración grecolatina, no olvidemos los angelotes barrocos, de los que en estos jardines hay varias muestras

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

En los jardines de Monforte. Valencia. Foto R.Puig

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Y a comienzos del siglo XX

Este busto recuerda a un pintor valenciano, Antonio Muñoz Degrain (1843-1924), que ejerció principalmente en Málaga y está representado en colecciones privadas y públicas, con varias obras en el mismo Museo del Prado . Tuvo la capacidad de irse renovando, de tal modo que de sus primeros paisajes realistas y románticos, siempre de gran calidad técnica, fue acercándose a una visión impresionista y levantina, con escenas naturales de gran colorido y luminosidad.

Monumento a Antonio Muñoz Degrain, Valencia. Foto R.Puig

Monumento a Antonio Muñoz Degrain, Valencia. Foto R.Puig

Es obra del escultor Francisco Marco Díaz-Pintado (1887-1980). Cuando se realizó ya había en este mismo lugar una escultura de la madre Naturaleza que parece abrazar al pintor

Raices del ficus australiano que abrazan al pintor Muñoz Degrain. Valencia. Foto R.Puig

Raices del ficus australiano que abrazan al pintor Muñoz Degrain. Valencia. Foto R.Puig

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Para terminar, una escultura bastante más grande…

Valencia. El puente de la Peineta de Santiago Calatrava. Foto R.Puig

Valencia. Los tirantes del puente “de la Peineta” de Santiago Calatrava. Foto R.Puig


Elogio de la nimiedad (VI): Calcetines

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Surgen hojas surgen flores. Foto R.Puig

Surgen hojas surgen flores. Foto R.Puig

Para mi yerno austral que ayer celebró su cumpleaños

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Mayo es el mes de las insurgencias. Aunque también podríamos hablar de surgencias. Desde mi ventana veo las ramas del árbol que alegra nuestro patio de vecindad con hojas y flores que brotan al mismo tiempo.

Con las primeras luces, entre ellas se posan dos jilgueros. No hace falta el despertador pues se hablan con sus trinos, se llaman, brincan.

La hora de los jilgueros. Foto R. Puig

La hora de los jilgueros. Foto R. Puig

Si abro con cautela la ventana puedo observarlos. Son parte de la atmósfera refrescante de los primeros días de mayo.

La hora de los jilgueros. Foto R.Puig

La hora de los jilgueros. Foto R.Puig

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Naturalmente, al comenzar el mes, por las calles de mi barrio se han escuchado otros cantos. Las flores eran banderas y las notas utopías.

Primero de mayo. Gotemburgo 2017. Foto R.Puig

Primero de mayo. Gotemburgo 2017. Foto R.Puig

Insurgencias

Pero, como decíamos al principio, mayo es un mes de insurgencias. No sólo por los orígenes legendarios de las manifestaciones del Primero de Mayo, sino también por aquella famosa representación de la revolución que fue Mayo del 68.

Más recientemente el 15M de Madrid marcó, en mayo del 2011, el inicio de los movimientos de indignados.

Pero los indignados de mi mes de mayo no han estado a esos niveles. No han tomado la calle, aunque de largos recorridos por el empedrado tengan experiencia, sino que me han sorprendido en plena calma doméstica. Quizás porque algunas lecturas están llamando mi atención más allá de los mundos humanos.

Algunas corrientes de la filosofía contemporánea exploran, además de nuestro mundo humano, otros que allende lo humano nos determinan (more than human worlds)a los que nosotros también determinamos y -¡ay!- a menudo sentenciamos.

Bueno, yo sé de alguien que me va a decir que no me pase. Pero -¡hay días, yo no sé!- hoy me ha dado por extrapolar…

Mis calcetines en formación. Foto R.Puig

Mis calcetines en formación. Foto R.Puig

Les confieso un secreto: a mis calcetines los mimo. Los lavo separadamente cada semana, sin mezclarlos con otras castas de la vestimenta, con agua templada y el detergente apropiado de ligero aroma, a mano. Me va en ello el bienestar de mis viejos pies. Se secan confortablemente ante un radiador.

Hasta hace unos días no había tenido queja. Y de repente, el levantamiento, la manifestación airada y las reivindicaciones, un lista de agravios.

El primero: ¡nos tratas peor que a tus zapatos!

Enseguida: ¡a tus zapatos les das visibilidad en el blog, a nosotros nos ignoras! ¡Es hora de que también a nosotros nos escuches! 

Y, para terminar, un pliego de reivindicaciones…

Calcetines indignados. Foto R.Puig

Calcetines indignados. Foto R.Puig

No entendía muy bien que se comparasen con todos los zapatos, yo había dialogado con un solo zapato. No tuve que enfrentarme a una marcha de zapatos. Así que esto ha sido mucho más grave. Estaban no sólo indignados, es que estaban encabritados. ¡Todo el colectivo de mis calcetines se había organizado! ¡Tanto ocuparme de ellos en grupo, que ahora ya tienen sindicato!

A la cabeza de la manifestación venían sus delegados.

Avanzadilla. Foto R.Puig

Avanzadilla. Foto R.Puig

Así pues, desplacé mi atención de los cantos de los jilgueros, de las flores y  hasta de las voces de los comités rojos que desfilaban por mi calles, para escuchar a mis sufridos obreros. Por un lado, por genuina sensibilidad social y, por otro, porque de ellos dependo para prevenir callos y juanetes.

Pido disculpas a mis lectores por descender a tales detalles. En cualquier caso podría resultarles útil mi experiencia. Para empezar, cuando un calcetín abra su boca, traten de prestarle atención.

El calcetín protesta a su modo. Foto R.Puig

El calcetín protesta a su modo. Foto R.Puig

Les diré que tras unas arduas negociaciones pudimos llegar a un acuerdo. Esta era su exposición de motivos y su lista de reclamaciones:

Bregamos en la oscuridad recluidos en los zapatos, entre la piel de tus pies y la opresión del cuero. Absorbemos tus sudores y cuando los zapatos huelen tenemos que soportarlo. Tus callos nos destrozan y tu talón nos machaca. Vivimos en una caverna, del mundo sólo tenemos ecos. Rara vez nos alcanza un rayo de sol, y, cuando en sandalias nos usas, nos atosiga el polvo de los caminos. Cuando ya viejos, hechos un siete, tus pies ya no nos quieren, acabamos en la caja de los betunes para que -¡suprema humillación!-  nos utilices para dar lustre a tus zapatos. ¡Ellos, que tanto se quejan mientras se dan la gran vida! ¡Ellos, que ven mundo, mientras nosotros hacemos kilómetros encerrados! ¡Ellos, que saltan, se divierten, patean la pelota, mientras su gozo es nuestro stress!

Por todo lo expuesto, estamos indignados y reclamamos:

  • Una entrada del blog que nos dé la debida visibilidad y reconozca nuestra importancia.
  • Un reciclaje digno. ¡No a la caja de los betunes!
  • Un cajón independiente en el armario y para nosotros solos
  • Una partida específica en tu presupuesto anual para que:
    • cambies las plantillas de los zapatos cuando estén desgastadas;
    • vayas regularmente al callista (se refieren al podólogo) a que te quite los callos;
    • no huelan los zapatos (no seas tacaño y compra un spray desodorante ad hoc);
    • uses un detergente para lanas y tejidos delicados.
  • Además:
    • que cuando llegue el buen tiempo nos seques al sol;
    • que -¡por el amor de Dios!- no nos uses con sandalias;
    • que en medio de tus largos paseos, te quites los zapatos de vez en cuando para que podamos ver el parque, las nubes, el cielo y escuchar a los pájaros.

Firmado:  el Secretario General de Calcetines Unidos Pro-activos (CUP)

No sé lo que ocurrió. ¿Acaso fue un sueño? Pero puedo asegurar que escuche estás reivindicaciones y que les prometí cumplirlas. Estampé mi firma en el convenio. De nuevo, como me ocurrió ya con los zapatos, constaté que vivimos demasiado ajenos a los objetos que nos sirven a diario, que con un poco de consideración y escucha nuestros intereses pueden encontrarse y la mayoría de las exigencias, por muy contradictorias que aparezcan, pueden reconciliarse. ¡Si hasta los zapatos y los calcetines pueden convivir!

Hoy he acercado mis calcetines limpios a la ventana abierta para que puedan oír a los jilgueros y he cumplido con la primera reclamación, es esta entrada del blog.

Calcetines reconciliados. Foto R.Puig

Calcetines reconciliados. Foto R.Puig

 


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