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El pintor que pintaba iglesias

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La creación del firmamento. Cristoforo Orimina. Biblia miniada. s.XIV. Berlin. Gabinete de Grabados y Dibujos.

Creación del firmamento. Cristoforo Orimina. “Hamilton Bible”. S.XIV. Berlin  Kupferstichkabinett

Para Margaretha y Tomas

Pintar tiene algo de usurpación de los poderes divinos, sobre todo cuando se pinta la obra que a Dios se le atribuye en exclusiva. Si además se ilustran los muros y bóvedas de un templo y las imágenes se convierten en objeto de culto, tal acto puede ser juzgado como una profanación. En el Islam no se autoriza la reproducción de seres vivientes en lugares de culto o como objeto de veneración, y en Europa, por motivos parecidos, los reformadores hicieron encalar los murales y frescos de no pocas iglesias. También en Suecia. Pero, como era más complicado hacer lo propio con las bóvedas, las pinturas de los concienzudos artistas que a finales de la Edad Media las cubrieron de escenas de la Historia Sagrada no se taparon, y las de los muros, que sí fueron cubiertas de cal, se limpiaron durante el siglo XIX y XX, aunque con acierto desigual.

Iglesia de Härkeberga. Foto R.Puig

Iglesia de Härkeberga. Foto R.Puig

Por fuera, la iglesia de Härkeberga, como tantas otras iglesias medievales de Suecia, ni ofrece novedades ni permite sospechar que alberga una obra sorprendente, la del taller de Albertus Pictor (c.1440-c.1509)un notable empresario artístico cuya firma se encuentra en más de 25 decoraciones de templos medievales en las cuatro regiones de la Suecia oriental que circundan el lago Mälaren (Estocolmo Södermanland, Uppland y Vätmanland.

Albrekt Pärlstickare (el bordador de perlas) o Albertus Immenhusen, por el nombre de su ciudad alemana de nacimiento, hoy Immenhausen, debió de llegar a Suecia hacia 1460 con su bagaje de artesano del bordado con perlas, probablemente adquirido durante su adolescencia en algún taller alemán. Pudo ser en Danzig (hoy Gdansk en Polonia), que con Brandenburgo era uno de los centros del arte textil en la Alemania de la Edad Media. No es raro que desde allí quisiese probar suerte en Suecia, en las costas de la otra ribera báltica.

El bordado de perlas iba aparejado a la industria de los tejidos más lujosos y sofisticados.

Van der Weyden, detalle del tapiz de las justicias de Trajano y Herkenbald. Museo de Historia de Berna.

Van der Weyden, detalle del tapiz de las justicias de Trajano y Herkenbald. Museo de Historia de Berna.

En los talleres que los tejían y bordaban para un mundo de cortes palaciegas o de ceremoniales eclesiásticos la influencia de la pintura y la tapicería flamencas, así como de los códices miniados y sus elementos decorativos vegetales, era notoria.  Los artesanos de la industria textil de los Países Bajos del Sur llenaban el fondo de sus escenas de motivos florales de carácter simbólico.

Tapicería del Apocalipsis de Jean de Bruges. s.XIV. Detalle

Tapicería del Apocalipsis de Jean de Bruges. s.XIV. Detalle. Chateau d’Angers

Flores de carácter emblemático o heráldico, como por ejemplo la Potentilla reptans, rosacea de cinco pétalos, símbolo medieval de los cinco sentidos, la llamada cinquefoil en francés medieval, que desde el siglo XI fue el símbolo del linaje normando de los Beaumont condes de Leicester y hoy emblema de la ciudad

Cinquefoil. Leicester

Cinquefoil. Leicester

Pero si esta flor aludía a los cinco sentidos, los seis pétalos de otras flores que aparecen en los tejidos representados en la tapicería de La Dama del Unicornio simbolizaban un sexto y misterioso sentido, que algunos historiadores de arte han interpretado como el sentido del deseo.

El sentido del oído. Tapiz de la Dama del unicornio. Museo de Cluny. Foto Michel Urtado

El sentido del oído. Tapiz de la Dama del unicornio. Museo de Cluny. Foto Michel Urtado

Los motivos florales con los que los artistas “rellenaban” en Suecia los trasfondos de sus pinturas de templos eran parientes pobres de una tradición centroeuropea con más medios. Las motivos de seis pétalos de Albertus Pictor proceden plausiblemente de su aprendizaje de artista del textil.

Iglesia de Härkeberga. La rueda de la fortuna. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Iglesia de Härkeberga. La rueda de la fortuna. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Si a eso se añaden las formas de la iconografía gótica alemana, ya tenemos algunos elementos interesantes para entender el género de pintura que el bordador Albertus Pictor supo practicar como fuente estival de ingresos, para ganarse la vida en la Suecia del siglo XV. Por otro lado, en la obra que él firmó se produce  un salto cualitativo en la expresividad de los rostros y el dibujo de las figuras, el contexto y los objetos, así como la imaginación de las criaturas salidas de su catálogo fantástico. Es así como ganó clientes y se consolidó su fama.

Härkeberga. Elías en el carro de fuego. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Härkeberga. Elías en el carro de fuego. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Härkeberga. Diablo irritado. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Härkeberga. Diablo irritado contra Abel. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Ni siquiera olvidó los rasgos fisiognómicos de los pérfidos judíos, tan extendidos en el arte de la Europa medieval, hasta el extremo de caracterizar con ellos al hipócrita Caín en el trance de responder con sarcasmo a Dios sobre el paradero de su hermano, cuando aún faltaba tantísimo para la aparición del pueblo de Israel sobre la tierra. La razón es que, para la interpretación agustiniana de las alegorías veterotestamentarias, Caín es prefiguración de Cristo. Es de notar el detalle de la quijada de asno, el arma homicida que lleva aún en la mano izquierda.

Donde esta tu hermano. Foto Tord Harlin

Donde está tu hermano.  Foto Tord Harlin

Además, todos los historiadores del arte suecos que han examinado la obra pictórica del alemán nacionalizado sueco, coinciden en la opinión de que este joven emprendedor llevaba en su equipaje la Biblia Pauperum en una de las primeras ediciones xilográficas, que se hicieron populares gracias a la invención de la imprenta.

José arrojado en el pozo. Biblia pauperum. Mediados del s.XV

José arrojado en el pozo. Biblia pauperum. Segunda mitad del s.XV

Härkeberga. José arrojado en el pozo. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Iglesia de Härkeberga. José arrojado en el pozo. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Son muchas las analogías que confortan esta hipótesis. Por ejemplo el de José arrojado al pozo seco por sus hermanos, prefiguración de Cristo enterrado a causa de una traición de alguien cercano, o la de Jonas que pasó tres días y tres noches en el vientre de la ballena, como las que permaneció Jesús en la tumba antes de resucitar. En efecto, la Biblia pauperum, prácticamente sin textos (salvo las leyendas escritas sobre banderolas) y sólo con las asociaciones gráficas de escenas de la vida de personajes veterotestamentarios con las de la vida de Cristo, seguía, como hemos señalado antes,  la interpretación agustiniana del Antiguo Testamento como alegoría profética del Nuevo.

Jonás arrojado al mar. Biblia pauperum. Mediados del s.XV

Jonás arrojado al mar. Biblia pauperum. Mediados del s.XV

Härkeberga. La aventura de Jonás y la ballena. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Härkeberga. La aventura de Jonás y la ballena. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

La diferencia es que Albertus Pictor logró superar en pocos años, en sus pinturas de las bóvedas y los muros de los templos, en las expresiones y actitudes de sus personajes, en el movimiento de los pliegues de los tejidos y en la gracia del detalle y la decoración de los tejidos, no sólo al incunable xilógráfico que pudo traer consigo, sino también al Maestro Peter con el que parece comenzó su carrera de pintor de iglesias.

Härkeberga. El milagro de la misa de San Gregorio. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Härkeberga. El milagro de la misa de San Gregorio. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Y, según se ha escrito, inició en Suecia una costumbre aprendida de los modelos flamencos, la de introducir su autorretrato en la escena, en concreto en esta de la misa de San Gregorio, donde el pintor sería el personaje de la derecha arrodillado ante el altar.

Härkeberga. Autorretrato de Albertus Pictor. Hacia 1480

Härkeberga. Autorretrato de Albertus Pictor. Hacia 1480

Lo había hecho antes en la iglesia de Lid en la región de Södermanland.

Albertus Pictor. Autorretrato en la iglesia de Lid.

Albertus Pictor. Autorretrato en la iglesia de Lid.

En 1473 el artista es ya un habitante importante de Estocolmo, propietario respetado no sólo de su vivienda y otros inmuebles, sino también del taller y de la clientela de un tal Johan Målare (Pintor) bien asentado en la ciudad, recientemente fallecido y que ya estuvo en situación de comprar. Según dicen las crónicas la joven viuda era una “viuda conservada”. Alberto se casó con ella.

En el taller de Albertus Pictor no sólo se bordan con perlas lujosos mantos sino que, con sus aprendices y oficiales, además de decorar los templos recibe incluso encargos de retablos. Del mismo modo que otros de la Europa de entonces, el artista no era un individuo a solas con su propio genio, se trataba de un completa empresa, una factoría activa en campos diversos del negocio del arte y de la artesanía.

El color de sus obras aún conserva la viveza, aunque los pigmentos rojos han virado al marrón e incluso al negro, lo que se aprecia mucho en los mofletes de muchos personajes que deberían ser rosados pero son oscuros, a veces como círculos negros. Puede que en esta evolución de la materia haya jugado también el hecho de que no se trata de pinturas affresco sino a secco.  Las escasas semanas estivales disponibles para la decoración pictórica de las iglesias exigían un trabajo de muchas horas diarias, muy rápido y a varias manos. La elaboración de la base y el trabajo antes de que seque que demanda la pintura de frescos no permitía la misma productividad del trabajo intensivo sobre muros secos.

Härkeberga. San Agustín en su verde manto. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Härkeberga. San Agustín en su verde manto. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Härkeberga. Noé borracho y sus hijos. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Härkeberga. Noé borracho y sus hijos. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto R.Puig

Se siguen ilustrando los bordes de cada escena con los simbólicos sarmientos de la vid. algunos incluso con sus racimos de uva, que a partir del siglo XIV y sobre todo del XV fueron sustituyendo al acanto.  El horror vacui medieval  está presente, aunque no de la misma forma. Los fondos parecen la obra de un tejedor que sembrase sus tapicerías de estrellas que parecen flores y de flores que se abren con estrellas. Podemos imaginar a los auxiliares de Alberto, con sus patrones en mano, llenándolo todo con estas formas todas iguales, mientras el maestro se reservaba las figuras y los rostros. Curiosamente el calzado parece todos cortado también por el mismo patrón. Seguramente en el taller no tenían zapateros.

Las imágenes de María siguen inspirados en pasajes bíblicos de los que ya hemos hablado aquí, a los que se añaden perfiles nuevos, probablemente inspirados en la iconografía de María dando de mamar al niño de la tradición flamenca.

Härkeberga. Maria como la mujer del Apocalipsis.Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Härkeberga. Maria como la mujer del Apocalipsis. Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Virgen de la leche. Círculo de van der Weyden. Colección Gerstenmaier

Virgen de la leche. Círculo de van der Weyden. Colección Gerstenmaier

Han transcurrido algunas semanas desde nuestra despedida de Härkeberga. Estuvimos allí guiados por una especialista amiga nuestra, a ella y su esposo, amigos nuestros desde hace años, les hemos dedicado estas crónicas y todo lo aprendido.

Iglesia de Härkeberga. Altar y Cristo en cruz del siglo XIII. Foto R.Puig

Iglesia de Härkeberga. Altar y Cristo en cruz del siglo XIII. Foto R.Puig

Pero, habíamos prometido algo, no sobre pictores sino sobre electores. Las campanas de las iglesias no habrán sonado con los resultados de las elecciones político-eclesiásticas del domingo anterior…

Iglesia de Härkeberga. Campanario exento, Foto R.Puig

Iglesia de Härkeberga. Campanario exento, Foto R.Puig

pero los Medios sí se han hecho eco de ellos. Los Social Demócratas han obtenido más de un treinta por ciento, seguidos por el POSK (17%), que continuará intentando en vano que los partidos políticos abandonen el gobierno de la Iglesia Sueca. Destaca que la mujer del primer ministro sueco obtiene escaño en el Kyrkomötet (Asamblea Nacional de la Iglesia).

El Partido del Centro (con casi un 14%) y la extrema derecha de los Demócratas Suecos (que ascienden a más de un 9%) también han crecido.

En todo caso, lo que de verás tiene éxito de audiencia es el reality show de búsqueda de pareja en la TV Sueca (Canal SVT1) titulado Tro, Hopp och Kärlek (Fe, Esperanza y Amor) donde clérigos de la Iglesia Sueca, de ambos sexos, se citan con pretendientes a un posible matrimonio.

El párroco busca pareja. Foto Göteborg Posten

El párroco busca pareja. Foto Göteborg Posten

Se ha vuelto muy popular este programa, donde el público asiste semanalmente a los encuentros

Conociéndose. SVT1. Programa Fe Esperanza y Amor

Conociéndose. SVT1. Programa Fe Esperanza y Amor

¿Podrá unirlos la música?

Conociéndose. SVT1. Programa Fe Esperanza y Amor

Conociéndose. SVT1. Programa Fe Esperanza y Amor

Se puede considerar que fue Lutero quien hizo posible que hoy una párroca luterana alcance la popularidad buscando marido con ayuda de la televisión.

Una párroca muy ocupada. SVT1. Programa Fe Esperanza y Amor

Una párroca muy ocupada. SVT1. Programa Fe Esperanza y Amor

Por el momento el Papa Francisco no parece decidido a cambiar la Iglesia Católica en este sentido. ¡Lástima! porque seguro que los feligreses acuden con más cariño a las celebraciones de esta simpática presbítera.

¡Pero lejos de mí el introducir al elefante en la cacharrería!

Härkeberga. Elefante según Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin

Iglesia de Härkeberga. Elefante según Albertus Pictor. Hacia 1480. Foto Tord Harlin


Bibliografía consultada;

Söderber, Bengt G.  Svenska Kyrkomålningar från Medeltiden, Natur och Kultur, Stockholm 1951

 

 

 

 



Hacia las montañas de Dalarna

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Corrales de renos en el norte de Dalarna. Foto R.Puig

Corrales de renos en el norte de Dalarna. Foto R.Puig

Dejamos Hellby y la región de Uppsala con sus templos medievales para encaminarnos hacia el norte de Dalarna, a a las montañas de su frontera con Noruega, con el propósito de caminar por sus senderos. En el camino hay tantas cosas que ver, tantos lugares que atraen la atención, pero en el hotel de Grövelsjön nos habían informado de que había que llegar puntuales a la cena. Sin embargo nos dio tiempo a dos paradas…

Kloster

La orilla apacible del Flinssjönen en Kloster. Foto R.Puig

La orilla apacible del Flinssjönen en Kloster. Foto R.Puig

El Husbyringen (el anillo de Husby) es el primer territorio que fue declarado como ecomuseo en Suecia. Forma parte del  International Council of Museums

La definición de Ecomuseo reza más o menos así:

Un ecomuseo es un museo al aire libre donde se conservan y restauran los edificios en su ubicación original para mostrar las conexiones entre el paisaje y el entorno de trabajo de una sociedad antigua. Un ecomuseo no tiene ningún edificio museístico propiamente dicho, ninguna colección de objetos, a excepción de los objetos que aparecen en su ambiente original. Es un sitio de historia industrial y cultural. El énfasis se centra en la relación entre naturaleza y cultura, los campos y los recursos naturales y, sobre todo, el ser humano que allí estableció sus formas de existencia

Por lo que, siguiendo el hilo, he aprendido que el primer ecomuseo, creado en 1972, fue el Écomuseé du Creusot-Montceau en la Borgoña francesa. Pero no me voy a distraer en ello ahora. Me lo apunto para un próximo viaje.

En realidad, lo que nos llamó la atención en el mapa era el anuncio de las ruinas de un monasterio (kloster) cisterciense dentro de esa cintura histórica del Husbyringen, a las orillas de uno de sus tres lagos. Bueno, la verdad es que se trata de lo poco que quedó tras la radical confiscación de Gustav Vasa, quien de conservación no entendía, salvo de guardar para sí los objetos preciosos y vender a sus jefes de guerra, los nobles que apoyaron su causa contra los daneses, las tierras de monasterios y diócesis.

Casualmente, en el sigo anterior, un noble sueco, el caballero Ingel Jönsson donó una granja a los cistercienses en 1477 para que creasen ahí su cenobio. Los monjes lo bautizaron como Gudsberga (la colina de Dios) y consiguieron hacerlo florecer, innovando las técnicas agrícolas e incrementando la prosperidad en aquellas tierras. Construyeron el monasterio, incluida una iglesia gótica y las dependencias adyacentes, según el modelo del Cister.

Lo que el piadoso caballero creó, el rey luterano se lo quitó. Gustav Vasa nombró a un abad amigo suyo en 1530, confiscó el monasterio en 1538 y se lo dio al gobernador de Dalarna, una vez sustraídos los objetos de valor.

Sus columnas y sus piedras sólo el dios de esas colinas sabe adónde fueron a parar.

Restos del monasterio cisterciense de Kloster. 1477 a 1530. Foto R.Puig

Restos del monasterio cisterciense de Kloster. 1477 a 1530. Foto R.Puig

A la vera de estos restos hay un modesto recinto, a modo de museo, donde quien entra no encuentra ningún guardián, aunque sí una hucha para pagar la entrada y una sala con algunas sillas para, apoyando el botón correspondiente, proyectar los vídeos en que se explican las varias historias del lugar que completan así la galería de paneles y las vitrinas que contiene el local.

En el museo de Kloster. Foto R.Puig

En el pequeño museo de Kloster. Foto R.Puig

¿Cómo subsistió la aldea tras la desaparición de los monjes? Pues respondiendo a las necesidades del mercado: este apartado lugar era apto para fabricar la pólvora que el naciente imperio sueco necesitaría en sus guerras. En la zona había minas de las que se podían obtener los componentes.

Así que a mediados del siglo XVII los klosteranos empezaron a fabricar pólvora. En el siglo siguiente, el Mayor Anders Spole Rosenborg compró una de las fábricas y la convirtió en la mayor de Suecia.

Antiguo almacen de pólvora en Kloster. Foto Swedish National Heritage Board

Antiguo almacén de pólvora en Kloster. Foto Swedish National Heritage Board

Por lo que cuentan los paneles informativos a la entrada del pueblo, no faltaban los accidentes

Recreación de una explosión en la fábrica de pólvora de Kloster. Sóren Holmqvist 2001

Recreación de una explosión en una fábrica de pólvora de Kloster. Sóren Holmqvist 2001

Felizmente los ingenieros no se dedicaban sólo a servir el explosivo a la Corona sueca. Así que, aunque la fábrica se cerró en 1870, quedaron para la historia algunos inventos importantes para la boyante industria de los productos lácteos, como por ejemplo el primer separador de la nata de la leche.

Kloster en 1870. Óleo de pintor anónimo. Foto R.Puig

Kloster en 1870. Óleo de pintor anónimo. Foto R.Puig

Pero nosotros teníamos que seguir camino para no llegar tarde a la cena…

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El lago Siljan

Como estaba en nuestra ruta y empezábamos a sentir gazuza, y un amigo que vive por la zona nos había hablado del larguísimo puente de madera que se adentra en el lago Siljan en Rättvik, paramos en el lugar y, además, pudimos estirar las piernas bajo un sol esplendoroso.

Puente de madera de Rättvik sobre el lago Siljan. Foto R.Puig

Puente de madera de Rättvik sobre el lago Siljan. Foto R.Puig

Sus aguas son transparentes desde la misma orilla

Aguas de la playa del lago Siljan en Rättvik. Dalarna. Suecia

Aguas de la playa del lago Siljan en Rättvik. Dalarna. Suecia

Ganas de quedarse allí tumbados en la hierba y, por qué no, de darnos un baño no faltaban…

El lago Siljan en Rättvik

El lago Siljan en Rättvik

Pero había que llegar al hotel en Storsätern para cenar bien, y así hacer acopio de calorías antes de los dos días de vandring  (senderismo) y de ir al encuentro de los renos que nos esperaban en Grövelsjön…

Por los alrededores de Grävelsjön. Foto R.Puig

Por los alrededores de Grövelsjön. Foto R.Puig

Continuará…




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Última hora

Ayer decenas de miles de personas salieron a la calle para mostrar su repulsa ante la manifestación de unos quinientos miembros del Nordiskfronten. Este movimiento es minoritario pero activo en los países escandinavos, es xenófobo e intolerante y de ideología neonazi. Iba a desfilar ayer sábado por las calles de Gotemburgo con sus banderas según un itinerario que la policía había reducido a la mínima expresión.

La policía cierra el paso al Nordiskfront. Foto Göteborgs Posten

La policía cierra el paso al Nordiskfront. Foto Göteborgs-Posten

Digo “iba”, porque cuando trataron de desbordar y acercarse a las puertas de la popular Feria del Libro, la más grande de Suecia, la policía los cercó y detuvo al cabecilla por no atenerse al itinerario autorizado.

Tambores contra el neonazismo. Foto R.Puig

Tambores contra racismo. Foto R.Puig

Si hay algo de positivo en que se permita a estos individuos disfrutar del derecho a manifestarse, que les concede la democracia de la que ellos abominan, es (a parte de tenerlos identificados) que en tales ocasiones se manifiestan los sentimientos de la mayoría de la población sin distinciones generacionales, sociales, políticas o de origen.

Y nuestra enorme multitud también contribuyó a que el desfile se abortase

Gotemburgo 30 de setiembre 2017. Miles contra el racismo y la intolerancia. Foto R.Puig

Gotemburgo 30 de setiembre 2017. Miles contra el racismo y la intolerancia. Foto R.Puig

No sé si había algún cisterciense entre nosotros, pero si fue así, supongo que, además de tantos cantos como se oyeron, el monje estaría entonando su Deo gratias



Me permito añadir otra coda de actualidad, pues hoy en España (lo que incluye a la Cataluña de mis abuelos) hay también manifestaciones y en el mundo confusión y desinformación en la materia

DISCURSO DE FERNANDO SAVATER EN EL ANIVERSARIO DE LAS CORTES DE CÁDIZ QUE EL 24 DE SETIEMBRE DE 1810 SE REUNIERON PARA REDACTAR LA PRIMERA CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICA DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

De las Cortes de Cádiz surgió una nación soberana e indivisible, constituida por personas libres e iguales en derechos, cuyo carácter esencial era ser ciudadanos; lo mismo que hoy la mayoría de los españoles reivindicamos

El escudo de la libertad

Para empezar, debo agradecer el honor que me hacen invitándome a hablar en la conmemoración de una fecha histórica tan relevante para la Isla de León y para España entera. Pero, a pesar de lo inmerecido e inapropiado de este honor, lo he aceptado y aquí me tienen. Me he sentido obligado a venir por dos razones, una muy personal e íntima, la otra de carácter cívico, de ética ciudadana. Permitan que antes de seguir adelante les explique brevemente estas dos razones.

Hace una docena de años, vivíamos en el País Vasco sometidos al acoso criminal de la mafia etarra y a la imposición en todos los órdenes del nacionalismo obligatorio. Pese a los apoyos oficiales, notábamos que nos faltaba el sostén cotidiano de nuestros conciudadanos del resto del país, porque estábamos convencidos de que la agresión terrorista era un asunto de todos y no sólo de los vascos que lo padecíamos de más cerca. Entonces una valiente luchadora, que además era el amor de mi vida, tuvo una idea que luego han imitado muchos partidos y activistas sociales: fletar un autobús en el que viajásemos miembros de movimientos cívicos, víctimas del terrorismo, periodistas… y recorrer España haciendo paradas en el camino para contar lo que ocurría en Euskadi y despertar a la gente que veía el asunto como algo ajeno.

Salimos de San Sebastián en un autobús decorado por el gran Alberto Corazón, y haciendo alto en ciudades de todo el recorrido llegamos hasta Cádiz, acabando nuestra aventura en el oratorio de San Felipe Neri. De esa hermosa travesía guardo recuerdos que después la pérdida ha hecho dolorosamente imborrables, pero por encima de todos el enorme afecto y el desbordante apoyo cívico que encontramos en tierras gaditanas. ¿Cómo no volver, ahora que me llaman desde aquí? Estoy seguro de que Sara nunca me hubiera perdonado tamaña ingratitud.

La segunda razón es que se trata de conmemorar la implantación de las primeras Cortes democráticas de España, y de hacerlo en el momento histórico actual, cuando precisamente nuestra democracia sufre uno de los peores y más reaccionarios ataques de toda nuestra posguerra. La implantación de las Cortes en 1810 desafió circunstancias extraordinarias: el dueño de Europa, Napoleón, había impuesto a los españoles un rey según su capricho y amenazaba con sus tropas avasalladoras el propio reducto gaditano. También había enemigos interiores, conservadores que consideraban formulaciones como “soberanía de la nación” y “el rey para la nación y no la nación para el rey” poco menos que como blasfemias decapitadoras como las de la Revolución Francesa. Pérez Galdós cuenta con viveza estas decisivas polémicas en el volumen Cádiz de sus Episodios Nacionales.

Por primera vez, otra medida revolucionaria, los diputados a reunirse no iban representando estamentos sino a la nación española. Y por nación entendían una entidad abstracta y colectiva, formada por el conjunto de los ciudadanos constituidos en cuerpo político. Como resume inmejorablemente el historiador y profesor universitario gaditano Juan Torrejón Chaves, “la revolución liberal amaneció con nuevas palabras y sagrados conceptos. Surgió entonces una nación soberana e indivisible, constituida por hombres libres e iguales en derechos, cuyo carácter esencial era el de ser ciudadanos, con independencia de todo lo demás: posición social, riqueza o lugar en que se habitara. La voluntad común se erigía así como superior a toda voluntad particular o de grupo”. Exactamente lo mismo que hoy la mayoría de los españoles seguimos reivindicando.

Jovellanos comentó que este congreso se reunió “para fijar el destino de la nación tan ultrajada y oprimida en su libertad como magnánima y constante en el empeño de defenderla”. El otro día escuché a un vocinglero decir que la democracia española era low cost. Ah no, señor mío, lo que quiera menos eso, porque se ha conseguido a un coste muy alto y muy comprometido. Cuarenta y cuatro años después de la fecha que estamos conmemorando, un cronista alemán nada desdeñable consignaba que “ninguna asamblea legislativa había reunido hasta entonces a miembros procedentes de partes tan diversas del orbe ni pretendido regir territorios tan vastos de Europa, América y Asia, con tal diversidad de razas y tal complejidad de intereses; casi toda España se hallaba ocupada a la sazón por los franceses, y el propio Congreso, aislado realmente de España por tropas enemigas y acorralado en una estrecha franja de tierra, tenía que legislar a la vista de un ejército que lo sitiaba. Desde la remota punta de la isla gaditana, las Cortes emprendieron la tarea de echar los cimientos de una nueva España”. El cronista que con tono admirativo escribió estas líneas se llamaba Karl Marx.

Llegaron los diputados de la Península y ultramar para formar la nación de todos, no para promocionar identidades particulares como mendigos que exhiben sus muñones a la puerta de la catedral para pedir limosna. La delegación más numerosa fue la de Galicia, seguida por la de Cataluña. Y el primer presidente que eligieron las Cortes fue precisamente catalán: Ramón Lázaro de Dou y Bassols, al que en el panegírico de la Academia de Buenas Letras de Barcelona se calificó como “varón insigne, sabio jurisconsulto, literato distinguido, político consumado, honor de la Universidad de Cervera y gloria de Barcelona, de Cataluña y de toda España”.

A pesar de su edad, 68 años de los de entonces, había arrostrado una larga travesía marítima para estar presente en las Cortes. Lázaro de Dou, comentando el decreto de Nueva Planta, llamó a Felipe V Solón de Cataluña por haber derogado las reliquias del sistema feudal. Y rechazó las opiniones adversas que no faltaban entre sus coterráneos así: “Tal es la índole del hombre que casi nunca cree deber aprobar ni alabar sino lo que ha visto siempre desde niño en su país: las costumbres, las reglas, las leyes, las mismas acciones buenas, las prácticas en ninguna parte le parecen tan excelentes como allí donde ha nacido. Esto depende principalmente de que nosotros solemos juzgar más por sentimiento que por reflexión”. ¡Bravo, mosén Dou!

Las sesiones de la magna asamblea se hicieron en el antiguo Teatro Cómico de la Isla convertido en Salón de Cortes por otro catalán, Antonio Prat. Unos meses más tarde, ya concluidas las sesiones, el diputado por Valencia Joaquín Lorenzo Villanueva, un sacerdote ilustrado y liberal, pidió que el edificio del antiguo teatro se convirtiera en finca de la nación para preservar su dignidad. Propuso como adorno de la fachada poner la fecha de la instauración de las Cortes, 24 de septiembre de 1810, y luego sólo dos palabras: ESPAÑA LIBRE. Que ese sea también nuestro lema, amigas y amigos, compatriotas, sin olvidar nunca que debemos ser nosotros mismos el escudo insustituible de esa libertad.

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El texto es una intervención leída en el Teatro de Las Cortes de San Fernando, Cádiz, en la conmemoración del 207 aniversario de la implantación de las primeras Cortes Generales de España, 24 de septiembre de 1810  (Publicado en el diario El País a fecha de hoy)

 

 

 


Caminando entre los paralelos 86 y 90 por los montes de Suecia y Noruega

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Renos entre Idre y Grövelsjön. Foto R.Puig

Renos entre Idre y Grövelsjön. ¿Qué ha podido encontrar en el asfalto? Foto R.Puig

Para Marie, que en todo me motiva

Tras recorrer 435 kms de la Nacional 70 y el tramo final de carretera local entre Idre y Grövelsjön, llegamos a tiempo para la cena a un hotel muy frecuentado por quienes podriámos ser llamados los pensionistas senderistas. Un lago da su nombre a este pueblo en la Reserva natural de Langfjället.  La ruta nos ha conducido desde Enköping hacia el noroeste, pasando por Sala, Borlänge y Mora, entre otras localidades de la región de Dalarna. De nuestras paradas hemos hablado el domingo pasado.

Los renos que fuimos encontrando al final del recorrido son outsiders de los rebaños transhumantes que transitan entre el norte de Suecia y estas tierras medias. Exclusivamente los sami (a quienes se solía llamar lapones) tienen derecho a desplazarlos entre el territorio Sápmi y aproximadamente el 40% del territorio sueco. No hay una frontera precisa, aunque hay restos arqueológicos de este antiguo pueblo anteriores a la Suecia histórica en tierras de Dalarna y Gästrikland. Eso explica el que en nuestra caminata por estas montañas encontremos los enormes cercados dentro de los cuales los sami reúnen a sus renos para efectuar el recuento y el marcaje de los rebaños.

Cercado de un corral para el recuento anual de los renos. Foto R.Puig

Cercado de un corral para el recuento anual de los renos. Foto R.Puig

Esta nación transfronteriza sin estado, con lengua, cultura e historia comunes, se atiene a las reglas y al mapa de la Comisión de Límites que, sobre la base del Swedish Land Survey, determinó en 2007 cuál es el territorio Sápmi y a que otras circunscripciones de Suecia los sami pueden extender su transhumancia en aplicación de la Convención 169 de la OIT relativa a los derechos de los pueblos indígenas y tribales. En concreto la Comisión de Límites determina las zonas por las cuales los sami tienen derecho a desplazar sus renos desde su propio territorio durante la temporada invernal entre el 1º de octubre y el 30 de abril.

Entre los abetos. Foto R.Puig

Entre los abetos. Foto R.Puig

Para nuestro primer día nos marcamos un recorrido modesto de entre 9 y 10 kilómetros, del lado noruego de la frontera, subiendo hacia las laderas del Rundhøgda (altura redonda) por su lado oriental.

El Rundhøgda y al fondo a la izquierda el Sushøgda. Foto R.Puig

El Rundhøgda y al fondo a la izquierda el Sushøgda. Foto R.Puig

Es un monte calvo y pedregoso de 1120 metros sobre el nivel del mar.  Durante el camino encontramos los cercados de recuento y marcaje de los renos.

La vista se extiende lejos, este silencio sólo lo atravesamos el viento, los escasos excursionistas que, en este final de verano, caminamos por estas tundras,

Cuanto la vista se extiende. Foto R.Puig

Cuanto la vista se extiende. Foto R.Puig

y el rumor de los torrentes

Torrente en las laderas del Rundhøgda. Foto R.Puig

Torrente en las laderas del Rundhøgda. Foto R.Puig

Si miramos con atención, descubrimos los innumerables matices de esta vegetación tenaz, los tonos rosáceos de los musgos

Los colores del musgo. Foto R.Puig

Los colores del musgo. Foto R.Puig

y el blanco de las flores de nieve

Flores de montaña. Foto R.Puig

Flores de montaña. Foto R.Puig

¡Cómo echo de menos algo de ciencia botánica!

El mapa de dos días de vandring. Foto R.Puig

El mapa de dos días de vandring. Foto R.Puig

Primer día

Mapa del primer día. Foto R.Puig

Mapa del primer día. Foto R.Puig

Tras rodear las laderas del Rundhøgda, dejando a la derecha la cima del Store Lifjellet (1.219 metros), subimos por la quebrada de Valbekken siguiendo el curso del torrente, para alcanzar la pequeña laguna que lo alimenta. Esas aguas anidan bajo los farallones del Jorpetjhake coronados por la cima del Sushøgda de 1.252 metros. Hoy no nos alcanza el tiempo para ascender a su cima. Además, hay que medir las fuerzas y evitar que nos atrape la hora del crepúsculo.

Laguna a los pies del Sushøgda. Foto R.Puig

Laguna a los pies del Sushøgda. Foto R.Puig

No sin antes sentarnos y sacar de la mochila las vituallas y los termos de café y de nyponsoppa, ese puré ligero de escaramujo, muy vitamínico y popular en Suecia. Hay tal paz ahí arriba que si no fuese por las nubes que comienzan a anunciar lluvia podríamos haber plantado una tienda de haberla tenido. Hay que emprender la vuelta por un sendero accidentado que no está marcado en el mapa.

Camino de vuelta. Foto R.Puig

Camino de vuelta. Foto R.Puig

De regreso por las laderas occidentales del Rundhøgda, a medida que bajamos, el paisaje se va poblando de coníferas

De bajada, las coníferas. Foto R.Puig

De bajada, las coníferas. Foto R.Puig

El Djupsjøberget (montaña del lago profundo) se destaca al otro lado de una gran hondonada poblada de lagos, uno de los cuales da su nombre a la cima.

Para volver al punto de partida hemos de atravesar una zona de humedales

Por terreno pantanoso. Foto R.Puig

Por terreno pantanoso. Foto R.Puig

Así llegamos al aparcamiento donde habíamos dejado el coche y emprendemos el corto regreso a Suecia.

Retornamos a Suecia. Foto R.Puig

Retornamos a Suecia. Foto R.Puig

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Segundo día por la mañana

Comienza la segunda jornada con lluvia, pero han anunciado que durará poco. Así que decidimos empezar con una excursión matinal, esta vez sin atravesar la frontera y  andando bosque a través. El cielo, tras unas chubascos breves, se abre

A través del bosque. Foto R.Puig

A través del bosque. Foto R.Puig

El primer objetivo es una vieja granja que encierra memorias de los años cuarenta.

La granja de Valdalsbygget. Foto R.Puig

La granja de Valdalsbygget. Foto R.Puig

En su interior y en varias ocasiones, como durante las Navidades y el invierno del 1943, dejaron sus nombres grabados a cuchillo en la madera los soldados de una patrulla sueca de frontera. Noruega estaba ocupada por el ejército del III Reich. El límite fronterizo era permeable para los miembros de la resistencia noruega que recibían un apoyo discreto del ejército y los gendarmes suecos.

Memorias de guardias suecos de frontera durante la II Guerra Mundial. Granja de Valdalsbygget. Foto R.Puig

Memorias de guardias suecos de frontera durante la II Guerra Mundial. Granja de Valdalsbygget. Foto R.Puig

Junto al apellido algunos inscribieron su número de matrícula y el nombre del pueblo cercano de donde procedían. Estas son algunas transcripciones:

Patrulla de fronteras el 12/9 1943

Karlsson, Älvdalen

29 Larsson, Rot

227 Pettersson, Smedjebacken

17/10 1943

De patrulla el día de Navidad 1943

Svensson

Patrulla el día de Navidad 1943

176 Andrén

74 Svensson, Särna

212 Hjort, Säter

Quizás el más emocionante sea el de un joven llamado Stygt, noruego y probablemente miembro de la resistencia:

Un chico noruego aquí 30 abril 1944

horas. 15, nieve, Stygt estuvo

Viva el Rey!

La granja de Valdalsbygget. Foto R. Puig

La granja de Valdalsbygget. Foto R. Puig

Suecia, para evitar ser bombardeada, asaltada, ocupada por Hitler y gobernada por los partidarios y admiradores del régimen nazi (que eran abundantes), decidió proclamarse neutral durante la Segunda Guerra Mundial. La neutralidad incluyó permitir el paso de los convoyes alemanes cargados de soldados y armamento hacia la Noruega ocupada y seguir exportando materias primas y acero sueco al III Reich.

La granja de Valdalsbygget. Foto R.Puig

La granja de Valdalsbygget. Foto R.Puig

El apoyo a la resistencia noruega fue una forma de compensación. Los campos de entrenamiento de los resistentes que mantuvo la policía sueca sirvieron no sólo para ayudarles en su lucha contra el ocupante, sino también para fortalecerles para lo que vino más tarde: la tentativa, disfrazada de ayuda, de una ocupación soviética por el norte. Cuando la debacle alemana los resistentes noruegos ocuparon ese territorio y evitaron que el ejército rojo pudiese aventurarse a “liberar” Noruega.

Escuchando a la joven granjera de Valdalsbygget. Foto R. Puig

Escuchando a la joven granjera de Valdalsbygget. Foto R. Puig

Tras pasar un rato en la granja, retornamos al hotel buscando el camino de regreso gracias a las instrucciones de la granjera estival encargada del lugar. Los postes de indicación que nos había anunciado hicieron el resto, pues el camino no aparecía en el mapa.

De vuelta al hotel junto a un poste de orientación. Foto M.Puig

De vuelta al hotel junto a un poste de orientación. Foto M.Puig

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Segundo día por la tarde

Después de un almuerzo frugal en el hotel, el día se trasformó con unas temperaturas veraniegas y un sol esplendoroso. Esta fue la oportunidad ideal para dar un paseo por el inicio del Linnéstigen (huella o ruta de Linneo) y rememorar ese camino que habíamos recorrido completo durante tres días hacía treinta años, cuando a la espalda cargábamos sus buenos doce kilos y acampábamos bajo tienda de campaña.

Ruta de Linneo. Foto R.Puig

Ruta de Linneo. Foto R.Puig

La ruta comienza en Grövelsjön a las orillas de su lago

A la orilla del Grövelsjön. Foto R.Puig

En la ribera del Grövelsjön. Foto R.Puig

Hace tres décadas el sendero no contaba con las magníficas pasarelas que ahora facilitan el paso,  incluso a las sillas de ruedas

Pasarela de la ruta de Linneo. Foto R.Puig

Pasarela de la ruta de Linneo. Foto R.Puig

Como la temporada está llegando a su fin, podemos recorrer unos pocos kilómetros sin las procesiones de excursionistas que hace unas semanas paseaban por esta ruta, la misma que recorrió Linneo durante una de sus expediciones científicas y que es ahora muy popular.

Aquí estuvo Linneo. Foto R.Puig

Aquí estuvo Linneo. Foto R.Puig

El aire fresco y frío y el sol nos tuestan la piel. Nos cruzamos con una familia, los pequeños caminan con tanta vivacidad como los mayores. Así que nos prometemos que a no mucho tardar habremos de volver, esa vez con los nietos.

Por si ustedes se animan, aquí tienen el mapa de esta zona. La línea de cruces  en tonos verde y rosa es la frontera con Noruega.

Grövelsjön y el inicio de la ruta de Linneo. Foto R.Puig

Grövelsjön y el inicio de la ruta de Linneo. Foto R.Puig

Las hileras de puntitos negros son senderos de excursionistas, El de la huella de Linneo parte en dirección noroeste desde el puente que cruza el curso de desagüe del lago, una ancha y rumorosa torrentera de montaña que se irá trasformando en río, el Osterdalälven, para acabar en las aguas bálticas del lago Mälar cerca de Estocolmo.

Nacimiento del Osterdalälven en el Grövelsjön. Foto R.Puig

Nacimiento del Osterdalälven en el Grövelsjön. Foto R.Puig

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Regreso

Pero nosotros, para volver a Gotemburgo al día siguiente, tomaremos otra ruta, entrando en Noruega por la carretera que bordea el sur del lago Femunden

El lago Femunden. Foto R.Puig

El lago Femunden. Foto R.Puig

De pesca en el lago Femunden. Foto R.Puig

De pesca en el lago Femunden. Foto R.Puig

por la cual nos cruzamos con estos renos, esta vez noruegos,

En el camino de vuelta Foto R.Puig

En el camino de vuelta Foto R.Puig

que siguen su camino, meditabundos, sin prestarnos atención.

Descenderemos por la Nacional 26 noruega que sigue el valle del KlarälvenTras cruzar la frontera, la ruta se convierte en la Nacional 62 sueca siempre pegada al curso de ese serenísimo río

En balsa por el Klarälven. Foto R.Puig

En balsa por el Klarälven. Foto R.Puig

Haremos noche en una cabaña en sus márgenes

Hospedaje a la orilla del Klarälven. Foto R.Puig

Hospedaje a la orilla del Klarälven. Foto R.Puig

El Klarälven. Foto R.Puig

El Klarälven. Foto R.Puig

Lo hemos seguido desde su nacimiento hasta su desembocadura por Karlstad en el lago Vänern, el mayor de Suecia,  desde donde tragaremos millas hasta Gotemburgo, con la imagen del último reno todavía en la retina

En el camino de vuelta. Foto R.Puig

En el camino de vuelta. Foto R.Puig

 

 

 

 

 


El arte de la pesca con atarraya en la playa de la Almadrava

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Alborada en la Playa de la Almadrava. Foto R.Puig

Alborada en la Playa de la Almadrava. Foto R.Puig

Para Pepe Morell

Al rayar el día ya han plantado sus cañas los pescadores. Dicen que esta época de principios de octubre es propicia. A menudo se ve a los peces saltar cerca de la orilla. Pero entre los pescadores hay algunos que a mi juicio tienen mayor mérito, me refiero a los que, los pies en el agua, lanzan incansables la atarraya. Son pocos, pero parece que su número va creciendo. Hasta hace poco sólo se permitía este tipo de pesca a los que ya poseían licencia, hombres mayores por lo general.  No se daban licencias nuevas. Ahora, con la condición de inscribirse en alguna asociación de pesca deportiva, se vuelven a otorgar. Y tanto en Oliva como en Sueca hay artesanos que fabrican y venden este artilugio.

Hace ya varias décadas tuve ocasión de ver cómo este arte tradicional, muy extendido en América Latina, se practicaba en las playas del Perú .

Pescando a la atarraya en la costa peruana. Fuente MaxRes Photo

Pescando lisas a la atarraya en la costa peruana. Fuente MaxRes Photo

La atarraya es una red circular de distintas medidas que al desplegarse cae al agua como un cono fugaz. Se emplea para la captura de especies acuáticas en aguas poco profundas, a pie desde la orilla o desde una barca. Su nombre proviene del árabe hispánico y de la raíz que designa la acción de arrojar o lanzar. También se denomina esparavel.

Un encuentro matutino

Fue el jueves. El mar estaba tranquilo y el sol se anunciaba tímidamente, pero faltaba más de una hora para que se asomase por el extremo oriental de la playa de la Almadrava en Els Poblets. Alguien lanzaba con soltura, como si fuese fácil, su atarraya. El agua no tenía la claridad ideal, pues en la orilla se movían al vaivén de las ondas los restos  oscuros de la hoja de posidonia.

1. Con brazos y dientes. Foto R.Puig

1. Con brazos y dientes. Foto R.Puig

Era la ocasión esperada para que nuestro pescador, anciano como yo, y rebosante de energía, me explicase cómo funciona este viejo arte. No sólo accedió a mostrarme el procedimiento (lleva muchos años pescando con atarraya), sino que me autorizó a inmortalizarle en acción. Así que ni cortos ni perezosos, emprendimos, él como protagonista y yo como paparazzo, este alegre reportaje. Alegre sí, porque esta forma de pescar es ciertamente un ejercicio esforzado y, sin embargo, alegre. La red vuela y evoluciona como las alas de las gaviotas que surcan las orillas de esta playa.

En otras latitudes, para los pescadores de las costas y riberas de los ríos de América, la atarraya es un instrumento de subsistencia, mientras a todo lo más a que se arriesga Pepe Morell es que, al volver a casa, su esposa mire el contenido del capacho y no lo vea suficiente ni para el caldo ni para la parrilla. Al menos esta vez en que la orilla del mar estaba turbia.

Pero lo que nadie le puede quitar es este ejercicio que fortifica piernas, brazos y cintura y este placer de la pesca al amanecer por la orilla hermosa de esta playa. Y la incertidumbre del resultado también tiene su atractivo.

2. Ya vuela. Foto R.Puig

2. Ya vuela. Foto R.Puig

Si mi reciente amigo pescador me lo permite, encuentro una sugestiva analogía entre que Pepe, que está jubilado como yo, sea abogado, una profesión que imprime carácter, y que practique las habilidades de la pesca con atarraya.  Que alguien que ha lidiado con los nudos y las redes de las leyes y los pleitos durante años, sin dejar de ir en su tiempo libre a la pesca con esparavel, es lógico que tenga también una destreza especial para poner orden en los hilos de su red y desplegar esa estructura con pericia y precisión.

3. Ya azota el agua. Foto R.Puig

3. Ya azota el agua. Foto R.Puig

Si, además, en esta ocasión ha tenido que operar en una orilla sembrada de restos vegetales, que no sólo dificultan la visión de lo que se mueve bajo el agua, sino que le obligan a retirarlos una y otra vez para mantener bien dispuesta la trama de la atarraya, entonces el pescador ha de manejarse con varios códigos a un tiempo.

4. Posándose. Foto R.Puig

4. Ya se posa en el fondo. Foto R.Puig

La acción de cerrar el círculo de las plomadas para clausurar el copo ha de ser rápida, para que los peces no escapen antes de proceder a la extracción de la atarraya

5. Extrayéndola. Foto R.Puig.

5. Extrayéndola. Foto R.Puig.

y a su recogida en la orilla

5. Extrayéndola. Foto R.Puig.

6. Subiéndola. Foto R.Puig.

Luego hay que pleitear con la masa de algas y posidonia y desenredar a los peces de eso que a los demás nos parece una imposible maraña.

7. Hoy hay mucho resto de posidonia en el agua. Foto R.Puig

7. Hoy hay mucho resto de posidonia en el agua. Foto R.Puig

¡Habilidad y santa paciencia!

8. Veamos lo que hay. Foto R.Puig

8. Veamos lo que hay. Foto R.Puig

Este sirve para el caldo

9. Una escorpa. Cuidado con las espinas. Foto R.Puig

9. Una escorpa. Cuidado con las espinas. Foto R.Puig

La ley de la atarraya ha podido con el depredador

10. El devorador de cangrejos. Foto R.Puig

10. El devorador de cangrejos. Foto R.Puig

Que pasa a formar parte de quienes del capacho  pasarán a la sartén o a la olla

11. Por ahora dos escorpas y tres lisas. Foto R.Puig

11. Por ahora dos escorpas y tres lisas. Foto R.Puig

En otras latitudes, en el río Ocoña, en la provincia de Camaná, en el departamento de Arequipa, dentro de pocas semanas se celebrará el concurso de la pesca del camarón.

Pesca del camarón a la atarraya en Camaná. Arequipa. Perú.

Pesca del camarón a la atarraya en el río Ocoña. Foto de la municipalidad de Camaná

¿Habrá alguien por allá que nos envíe un puchero con un buen chupe de camarones?


Greguerías para dos monumentos valencianos

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Ficus Macrophyla. Hojas y frutos. Foto R.Puig

Ficus Macrophylla. Hojas y frutos. Foto R.Puig

Con la llegada del otoño los jardineros de Valencia sudan recogiendo toneladas de hojas muertas y podando los árboles monumentales de sus frondosos paseos y avenidas. Las higueras australianas dan sombra y esplendor pero también dan trabajo.

Las esbeltas palmeras presumen y se pavonean. Las palmeras valencianas, ¡ah!, ellas son historia aparte…

—-

Greguerías

.

En Valencia la palmera

tiene un alma de jirafa

.

Sueña con ser un cometa

para la noche fallera

Washingtonia robusta. Valencia. Foto R.Puig

Washingtonia robusta. Valencia. Foto R.Puig

.

Sus copas son los pompones

de las trenzas de la tierra

Grupo de Washingtonia robusta. Foto R.Puig

Grupo de palmeras mexicanas o Washingtonia robusta. Valencia Foto R.Puig

.

Son los mimos vegetales

de fuegos artificiales

Washingtonia robusta. Foto R.Puig

Washingtonia robusta. Valencia. Foto R.Puig

.

Pero la higuera australiana

no tiene las mismas ganas

Ficus Macrophylla. Foto R.Puig

Ficus Macrophylla. Valencia. Foto R.Puig

.

Ella es ancha de caderas

y no piensa en pasarelas

Raices de la higuera australiana valenciana. Foto R.Puig

Raíces de la higuera australiana valenciana. Foto R.Puig

.

“Mis hojas no son delgaduchas,

son carnosas y son muchas”

Phoenix Dactylifera y Ficus Macrophyla. Foto R.Puig

Phoenix Dactylifera y Ficus Macrophylla. Valencia. Foto R.Puig

.

Se repanchinga en el suelo,

a ella no le van los vuelos.

Ficus Macrophylla o Higuera Australiana. Valencia. Foto R.Puig


Allá donde no estaremos

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Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Detalle. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Detalle. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

.

El pintor ha soñado

y en su sueño no estamos,

una lluvia ácida

 recrea sus paisajes,

nos fuimos hace mucho

de esos despoblados

.

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Díptico. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Díptico. Galería Fdez. Braso 2017. Foto R.Puig

.

Niebla y vapor

sin límites,

pérdida,

no hay memorias

pues no hay

quien recuerde

.

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

.

La materia

incesante asola

 lo que apenas

construye,

espacios fósiles

que enseguida

cancela

.

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Serie 2. Detalle. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Serie 2 (Dos obras de cinco). Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

.

Noche láctea

manto de viento

y de silencios,

de invierno

gaseoso

de olvidos

.

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Serie 2. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

.

Mas

en su duermevela

de una fuente oscura

el pintor ha soñado

algún brote

de fuego

.

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Detalle de instalación de 5 obras. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. De una serie de 5 obras. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

.

En edades futuras

quién sabe

si de nuevo

estarán o estaremos

cuando un dios

hágase el color

diga

.

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Instalación de 10 obras. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig

Luís Coquenão. Acrílico sobre lienzo. Instalación de 10 obras. Galería Fdez.Braso 2017. Foto R.Puig



Paisajes de tinta. Exposición de Luís Coquenão (Angola, 1953) en la Galería Fernández Braso de Madrid

 

 

 

 

 

 

 

 


Breverías erasmianas (XXXIII): “Qui mori nolit ante tempus” (Sin ganas de morir antes de tiempo)

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Vaso ático con escena de banquete. 420 a.C. Foto Marie-Lan Nguyen. Wikipedia Commons

Vaso ático con escena de banquete. 420 a.C. Foto Marie-Lan Nguyen. Wikipedia Commons

Se acaba 2017 y no faltarán quienes dediquen la última noche del año a imitar a los sibaritas, habitantes de la ciudad de Sybaris en la Magna Grecia, de quienes se dice que llevaban una vida de placeres refinados. Si alguno de mis lectores vive en un lugar donde el sol sólo calienta un poco en las horas centrales del día, quizás sufra el mismo síndrome de aquellos griegos del sur de la península itálica y sucumba a la tentación de ocupar la fría noche en libaciones y orgías y el amanecer en roncar en la cama, postrado por la resaca.

Es eso lo que cuenta con ironía Ateneo, el mayor experto en banquetes y compilador de recetas culinarias de la antigüedad grecorromana. Pero no nos adelantemos al comentario de Erasmo en uno de los adagios de su colección, que, para equilibrar la cosa, se referirá también a dos estoicos romanos, quienes no eran tan conciliadores como el gastrónomo griego con aquellas costumbres libertinas, ni con la creencia de que el desenfreno de ocasos y amaneceres te mantiene más eficazmente en vida.

En todo caso, Erasmo tenía una fe ciega en las cualidades salutíferas del vino de Borgoña. Así que imagino que en tal noche como la de hoy brindaría, con una copa del barrilito que siempre le acompañaba en sus viajes, por que el año entrante fuese para todos mejor y menos violento. Así que no hay razón para no imitarle, aunque con la debida moderación.

Pero, les dejo con el texto y ¡que tengan un buen 2018!

.

“Qui mori nolit ante tempus”  

Sin ganas de morir antes de tiempo

Adagio I, II, 94.

 

Ateneo, en sus diálogos de sobremesa cita un proverbio relacionado con los habitantes de Sibaris:

“entre los sibaritas, quien no quiere morir antes del tiempo que el destino le reserva no debe ver ni la puesta ni la salida del sol”.

Comenta que el dicho era corriente en Sybaris, porque la ciudad estaba situada en una depresión, una especie de valle encajonado; de modo que, en verano, de mañana y de tarde hacía un frío inmenso y al mediodía un calor insoportable.

Edición de los Deipnosophistae. Leiden 1657

Edición de los Deipnosophistae (Banquete de los eruditos). Leiden 1657

Cicerón en “De finibus” explica que lo mismo se atribuía a los asotos (libertinos), nombre de una raza de gentes, famosa por su vida desenfrenada, que al ocaso estaban borrachos y por la mañana roncaban.

Columela, en el proemio de su “De re rustica” (De la agricultura), usa este dicho para referirse a los gandules que pasan sus noches en la lujuria y la embriaguez y sus días durmiendo y jugando:

Columela. De la agricultura. Madrid. 1871. Ejemplar de la BNE

Columela. De la agricultura. Madrid. 1871. Ejemplar de la BNE

“De manera que, para ir bien preparados a nuestras orgías glotonas, cocemos en las saunas nuestras cotidianas indigestiones y nos deshidratamos sudando para excitar la sed, pasamos las noches en desenfrenos y borracheras y los días en jugar y dormir, y nos consideramos afortunados por no ver ni la salida ni la puesta del sol”

Embriaguez en Pompeya.

Embriaguez en Pompeya

.

He traducido del texto original latino publicado en  Les Adages d’Érasme, présentés par les Belles Lettres et le GRAC (UMR 5037), Lyon, 2010, pp. 241-242, que reza así

“Athenaeus in Sermonibus convivialibus de Sybaritis hujusmodi refert  proverbium : Qui non velit apud Sybaritas ante diem  fatalem mori, eum haud oportet solem conspicere nec occidentem nec orientem. Hoc ideo vulgo jactatum scribit, quod Sybaritarum civitas in humili loco ac velut in convalle sita fuerit, ut aestatis tempore mane pariter ac vesperi frigus immensum sentirent, meridie intolerandum ardorem. Cicero libro De finibus bonorum secundo docet idem dictum in quosdam Asotos, cui genti nomen inditum est a luxu vitae. Nam sub solis occasum erant ebrii, mane stertebant. Columella in prooemio Rerum rusticarum usurpat in ganeones, qui noctes libidinibus et ebrietate, dies somno vel ludo consumunt. Mox deinde, inquit, ut apti veniamus ad ganeas, quotidianam cruditatem Laconicis excoquimus et exusto sudore sitim quaerimus noctesque libidinibus et ebrietatibus, dies ludo vel somno consumimus. Ac nos dicimus fortunatos, quod nec orientem solem videmus nec occidentem”

 

Referencias: 

  • Sobre el Banquete de los eruditos de Ateneo ver aquí
  • Sobre Columela ver aquí , y para leer su obra De la Agricultura pinchar aquí 

Dibujos reunidos (XII): Del sufrido oficio de modelo de academia (I)

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Johan Zoffany. Los académicos de la Royal Academy 1771-1772. Colección Real. Londres

Johan Zoffany. Los académicos de la Royal Academy 1771 – 1772. Colección Real. Londres

Cada año las academias y liceos de Bellas Artes de Italia sacan a concurso las plazas de modelos vivientes de ambos sexos, para sus “scuole libere del nudo”, en las que se  practica el dibujo de anatomía artística. Su reclutamiento y situación contractual están reguladas desde el año 2000. Pero una cosa es la ley y otra su práctica, así que en el 2008 se produjo un paro para reclamar el reconocimiento profesional y protestar por la precariedad y las condiciones en que ejercían su trabajo

Por mi experiencia como alumno en la Facultad de Bellas Artes de Altea, en España, y en la Academia de Bellas Artes de Watermaels-Boitfors, en Bélgica, he sido testigo de que el  trabajo de posar es sufrido, la retribución es módica y la contratación temporera.

La primera Academia de Arte de Europa fue ideada por Giorgio Vasari y fundada por Cosimo I de Medicis en Florencia en 1563. A ella siguió la creación de la primera academia de dibujo de Europa por los hermanos Carracci en Bolonia en 1580. Más tarde se creó la de San Lucas en Roma en 1593. Fue la de Bolonia, la accademia dei desiderosi, luego llamada degli incamminati, la que dio el espaldarazo oficial al dibujo de desnudos dal vero, sin prestar oídos a la prohibición de la Iglesia en aquellos tiempos de contrarreforma.

El dibujo de modelo viviente había existido desde antiguo en el ámbito de los talleres de los artistas, pero la proliferación de academias y escuelas de arte públicas en el siglo XVII y XVIII consagró esta práctica en el ámbito pedagógico y le dio gran importancia para la formación del artista. El oficio de posar estaba permitido sólo a los modelos varones. De hecho, un rey tan ilustre e ilustrado como Carlos III, siguiendo los dictados de su confesor quiso quemar todos los lienzos de las colecciones reales que incluían desnudos considerados indecentes. Sólo la intervención del pintor de la Corte, Anton Raphael Mengs, consiguió que los donase a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, para servir a la instrucción de los alumnos. A fines del siglo XIX se empezó a tolerar el posado artístico de las mujeres en las academias privadas, aunque hubo que esperar al siglo XX para que las mujeres pudiesen retratar a los modelos desnudos en las academias estatales.

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José Maea Desnudo con piedra 1783

José Maea,  Desnudo con piedra, 1783

Los dibujos de la colección de la Academia de San Fernando

Todo esto viene a cuento de que recientemente he examinado los trabajos de dibujo de modelo viviente de la Biblioteca digital de Bellas Artes de San Fernando que posee la Universidad Complutense de Madrid. Son trabajos, por lo general de gran calidad técnica, realizados a la sanguina, el carboncillo o el grafito, algunos sobre papel blanco o en su mayoría amarillento o gris. Entre los dibujos destacan los de alumnos que con ellos pasarían las pruebas para obtener una beca o pensión en la Academia de España en Roma. Algunos lograrían una plaza en la Historia del Arte, como José del Castillo (1737 – 1793), Domingo Álvarez Enciso (1737 – 1800), Alejandro de la Cruz (becario en Roma en 1765), Gabriel Durán (1747 – 1806, becario en Roma), Manuel de Eraso (1742 – 1813), José Maea (1760 – 1826),  Mariano Salvador Maella (1739 – 1819).

Fue necesario un siglo y medio más para que una mujer, la excelente pintora naturalista Marcelina Poncela Ontoria (1864 – 1917), legase un dibujo para esta colección y mereciese que su biografía acabase en la wikipedia. Era una de las seis mujeres que, con permiso real, pudieron ingresar en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. No se trata de un desnudo, no se llegó a tanto, sino de la figura de un filósofo, a partir de la copia en escayola de una estatua clásica. Su hijo, Enrique Jardiel Poncela, de quien hemos hablado aquí, también dibujaba, seguramente por haberlo aprendido de su madre.

Marcelina Poncela y Ontoría. Filósofo

Marcelina Poncela y Ontoría. “Filósofo”

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Pero estábamos hablando de cuán sufridas pueden ser las sesiones de posado, por ello me voy a fijar en alguno de los recursos que se les ofrecían a los modelos para mantenerse inmóviles.

La piedra como apoyo

Un año antes del dibujo de José Maea que vemos un poco más arriba, otro aspirante a la fama dibujaba con los mismos materiales y la misma técnica al que puede que fuese el mismo modelo aunque con el pelo más corto, esta vez sentado sobre dos piedras, pero en una torsión que no parece demasiado cómoda. Prueben ustedes a mantenerse en esta pose durante veinte minutos o media hora y a ver si recuperan la normal sin tener calambres.

Pedro Carmona Lezcano. Desnudo con piedras 1782

Pedro Carmona Lezcano. Desnudo con piedras 1782

Y ya que hemos mencionado la fama de sus autores, he aquí dos dibujos más antiguos  de  modelos apoyados en la piedra, sobre papel gris y con acabado en albayalde.

Bastones

El primero se sujeta también en una especie de garrota o muleta para mantener su difícil equilibrio. Curiosamente el dibujante ha olvidado dibujar la continuación de la vara entre el antebrazo y la espalda

Mariano Salvador Maella Pérez. Desnudo con piedra 1760

Mariano Salvador Maella Pérez. Desnudo con piedra 1760

Este segundo no necesita de bastones, porque la piedra vertical le sirve de apoyo. Los toques de albayalde (blanco de plomo), un material que ya se usaba en el siglo XIV y fue desechado por tóxico en el siglo XIX,  destacan los volúmenes del cuerpo.

Alejandro de la Cruz Desnudo con piedra 1771

Alejandro de la Cruz Desnudo con piedra 1771

Otro que utiliza un palo

Blas Martín Hidalgo. Desnudo con piedra 1757

Blas Martín Hidalgo. Desnudo con piedra, 1757

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Evolución

Hacia final de siglo la línea se hace más nítida

Luis Rascón Desnudo con piedras 1790

Luis Rascón. Desnudo con piedras, 1790

Y cuando Antonio Martínez dibuja en Roma, pensionado en la Academia de España, esa precisión se acentúa

Antonio Martinez Desnudo con piedra 1799 a Roma

Antonio Martinez. Desnudo con piedra, 1799 “a Roma”

en contraste con sus ejercicios anteriores en Madrid

Antonio Martinez Desnudo con piedra s.f.

Antonio Martinez. Desnudo con piedra. s.f.

Podríamos seguir, pues hay en la colección muchos ejemplos de modelo apoyada en un bloque de piedra. Pero en un próximo domingo comentaremos otra curiosa forma de mantener el equilibrio y hacer más difícil la labor del dibujante.

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Para finalizar, he aquí un ejemplo de otro modelo que, siendo de escayola, no tenía que sufrir para mantenerse inmóvil, una copia del llamado Gladiador Borghese cuyo original está en el Louvre.

Entre los ejercicios que lo representan éste es el más antiguo de la colección. De aquel alumno aventajado sólo nos ha quedado el nombre

Guerrero Borghese Pedro Sasso y Sani 1786

Pedro Sasso y Sani. Guerrero Borghese, 1786

Y este otro al carboncillo obtuvo uno de los premios  del curso del 1911

Guerrero Borghese José Nogué Massó 1911 Premio

José Nogué Massó. Gladiador Borghese, 1911 (premiado)

Aquel catalán, alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, se llamaba José Nogué Massó (1880 – 1973). Llegó a ser director de la Academia de España en Roma y catedrático de dibujo y director de la Escuela de Artes y Oficios de Jaén.

Este otro es un aspirante que no llegó tan lejos aunque, sin saberlo, intentaba emularlos cuando dibujaba la misma estatua, pero en Roma y un siglo más tarde…

Este bloguero dibujando en la gipsoteca de Roma.

Dibujando en 2011 en la Gipsoteca de la Sapienza en Roma.

Pero mejor sería darse una vuelta por el Louvre para ver el original en mármol

Gladiador Borghese. Siglo III a.C. Louvre

“Gladiador Borghese” de Agasias de Éfeso. Siglo III a.C. Louvre. Foto Ryan Bauman

 


Nota:  La Colección de dibujos antiguos de la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de Madrid se puede consultar pinchando aquí

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Elogio de la nimiedad (VII): Reproches y rebeldías (de los comestibles)

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El ojo airado. Foto R.Puig

El ojo acusador. Foto R.Puig

 

Reproches

No sé si a ustedes les pasa, pero descabezar un pescado cuando te mira fijo puede dejar una regusto de culpa. Se pasa pronto, pero, en todo caso, hay quienes preferimos no tener que guillotinar a un bicho antes de comerlo. No sé si está relacionado con una experiencia infantil.

En los años de la posguerra en España comer pollo, algo tan corriente ahora, era para las ocasiones especiales. Alguien, creo que era por Navidad, había obsequiado a mis abuelos el volátil vivo. Había que sacrificarlo para luego desplumarlo. Al niño que yo era no se le dejó asistir a la decapitación, pero sí que pude ver horrorizado como salía corriendo hacia mí el animal sin cabeza por el pasillo en penumbra que llevaba a la cocina.

Los niños de hoy están acostumbrados a las escenas de horror de la TV, el cine y los videojuegos, pero que un ser vivo sin cabeza, sangrando por el pescuezo seccionado, se te acerque dando saltos era demasiado para un infante de los tempranos años cincuenta del siglo pasado.

Por lo cual no tuvo nada de extraño que hace ya mucho, en una marisquería de Galicia, al observar a un pinche de cocina que sacaba un bogavante vivo del acuario para llevárselo hacia el perolo en ebullición, de sopetón le preguntase si no sentía remordimientos cada vez que ejecutaba a los crustáceos de una forma tan cruel. No debía yo ser el primero que le planteaba este interrogante moral, pues, también sin pensárselo, me replicó poniendo ante mi el animal con sus espectaculares tenazas embridadas (como un criminal esposado) y diciendo: “No señor, yo sólo ejecuto a un asesino del fondo de los mares que ha devorado a muchos pececillos inofensivos, cocerlo vivo no me quita el sueño”.

Langosta de mar

Langosta norteamericana (en España bogavante)

A pesar de esta explicación, no puedo olvidar los ojillos cegatones del bogavante y sigo pensando que si tuviese el oficio de hervidor de crustáceos vivos, al acabar la jornada de trabajo no conseguiría dormir tranquilo.

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Rebeldías

En todo caso, les pido comprensión, pues voy a intentar esclarecer con algunos ripios una especie de visiones, que no sé si a ustedes se les presentarán o son sólo los efectos de mis traumas infantiles que se habrían agravado con la edad.

En cualquier caso no se tomen a la ligera mis advertencias

Despierten almas dormidas

estén alerta y aprendan

cosas que no han de hacerse

y si se hacen adviertan

qué podría sucederles.

Ira de hortaliza. Foto R.Puig

Ira de hortaliza. Foto R.Puig

Un pimiento es un pimiento

hasta que se le acuchilla,

y a sus barbas se ofende

despertando en consecuencia

su agresividad latente.

El pimiento colérico. Foto R.Puig

El pimiento colérico. Foto R.Puig

En el alma de los huevos

pollos frustrados se esconden

así que si los freímos

arrojando chiribitas

los dedos quizá nos quemen.

 

Ova furiosa. Foto R.Puig

Ova furiosa. Foto R.Puig

Hemos de tener presente

que por las cocinas

vagan espíritus durmientes,

puede que a quien les maltrate

su colera persiga siempre.

Ova furiosa. Foto R.Puig

Ova furiosa. Foto R.Puig

Pimientos, calabacines,

repollos, huevos y habas,

puerros, ajos y tomates,

cebollas y calabazas

un respeto se merecen.

El orgullo de la huerta. Foto R.Puig

El orgullo de la huerta. Foto R.Puig

Humildes frutas, hortalizas

y las modestas legumbres

de honor un rescoldo encierran,

 que con arte se les trate

ya nos lo enseñó Arcimboldo.

Arcimboldo. El otoño. 1573

Arcimboldo. El otoño. 1573

No hay queso ni salchichón

que no tenga corazón,

ni ostras que no palpiten,

ni huevos sin condición,

como ya mostró Colón.

Colón y el huevo. Orquesta Mondragón

Colón y el huevo. Orquesta Mondragón 1992

Nos prescribía Gautama,

que antes de hervir una gamba

con reverente humildad

su permiso le pidamos

para preservar su karma.

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Hervidas sin permiso. Foto R.Puig

¡Hervidas sin permiso! Foto R.Puig

Como Plotino enseñaba,

los granos de la granada

sueñan la unidad perdida

y que al fin de su pesadilla

espera su forma divina.

La granada en la rama. Foto R.Puig

La granada en su rama. Foto R.Puig

***********

Y si no ha sido suficiente para aclararnos, recordaremos lo que escribía Georges Poulet analizando el neoplatonismo en la obra de Marcel Raymond. Aquel influyente crítico literario rechazaba la dualidad sujeto-objeto, al poner de relieve en sus estudios de poetas modernos que somos nosotros quienes prestamos a las cosas la consciencia que no tienen, que es en nosotros donde las cosas se piensan a sí mismas, se sienten, se perciben y hasta se emocionan en

…una especie de universo interior donde el pensamiento no sería diferente de sus objetos, donde ser consciente de alguna cosa sería ver como adquiere su forma en el espíritu, como si se soñase a sí misma.

(La conscience critique, Paris, José Corti, 1971, p. 128)

Bueno, pues lo dicho, eso puede referirse tanto a la fusión del espíritu del crítico literario (el sujeto) con la poesía de Baudelaire (el objeto), como a los pimientos (los objetos) que se piensan en nuestra conciencia (de sujetos) cuando los cortamos en rodajas. Parafraseando a Santa Teresa podríamos decir que entre los pucheros también aletea el soplo de la conciencia.

Prueben y vean que, concentrándose un poco, percibirán lo que sienten los ajos cuando los añaden al sofrito.

¡Que aproveche!

Dibujos reunidos (XIII). Las “academias” en trío, o de la paciencia y equilibrios de unos modelos sin nombre (y II)

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Saiz de Ureña, Bartolomé. 1754

Saiz de Ureña, Bartolomé. 1754

Habíamos terminado la crónica del 7 de enero anunciando que seguiríamos hablando del oficio de modelo de academia, en concreto sobre otra forma de mantenerse inmóvil en la pose, que, salvo desconocimiento de mi parte, ha caído en desuso, pero que se consideraba importante, pues el artista debía estar preparado para la composición de escenas (sobre todo históricas, bíblicas y mitológicas) de grupo. Se trata del posado en trío, que además hace más difícil la tarea del dibujante.

Los dibujos, como en la crónica anterior son de la Colección de dibujos antiguos de la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de Madrid, salvo dos de la colección del Museo del Prado.

Olvidé señalar que en la tradición de las academias de Bellas Artes, el ejercicio de academia significa dibujar el modelo real desnudo. Se consideraba que sin saber dibujar  “una academia” anatomicamente fiel, las figuras que pintase el artista, incluso las vestidas, no alcanzarían la verosimilitud necesaria. Es decir, que si no sabía dibujar el cuerpo humano en su desnudez, ni siquiera con ropajes haría creíble la  escena.

Un buen ejemplo de ello son los cuadros de uno de los principales maestros de la pintura neo-clásica francesa,  Jacques-Louis David (1748 – 1825), a quien le costó varios intentos (y probablemente muchas “academias”) conseguir una beca para ir a estudiar a la Academia Francesa de Roma, donde consiguió quedarse cinco años.

Jacques-Louis David. La muerte de Socrates. 1787

Jacques-Louis David. La muerte de Socrates. 1787. Metropolitan Museum, N.Y.

Cuando le pidieron en París un cuadro sobre Horacio defendido por su padre dijo que sólo en Roma podría pintar romanos, y allá que le mandaron con gastos pagados.

El juramento de los Horacios, Jacques-Louis David.1784

El juramento de los Horacios, Jacques-Louis David.1784. Louvre

Creo que es cierto que los protagonistas de estas escenas, sus gestos, posturas, proporciones y perspectiva, no hubieran sido posibles sin la maestría que el pintor adquirió durante largas horas de ejercicio del dibujo ante modelos desnudos y muchas horas de clase de Anatomía Artística, asignatura que, aunque se conserva la copia de estatua, ha desaparecido de casi todas las facultades de Bellas Artes en España, por lo que en el arte que impera, el llamado presuntuosamente “conceptual”, sobre todo en la escultura, prolifera una especie de homínidos y maniquíes.

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Por aquellos años, nuestro siguiente dibujante, Francisco José Alcántara (1753 – 1801) hubiera podido cruzarse en los museos de la ciudad eterna con el francés, si no hubiera estado enseñando dibujo en Oviedo.

Francisco José Alcántara 1767

Francisco José Alcántara, 1767

Por la corona de espinas y la caña, se puede ver que su academia de tres modelos es un ejercicio de posturas (al carboncillo con toques de albayalde) para un posible proyecto de Ecce Homo.

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Mayor relevancia adquirió Agustín Esteve Marqués (1753 -1820), quien llegó a ser colaborador de Goya

Agustín Esteve Marqués 1771

Agustín Esteve Marqués, 1771

En esta academia, los tres modelos se ayudan de una vara para mantener su inmovilidad y su equilibrio durante la sesión de posado. Al que está sentado y al que apoya la rodilla en tierra les han aligerado el trabajo con un cojín. No falta un bloque de piedra para asegurar la postura de dos de ellos. El pintor, cuyo estilo debe mucho al de Goya, se convirtió en uno de los retratistas favoritos en tiempos de Carlos IV.  Para este trío de la duquesa de Osuna no parece que le haya hecho falta lo aprendido con el dibujo de desnudos.

La Duquesa de Osuna. Agustín Esteve. Museo del Prado

La Duquesa de Osuna como miembro de la Orden de Damas Nobles. Agustín Esteve. Museo del Prado

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En el ejercicio de José Sánchez Villamandos el trío de modelos nos se ha servido de apoyos artificiales, sino que se han organizado para sujetarse unos a otros, la verdad que en un equilibrio mucho más incómodo que el que hemos visto antes.

José Sánchez Villamandos 1769

José Sánchez Villamandos, 1769

Este dibujo es anterior en sólo dos años al precedente. Todo haría pensar que los modelos eran los mismos. Puede que hasta el cojín con apariencia de piedra también lo sea. Desde luego se trata de un trabajo en el que hay que llevarse muy bien con el compañero de posturas, esperando que antes de posar todos se hayan lavado, pues en una tal proximidad el mal olor no favorecería la cooperación a tres.

El artista de este dibujo fue más tarde el autor de los frescos de la cúpula de la capilla del Cristo en la iglesia de San Ginés en Madrid, un lugar en el que está acompañado, entre otros por un cuadro del mismísimo Doménikos Theotokópoulos

Detalle de los frescos de Sánchez Villamandos en la iglesia de San Ginés

Detalle de los frescos de Sánchez Villamandos en la iglesia de San Ginés

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Sobre el ejercicios de dibujo de desnudos, Pierre-Henri de Valenciennes publicó en 1801 lo siguiente:

Para poder dibujar la figura, hay que saber de Anatomía, sin la cual a un dibujante le ocurrirá como a un copista que transcribe una lengua que no comprende, o a un traductor que quiere tratar, en su lengua, una materia que ignora.

El modelo no puede aguantar largo tiempo en su sitio; y si el Pintor no guarda en su cabeza los principios de la Anatomía; si no conoce las distintas partes del cuerpo humano, lejos de que su modelo le pueda servir, no hará sino apartarse de la realidad; de manera que una parte determinada que tendría que aparecer pronunciada, se hace blanda y cóncava, y lo que debería tener espíritu y vida parece frío y adormilado.

Para guardar bien en la imaginación el número, el juego, la posición, y conocer el efecto de los músculos, conviene de vez en cuando comparar el cadaver con la Naturaleza viviente y con las bellas estatuas griegas. Los Griegos son quienes más estudiaron esta parte del arte; y si lo han conseguido perfectamente, es porque tenían ante sus ojos las formas más hermosas del cuerpo humano.  Es cierto que los músculos que más actúan son los que tienen más relieve y más se perciben, tales son los de las piernas en los bailarines y los de los brazos en los luchadores y remeros; pero la juventud griega, que practicaba de continuo ejercicios de gimnasia y mantenía en acción todo el cuerpo por igual, seguramente ofrecía modelos mucho más perfectos que todos los que se pueden encontrar hoy en día.

Pierre-Henri de Valenciennes (1750-1819), Réflexions et conseils à un Élève sur la Peinture et particulièrement sur le genre du Paysage, La Rochelle, Rumeur des Ages, 2005, 146 pages (De l’Anatomie, pp. 24 – 25)

(la traducción es mía)

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De finales de mismo siglo son los dibujos de Castor Gonzàlez Velázquez (1768 – 1822) y de Bartolomé Montalbo (1769 – 1846), ambos con obra en el Museo del Prado.

Castor Gonzàlez Velázquez 1790

Castor Gonzàlez Velázquez, 1790

Bartolomé Montalbo 1792

Bartolomé Montalbo, 1792

El primero fue también un afamado miniaturista y el segundo se especializó en bodegones de caza y paisajes y fue pintor de cámara de Fernando VII, pero antes  tuvieron que dedicar muchas horas al dibujo de academia al natural.

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De Ángel Bueno (Silos, 1758) que fue un alumno premiado de la Academia de San Fernando, aparte del dibujo de la colección que aquí examinamos. realizado en diciembre de 1783 (¿la muerte de Adonis pero sin Afrodita?)

Angel Bueno, 1758

Ángel Bueno, 1783

y de otros dos tríos en la colección del Museo del Prado no se conserva nada.

De ellos uno es anterior, también de 1783, pero en febrero y probablemente con los mismos modelos

Angel Bueno, 1783. Colección del Museo Nacional del Prado

Ángel Bueno, 1783. Colección del Museo Nacional del Prado

En este se comprueba que las posturas suelen ser la mímesis de otras del arte grecorromano o de la pintura clásica, en este caso el modelo en el suelo imitaría la escultura helenística el Gálata moribundo (220-230 a.C.), que se exhibe en copia de mármol romana en los Museos Capitolinos de Roma bajo la denominación de el Galo moribundo. El compañero a la derecha adopta la postura y la mano en la espalda del Hércules Farnesio  del Museo Nacional de Nápoles.

Galo moribundo. Museos Capitolinos. Foto R.Puig

Galo moribundo. Museos Capitolinos. Foto R.Puig

Cinco años antes había realizado el dibujo de otro trío

Angel Bueno, 1778. Colección del Museo Nacional del Prado

Ángel Bueno, 1778. Colección del Museo Nacional del Prado

Según se indica en su ficha en el Museo del Prado, participó en varias ocasiones entre 1778 y 1787 en los concursos de la Academia, pero no parece haber dejado registro ni como pintor ni como escultor en la historia del arte en España.

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No es posible traer aquí todos los dibujos de tríos de la colección que ha motivado estas crónicas y que muestra que durante la segunda mitad del siglo XVIII en la Academia de Bellas Artes de San Fernando se hizo habitual el ejercicio de academia con tres modelos desnudos. Las composiciones eran más o menos artificiales y estaban destinadas a desarrollar la virtuosidad del artista en la pintura del cuerpo masculino y en arte de la composición de grupos.

Acabaré con dos escenas, donde esa composición adquiere cierta teatralidad, con un cuerpo yacente en trance de ser socorrido. El primero, acabado en la víspera de Navidad de 1789 (en julio había sido tomada la Bastilla en París), podría ser un ensayo para un tema clásico, por ejemplo un descendimiento o la deposición de Cristo muerto.

Juan Alonso 1789

Juan Alonso 1789

Es obra de Juan Alonso del Canto (1768 – 1839), un asturiano que se matriculó en la Academia de San Fernando con tan solo trece años.

El otro -¿dos supuestos guerreros que ayudan a un compañero caído? ¿un descendimiento de la cruz?- fue dibujado cinco años antes por Juan Gualberto Escribano, de quien sólo he encontrado un rastro de su carrera artística, mencionado como copista (asesorado por Maella) de un San Francisco Javier  de Goya, para la capilla del cementerio del Hospital General de Madrid por encargo de Sabatini en 1781.

Juan Gualberto Escribano 1784

Juan Gualberto Escribano 1784

Ello querría decir que ya desde sus tiempos de alumno de la Academia se movía en el círculo de Mariano Salvador Maella y era un copista apreciado. Y nada más que yo sepa se recuerda de él.

Finalmente, otro posible esbozo de la escena de un descendimiento o una deposición en el sepulcro, obra de un Antonio Rodríguez (1765 – 1826) que pudo ser el hijo del conserje de la Academia de San Carlos de Valencia, que tras estudiar en la de San Fernando en Madrid, llegó a ser profesor y miembro destacado de la misma.

El Museo del Prado conserva numerosas ilustraciones suyas.

Antonio Rodríguez, 1765

Antonio Rodríguez, 1788

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En cuanto a los nombres de estos trabajadores precarios y anónimos, puede que en un archivo perdido aparezca alguno en las páginas de una contabilidad carcomida y polvorienta.

En la crónica anterior mencionaba que hoy en día en Italia, para ser modelo de academia hay que presentar una solicitud en respuesta a un concurso público anual. Me pregunto cómo se hacía en los siglos XVIII y XIX en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. ¿Se publicaba un bando? ¿Se les buscaba entre los mozos que descargaban fardos en el el mercado central? ¿Tenían que superar un casting ?

Fuese como fuese, he pensado que, en memoria de su paciente colaboración a la Historia del Arte, valía la pena recoger el detalle del rostro de algunos de ellos en esta página, tal como los selectos estudiantes que dibujaron las academias los interpretaron, mientras ellos se mantenían inmóviles y en equilibrio

Rostro 1

Rostro 3Rostro 11Rostro 10.JPGRostro 9Rostro 12Rostro 14Rostro 18Rostro 23Rostro 24.JPG
Rostro 26.JPGRostro 16Rostro 21.JPGRostro 30Rostro 28Rostro 25Rostro 27Rostro 15
Rostro 6

Rostro 2.JPG

Hacer imposible el olvido

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Alas del invierno. Foto R.Puig

Alas del invierno. Foto R.Puig

Ayer fue el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, contra el olvido de los millones de ciudadanos de Europa asesinados de forma planificada en el mayor genocidio de la historia moderna, organizado sistemáticamente por un Estado, usando todos los mecanismos del poder, arropado por una población civilizada y culta guiada por líderes asesinos, con el objetivo de exterminar a millones de hombres, mujeres y niños de toda edad y condición, a causa de su herencia o religión judía, y a otros centenares de miles (gitanos, homosexuales, personas con discapacidad) juzgados como escoria y estorbo para el puro predominio de la raza aria. El odio antisemita tiene una larga historia, pero su maridaje con el racismo moderno y las pseudo-ciencias de la biología racial y la eugenesia condujeron al más espantoso genocidio de la historia de la civilización occidental. Cuando se piensa se corta el aliento.

La lista de Eichmann estimaba que en Europa había 11.000.000 de judíos a abatir. El cálculo incluía a Turquía donde el Imperio Otomano había ya inaugurado el siglo con el genocidio armenio, bajo la mirada del aliado alemán. A acabar con todos ellos aspiraban los eficientes burócratas del nazismo que se reunieron bajo la égida de Reinhard Heydrich en enero de 1942 en la Conferencia de Wannsee para coordinar y “optimizar” las operaciones del genocidio que ya estaba en marcha.

Lista de judios europeos según Eichmann. Wikipedia

Lista de judios europeos según Eichmann. Wikipedia

Como escribió Victor Klemperer:

Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico. Se ingieren casi sin sentirlo, primero no se siente efecto alguno, pero pasado un tiempo el veneno actúa

Quiero dar testimonio hasta el final (Diarios)

No hay que olvidar que las palabras del odio acaban generando actos de odio y que se siguen infravalorando y explicando con muy distintos pretextos. Y así progresivamente se refuerza y crece el antisemitismo, los odios de carácter étnico o religioso se extienden y nuestras sociedades sustituyen la razón por el instinto irracional contra el otro.

En Suecia (que también figuraba en la lista de Eichmann), país abierto más que ningún otro en Europa a la acogida de refugiados, asistimos desde hace algunos años a un aumento de las manifestaciones y actos de odio antisemita.

Sinagoga de Gotemburgo. Finales del s.XIX. Foto R.Puig

Sinagoga de Gotemburgo. Finales del s.XIX. Foto R.Puig

Además de otras agresiones en las principales ciudades del país, como las que ha sufrido la cada vez más reducida comunidad judía de Malmö, la sinagoga de Gotemburgo fue atacada hace poco con cócteles Molotov, lanzados al interior del recinto cuando tenía lugar un encuentro juvenil.

Muy cerca se encuentra el memorial del Holocausto 

Memorial del Holocausto. Gotemburgo. Foto R.Puig

Memorial del Holocausto. Gotemburgo. Foto R.Puig

al pie del cual un raíl de tren simboliza el transporte de millones de víctimas en vagones de ganado y una serie de zapatos infantiles recuerda a los niños sacrificados en las cámaras de gas por los fanáticos de la raza, en matanzas ejecutadas por funcionarios “normales” de un estado europeo

Los zapatos de los niños. Foto R.Puig

Los zapatos de los niños. Foto R.Puig

En las verjas de la sinagoga, tras el atentado, una mano anónima ha pegado un corazón de papel sobre el que se lee

El amor derrota al odio. Foto R.Puig

El amor derrota al odio. Foto R.Puig

¡El amor derrota al odio! ¡Ningún sitio para el antisemitismo en nuestro corazón y en nuestro mundo!

Un deseo que compartimos muchos en esta ciudad, aunque desgraciadamente no todos.

Para que no retorne lo que parecía inimaginable, por la memoria de los asesinados y de los sobrevivientes y para que no haya otros, hay que hacer imposible el olvido.

El abuelo explica. Foto R.Puig

Un abuelo explica algo a su nieta. Foto R. Puig

Para que en la civilización no anide y se reproduzca la barbarie, contra las palabras del odio hay que alzar las palabras de la memoria y transmitirlas de generación en generación.

 

 

En obras

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En obras. Foto R.Puig

En obras. Foto R.Puig

Han sido días de cine y de lentitud, la entrada que he estado preparando se resiste. No en vano es inevitable dejarse llevar  de una pantalla a otra de las que pueblan Gotemburgo en estos días, con cientos de películas venidas de los cuatro puntos cardinales. Y aunque este año sean menos las proyecciones a las que asisto, de hecho lo que intentaba acabar para hoy se retrasa.

Que empiece ya. Festival de Cine de Gotemburgo 2018. Foto R.Puig

¡Que empiece ya! Festival de Cine de Gotemburgo 2018. Foto R.Puig

De este Festival de Cine de Gotemburgo que acaba mañana, de la muestra de once films que he visto pienso que pocos llegarán a las pantallas comerciales. En cualquier caso, si tienen ocasión, vayan a ver “Mary Shelley” de la directora saudí Haifaa Al-Mansour.

Mary Shelley junto a la tumba de su madre.

Mary Shelley junto a la tumba de su madre. Fuente: imdb.com

Ilustra la dura lucha de una mujer joven, Mary Shelley (1797 – 1851) por ver reconocida su obra literaria “Frankenstein, o el moderno Prometeo” y emerger de la sombra de Percy Bysshe Shelley (1792 – 1822), el fulgurante poeta, tan aclamado como denostado en la Inglaterra de principios del siglo XIX.

Aunque este film de aire goticista no ha tenido mucho éxito entre los críticos de Cine, el invierno en Gotemburgo parece que pide este género de historias. El Festival está cuajado de películas, y sobre todo de documentales, que nos enfrentan muy directamente a candentes realidades del mundo en que vivimos, pero las de aquella Inglaterra de la revolución industrial naciente no eran menos despiadadas.

El poeta en la colina. Foto R.Puig

El poeta en la colina. Foto R.Puig

Entre paseos y películas, mi entrada prevista para hoy sigue en obras, así que he recuperado el inicio de un modesto poema que escribí cuando yo tenía aproximadamente la misma edad de Percy Bysshe Shelley, por los años en que el poeta conoció a Mary Godwin, que fue luego su esposa, hija de la escritora inglesa Mary Wollstonecraft, pionera del feminismo moderno (*)  y del político y filósofo británico William Godwin

Morir en la montaña

un día de setiembre.

Vestir por sepultura

una grieta en el hielo,

orientada su puerta

de par en par al cielo.

Sentir cada mañana

sobre el rostro dormido

el derretir del tiempo.

Y en el silencio virgen

de los atardeceres

que me vele incansable

un rojo firmamento.

Y los días y meses

cubiertos por la niebla

serán el seno y leche

que bebe el niño muerto.

Y el glaciar que camina

será madre incansable

que mecerá mi cuna

en una larga ruta

privada de regreso.

(….)

Gallarate (Varese) 23 de octubre de 1968

Este poema alpestre continúa durante cuatro página más. Era la edad de los ánimos románticos, por entonces acababa de pasar el verano subiendo cumbres en los Alpes italianos y estudiaba yo a trescientos kilómetros de aquellas playas toscanas frente a las cuales el autor de Adonais murió ahogado. Así se truncaron sus planes de instalarse en Italia. Sus cenizas reposan en el cementerio acatólico de RomaMary Shelley sobrevivió a su esposo durante casi treinta años.


(*) Mary Wollstonecraft (1759 – 1797) escribió la histórica Vindicación de los derechos de la mujer (1792). (Texto original pinchando aquí: A Vindication of the Rights of Woman: with Strictures on Political and Moral Subjects ). Murió poco después de dar a luz a su hija Mary. Su viudo escribió en memoria de su mujer la obra Memoirs of the Author of A Vindication of the Rights of Woman : En memoria de la autora de Una vindicación de los derechos de la mujer. El texto original inglés puede obtenerse aquí.

El carácter y la obra de Mary Shelley se entienden mejor teniendo en cuenta que, educada por su padre en la veneración de la vida y obra de su madre y con toda la biblioteca paterna a su disposición, pudo desarrollar una imaginación, una cultura crítica y una voluntad libres, algo que a las niñas y adolescentes de su época les era regularmente negado.

 

 

 

 

Una adivinanza

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El mundo del fuego. óleo sobre lienzo. Ramón Puig 2014

 

¿Qué pueblo no ha sido alguna vez expulsado o no ha expulsado a alguien de su territorio? ¿Cuántas veces se ha emigrado de un sitio a otro? ¿Cuántas veces se han desplazado de aquí para allá los imperios por el azar o los tratados? ¡Que los paduanos reclamen hoy el suelo troyano ya que Antenor en otro tiempo fue troyano! ¡Que los romanos reclamen África y España, pues alguna vez fueron romanas (*)

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Erasmo de Rotterdam,  en “Dulce bellum inexpertis” (Adagio IV i 1 ).   Adagios del poder y de la guerra y Teoría del Adagio (Traducción y edición de Ramón Puig de la Bellacasa, Madrid, Alianza Editorial, 2008, pp. 237-238)

Denominaciones de origen

Trabajé dos años en Salamanca, de eso hace ya 43 años. Recuerdo que en mis desplazamientos estuve varias veces en Fuentesaúco, en la vecina provincia de Zamora, en donde los garbanzos son motivo de orgullo. Claro que también Pedrosillo en la comarca de la Armuña salmantina compite con los suyos. Según de donde seas es normal proclamar que los de tu pueblo son los mejores.  Lo mismo ocurre con vinos, quesos, embutidos y un largo etcétera. También es humano estimar que la lengua que hablas es la más hermosa de todas y que como tus fiestas de Carnaval no hay otras en el mundo, o que somos los más industriosos y los más prósperos. La lista de méritos que podemos agregarle a lo nuestro es larguísima. También se puede comprender que la derrota de Napoleón en Waterloo se escenifiqué de vez en cuando o que las guerras de hace siglos entre españoles y árabes sean hoy motivo de folclore. De costumbres, tradiciones y fiestas hay mucho escrito y en la península ibérica tenemos una infinidad de manifestaciones de rebeldía festiva (**).

Lo malo es cuando creemos que nuestro pedigree (véase raza) es superior al de otros, y sentimos que somos tan especiales que eso nos da derecho a orillar a personas, comunidades y colectivos completos, en nombre de nuestra mejor patria y nuestra más excelsa historia. Son esos autos de fe que encienden periódicamente los pueblos y de lo que sabemos demasiado en Europa y en España. Cuando los movimientos, facciones o partidos empiezan a considerar que sus intereses encarnan los de toda una nación, con exclusión de otros conciudadanos que no comparten su proyecto, entonces -¡ay!- las denominaciones de origen ya no son inofensivas como las que se refieren a un queso,  una cultura o una lengua, pues se suelen basar en el resentimiento por ofensas y agravios del pasado que -proclamamos- sufrieron injustamente nuestros ancestros y que los otros, los mastuerzos de al lado que nos oprimen nos siguen infligiendo.

Si han viajado un poco por Europa, habrán visto, por poner algunos ejemplos, que, sin complejos, los franceses dicen Francia, los suecos Suecia, los daneses Dinamarca, los alemanes Alemania, los portugueses Portugal, y no usan el subterfugio de decir este país para hablar de su propia nación. Entre nosotros hace ya unas décadas se ha comenzado a usar esa expresión, como una forma vergonzante de no decir simplemente España. Bueno, ya puestos, en alguno de las regiones o comunidades autónomas de España hay a quienes pronunciar esa palabra parece producir arcadas, es más, han decidido que hasta el adjetivo correspondiente, español, indica una categoría inferior a la suya propia, una denominación de origen a la que se prefiere la de españolista, a la que en política se trata de pintar como fascista o franquista.

Pareciera que el hecho de que el régimen de Franco monopolizó la  idea y la historia común de los españoles en nombre de un proyecto totalitario obligase a decir este país y a evitar lo más posible los términos España o español. En buena ley, aquellos abusos deberían servirnos de acicate para recuperar el sentido democrático y cívico de la palabra España, con todo lo que de positivo recoge de un largo pasado común, que como el de otros pueblos de Europa está hecho de luces y de sombras y que no debe volver a generar los abajos y arribas de unos contra otros, sino para vivir en pie de igualdad, con derechos y obligaciones compartidos. Tenemos mucho para aportar juntos a Europa y al mundo complejo y global que nos toca en suerte, en vez de andar a la greña por interpretaciones y, lo que es peor, invenciones de la historia, genealogías y genéticas diferenciales que no fundan derecho democrático alguno, usadas como armas arrojadizas en nombre de nacionalismos rancios, alumbrados con forceps desde el espesor de los siglos.

Es claro que lo anterior tiene que ver con acontecimientos, recientes y en curso, que nos tienen desvelados en España, aunque la verdad sea que ya ha corrido tanta tinta que no había pensado compartir estas preocupaciones en el blog. Pero me he encontrado con un texto que es interesante por haber sido escrito hace ya mucho por un notable autor europeo, nada sospechoso de conservadurismos rancios, sino todo lo contrario. Es su mirada sobre la historia pasada de los españoles y por la actualidad de la España de su tiempo en el marco de una Europa convulsa.

El extracto que he traducido lo traigo aquí aun a riesgo de alguien lo tache de españolista, si bien este baldón en el siglo en que vivió nuestro escritor no creo que se había inventado. Es el comienzo de un ensayo que se titula… Bueno no, no voy a dar pistas, pues se trata de una

adivinanza

España

Hay un pueblo que a lo largo de mil años ha sido, desde el siglo sexto al dieciséis, el primer pueblo de Europa, igual a Grecia en la epopeya, a Italia en el arte, a Francia en la filosofía; este pueblo ha tenido a un Leónidas llamado Pelayo y a un Aquiles con el nombre de Cid; este pueblo comenzó con Viriato para llegar a Riego; este pueblo ha tenido Lepanto como los Griegos tuvieron Salamina; sin él, Corneille no habría creado su tragedia y Cristóbal Colón no habría descubierto América; este es el pueblo indomable del Fuero Juzgo; casi tan protegido por su relieve geológico como Suiza, pues el Mulhacén es al Mont-Blanc como 18 a 24; y tuvo su asamblea en el bosque, contemporánea del foro de Roma, reunión en los bosques donde el pueblo reinaba dos meses al mes, durante la luna nueva y el plenilunio; tuvo sus cortes en León, sesenta y siete años antes de que los Ingleses tuviesen el parlamento de Londres; tuvo su juramento del Juego de Pelota en Medina del Campo, bajo don Sancho; desde 1133, en las cortes de Borja, el tercer estado tuvo la mayoría, y se vio como una sola ciudad, Zaragoza, enviaba quince diputados a esta asamblea de la nación; desde 1307, bajo Alfonso III, proclamó el derecho y el deber de insurrección; en Aragón instituyó el puesto de un hombre denominado Justicia, superior al del hombre que llamaba Rey: plantando cara al trono con el temible sino no; rehusó el impuesto a Carlos Quinto. Naciendo, este pueblo tuvo en jaque a Carlomagno, y, muriendo, a Napoleón. Este pueblo ha padecido enfermedades y sufrido a canallas, pero en definitiva los monjes no lo han deshonrado más que las pulgas a los leones. Sólo le han faltado a este pueblo dos cosas, saber prescindir del papa y saber prescindir del rey. Por la navegación, por la aventura, por la industria, por el comercio, por sus descubrimientos a escala global, por la creación de itinerarios desconocidos, por la iniciativa, por la colonización universal, ha sido una Inglaterra, sin el aislamiento y con el añadido del sol. Ha tenido capitanes, doctores, poetas, profetas, héroes, sabios. Este pueblo tiene la Alhambra como Atenas tiene el Partenón, y a Cervantes como nosotros tenemos a Voltaire. El alma inmensa de este pueblo ha proyectado tanta luz sobre la tierra que para sofocarla ha hecho falta Torquemada; sobre esa antorcha los papas han posado el apagavelas enorme de su tiara. El papismo y el absolutismo se han coaligado para acabar con esta nación, con lo que toda su luz se la han devuelto hecha llamas y se ha visto a España maniatada en la hoguera. Este quemadero desmesurado ha cubierto el mundo, su humareda ha sido durante tres siglos la nube horrible de la civilización y, cuando el suplicio ha terminado y ha acabado la combustión, se ha podido decir: esta ceniza es el pueblo.

Hoy, de esta ceniza esta nación renace. Lo que es falso del ave fénix es verdadero del pueblo.

Este pueblo renace. ¿Renacerá pequeño? ¿Renacerá grande? Esta es la cuestión.

(…….)

Con un comentario se puede contribuir a la respuesta y también pedir pistas. En todo caso, la respuesta y la continuación la tendremos aquí el domingo que viene…

Mar revuelto en la Almadraba. Foto R.Puig

Mar revuelto (ayer) en la Almadraba. Foto R.Puig

Un día después…  

Como Luisa en su comentario no me ha dado tregua y ha descubierto a Victor Hugo en el texto de su primera “carta a España” (1868), he aquí el extracto en su francés original (el inicio de la carta) y la referencia:

 À L’ESPAGNE

Un peuple a été pendant mille ans, du sixième au seizième siècle, le premier peuple de l’Europe, égal à la Grèce par l’épopée, à l’Italie par l’art, à la France par la philosophie ; ce peuple a eu Léonidas sous le nom de Pélage, et Achille sous le nom de Cid ; ce peuple a commencé par Viriate et a fini par Riego ; il a eu Lépante, comme les grecs ont eu Salamine ; sans lui Corneille n’aurait pas créé la tragédie et Christophe Colomb n’aurait pas découvert l’Amérique ; ce peuple est le peuple indomptable du Fuero-Juzgo ; presque aussi défendu que la Suisse par son relief géologique, car le Mulhacen est au mont Blanc comme 18 est à 24, il a eu son assemblée de la forêt, contemporaine du forum de Rome, meeting des bois où le peuple régnait deux fois par mois, à la nouvelle lune et à la pleine lune ; il a eu les cortès à Léon soixante-dix-sept ans avant que les anglais eussent le parlement à Londres ; il a eu son serment du Jeu de Paume à Médina del Campo, sous Don Sanche ; dès 1133, aux cortès de Borja, il a eu le tiers état prépondérant, et l’on a vu dans l’assemblée de cette nation une seule ville, comme Saragosse, envoyer quinze députés ; dès 1307, sous Alphonse III, il a proclamé le droit et le devoir d’insurrection ; en Aragon il a institué l’homme appelé Justice, supérieur à l’homme appelé Roi ; il a dressé en face du trône le redoutable sino no ; il a refusé l’impôt à Charles-Quint. Naissant, ce peuple a tenu en échec Charlemagne, et, mourant, Napoléon. Ce peuple a eu des maladies et subi des vermines, mais, en somme, n’a pas été plus déshonoré par les moines que les lions par les poux. Il n’a manqué à ce peuple que deux choses, savoir se passer du pape, et savoir se passer du roi. Par la navigation, par l’aventure, par l’industrie, par le commerce, par l’invention appliquée au globe, par la création des itinéraires inconnus, par l’initiative, par la colonisation universelle, il a été une Angleterre, avec l’isolement de moins et le soleil de plus. Il a eu des capitaines, des docteurs, des poëtes, des prophètes, des héros, des sages. Ce peuple a l’Alhambra, comme Athènes a le Parthénon, et a Cervantes, comme nous avons Voltaire. L’âme immense de ce peuple a jeté sur la terre tant de lumière que pour l’étouffer il a fallu Torquemada ; sur ce flambeau, les papes ont posé la tiare, éteignoir énorme. Le papisme et l’absolutisme se sont ligués pour venir à bout de cette nation. Puis toute sa lumière, ils la lui ont rendue en flamme, et l’on a vu l’Espagne liée au bûcher. Ce quemadero démesuré a couvert le monde, sa fumée a été pendant trois siècles le nuage hideux de la civilisation, et, le supplice fini, le brûlement achevé, on a pu dire : Cette cendre, c’est ce peuple.

Aujourd’hui, de cette cendre cette nation renaît. Ce qui est faux du phénix est vrai du peuple.

Ce peuple renaît. Renaîtra-t-il petit ? Renaîtra-t-il grand ? Telle est la question.

(…)

Hauteville-House, 22 octobre 1868

En Victor Hugo I (prose). Textes choisis par George Cattaui et Paul Zumthor, EGLOFF, Librarie de l’Université de Fribourg (Suiza), 1944, pp. 117-118

La carta es más larga, este es el extracto de la antología aquí citada. El texto completo, seguido de la segunda carta, lo publicó su autor en 1875 en Actes et Paroles pendant l’exil (son escritos de su larga época de exiliado entre 1851 y 1870) en una época en la que albergaba la enorme esperanza de que una España republicana pudiera ser decisiva no sólo para la prosperidad de los españoles sino para la paz y la democracia europeas…

Las evolución y las circunstancias de la vida de Victor Hugo (1802-1885) se pueden consultar en el largo artículo que le dedica la Wikipedia. Su vinculación y su afecto a España tienen que ver con sus años de infancia pasados en España. Su padre, Joseph Léopold Sigisbert Hugo, fue general de los ejércitos napoleónicos y estuvo destacado como gobernador en Ávila, Segovia, Soria y Guadalajara durante el reinado de José Bonaparte (1808 – 1813).


Notas.

(*)  Antenor: Sabio troyano que aconsejó la negociación en el conflic­to de Troya y la solución del problema mediante un duelo entre Paris y Menelao, quienes con su disputa a propósito de Helena habían ocasionado la guerra. Se le consideraba el fundador de Padua.

(**)  Rebeldía festiva. El término lo he tomado de Demetrio Enrique Brisset, La rebeldía festiva. Historia de fiestas ibéricas, prólogo de Agustín García Calvo, Editorial Lúces de gálibo, Gerona 2009, 483 páginas. Se trata de un magnífico recorrido antropológico, riguroso y a la vez entretenido, que nos descubre la enorme variedad de las fiestas de las culturas hispanas, inseparables de la identidad social de nuestros pueblos y comunidades.

 

“De senectutis incommodis”. Erasmo y las incomodidades de la vejez (final). Breverías erasmianas (XXXIV)

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Ocaso. Foto R.Puig

Ocaso. Foto R.Puig

Cuando tras cerca de veinte años de trabajo esforzado, incluidos los de estudiante de vida precaria en París, Erasmo de Rotterdam vuelve de una segunda estancia en Inglaterra su fama se está extendiendo en los ambientes del humanismo. Además ha sido dispensado de sus votos monásticos y, como ya explicábamos el pasado 5 de noviembre, está camino de Italia a punto de cumplir cuarenta años.

Puede que fuese el cansancio del viaje o la contemplación de los paisajes que atraviesa a lomo de mulo por los caminos alpinos entre Francia e Italia o ambas cosas a la vez. El caso es que se siente ya viejo y reflexiona sobre su vida pasada encontrando -¡qué nivel de exigencia!- que ha malgastado el tiempo en afanes y vanaglorias, y lo expresa en los versos de su carmen alpestre, del que hoy ofrezco los últimos extractos que he seleccionado.

Hay quien ha dicho que Erasmo no expresa en este poema unos sentimientos totalmente espontáneos, sino que más bien hace un ejercicio poético sobre la fugacidad de la vida y lo que llama “las incomodidades de la vejez”, siguiendo así la tradición de la filosofía estoica, tan imitada y comentada por los autores del renacimiento humanista. A mi modo de ver, el que el tema haya sido consagrado por Cicerón o Séneca, entre otros, y que nuestro humanista siga esa tradición estoica y sus pautas retóricas al escribir un poema sobre la vejez, no contradice, a pesar de su forma retórica, la sinceridad de su examen retrospectivo, en ese momento en que siente que se hace viejo.

El retrato de Quentin Metsys es el más cercano a las fechas de este poema, que antecede en diez años a la conclusión del retrato por el pintor flamenco, cuando, ya en 1517, Erasmo demostraba haber superado aquella crisis, pues había investigado y publicado intensamente en Italia y viajado tres veces más a Inglaterra, publicaba al ritmo de cerca de una obra al año y se escribía con intelectuales y gobernantes de toda Europa.

Erasmo de Rotterdam en 1517 por Quentin Metsys. Palacio Barberini. Roma
Erasmo de Rotterdam en 1517 por Quentin Metsys. Palacio Barberini. Roma

Pero volvamos al poema…

pigrum obrepsit senium

(indolente irrumpió la vejez)

Tenerae o viror iuventae,

O dulces anni, o Felicia tempora vitae,

Ut clanculum excidistis,

Ut sensum fallente fuga lapsuque volucri

Furtim avolastis, ohe!

¡Oh verdor de tierna juventud!

¡Oh dulces años, oh tiempos felices de la vida!

¡De que modo furtivo os habéis ido!

¡Sin sentirlo y como aves en engañosa fuga

a escondidas volando habéis partido!

(vv. 74 a 78)

(…)

Sic sic effugiunt tacitae vaga somnia noctis

Simula volante somno,

Quae desyderium curas et praeter inaneis

Sui nihil relinquunt.

Sic rosa, quae tenero modo murice tincta rubebat,

Tenui senescit Haustro.

Así, así escapan de la noche silente los sueños vagarosos

volátiles como el mismo sueño.

Pesares angustiosos y además inanes

es todo lo que dejan.

Así la rosa, que enrojecía de tierna púrpura teñida,

se marchita al soplo suave del siroco.

(vv. 83 a 88)

Suave sopla el siroco. Foto R.Puig

Suave sopla el siroco. Foto R. Puig

El poeta constata que, mientras pasa el tiempo viajando por tierra y mar o atraviesa los Alpes deleitándose con la visión de sus cordilleras nevadas, mientras hace buenos amigos (dulceis parare amicos) y alcanza entre los sabios el renombre de hombre docto, de modo subrepticio le alcanza de golpe la indolente vejez (pigrum senium), siente con estupor que sus fuerzas comienzan a declinar y comprende que el tiempo de las fuerzas juveniles ha pasado…

Furtim inter ista pigrum

Obrepsit senium, et súbito segnescere vireis

Mirorque sentioque

Vixque mihi spatium iam defluxisse valentis

Persuadeo iuventae

Furtiva entretanto e indolente

la vejez irrumpió, el súbito declinar del vigor

con estupor he sentido

y que el tiempo de la fuerza juvenil ha transcurrido

a creerlo resisto.

(vv. 110 a 113)

Ocaso. Foto R.Puig

Anochece. Foto R.Puig

.

nec ulla pharmaca

(no valen medicinas)

Non si tibi ipse Chriron

Omneis admoveat quas tellus proserit herbas,

Nec anulus nec ulla

Pharmaca cum nervis annos remorantur euntes.

Ni aunque el mismo Quirón en persona

te aplicase todas las hierbas que la tierra hace crecer,

ningún anillo mágico,

ninguna medicina retendrá los años que con el vigor se van.

(vv. 140 – 143)

Y Erasmo reflexiona sobre lo que considera un desperdicio de sus años jóvenes, dedicado a cultivar las mieles de una fama temprana, durmiéndose en los laureles

Nulla recursuri spes aut successio veris

No queda esperanza alguna de un retorno de la primavera

(v.169)

Tiene cuarenta años y, no sin un énfasis retórico, carga las tintas: se acerca la muerte, el mal supremo y

Incipimus seros sapere et dispendia vitae

Incogitantes actae

Ploramus miseri et consumptos turpiter annos

Horremus, execramus

Tarde comenzamos a ser sabios y esta vida

pasada en la inconsciencia

desgraciados deploramos y los años vergonzosamente consumados

con horror los maldecimos.

(vv. 173 – 176)

Ed è subito sera. Foto R.Puig

Ed è subito sera. Foto R.Puig

“¿Cómo es posible que un bien tan valioso como los años juveniles lo hayamos dejado irse sin provecho?” se sigue preguntando el poeta. ¿Por qué no los hemos hecho fructificar “en vez de malgastarlos a la ligera”?

De modo que…

…satis est dormitum! Pellere somnos

Nunc tempus est, Erasme,

Nunc expergisti et tota resipicere mente.

…¡ya has dormido bastante! De expulsar el sueño

es ya el momento, Erasmo!

¡Despierta de inmediato y vuelve en ti del todo!

(vv. 187 – 189)

La juventud y la vejez no son sólo estados físicos, también son estados de ánimo.  Erasmo reacciona, Sentirse viejo no quiere decir sentarse a esperar la muerte. Hay que retomar las riendas de la propia vida. Inyectarle proyectos a la vida. Como se suele decir hay que “añadir vida a los años”.

Alborea. Foto R.Puig

Alborea. Foto R.Puig

Sus lectores no deben preocuparse, Erasmo está en pie, va a seguir adelante. La crisis de los cuarenta años ha sido superada. El poema se acerca a su fin con enérgicos propósitos…

Velis dehinc equisque

Et pedibus manibusque et totis denique nervis

Nitendum, ut anteacti

Temporis et studio iactura volubilis aevi

Vigilante sarciatur.

A partir de ahora mismo, la vela y la montura

y los pies y las manos con todo el ímpetu

impulsemos, que con empeño el pasado

tiempo y la edad volatil derrochados

vigilantes reparemos.

(vv. 190-194)

.

Las estrofas finales del poema, reiteran que, cuando la vida entra en su fase otoñal, “las borrascas y los hielos” del invierno se aproximan y el cuerpo deviene frágil,  “mientras el espíritu aún conserve su vigor, hay que seguir el mejor camino posible (meliora sequamur), todo el tiempo que los hados quieran dejarme…”

Amanece. Foto R.Puig

Amanece. Foto R.Puig

Al final, como es habitual en su philosophia Christi, Erasmo expresa su deseo de que el tiempo de vida que le quede sea “a Cristo total y únicamente consagrado” (omne Christo dicetur uni). El poema acaba con la siguiente súplica:

Haz realidad mis deseos, autor piadoso de la vida

y de la vida restaurador.

Sin ti los propósitos mortales nunca pueden nada

y las fuerzas frágiles vacilan.

Haec facito ut rata sint, vitae exorabilis autor

Vitaeque restitutor,

Quo sine nil possunt unquam mortalia vota et

Vires labant caducae.

(vv. 243 – 245)

.

Erasmo vivió y trabajó incansablemente durante otros treinta años. Y es significativo que aquel humanista que tantas fronteras cruzó y tanto empeño puso en que los hombres se unan en torno a las pocas cosas esenciales que nos hacen humanos, en un mundo sin fronteras ni ideológicas ni geográficas, dedicase su última obra, De la Iglesia cristiana (un comentario al salmo XIV) a un aduanero renano que le había albergado durante uno de sus viajes.

Fractales. Foto R. Puig

Fractales. Foto R. Puig


Fuente:

Érasme de RotterdamViellir. Pòeme d’Érasme sur la Vieillesse. La Lettre Volée à la Maison d’Érasme, Collection  “Notulae Erasmianae” dirigida por Alexandre Vanautgaerden, Bruselas 2001.

Se trata de una edición crítica del poema en su original latino con versión francesa de Jean-Claude Margolin.

Nota al verso 140:   Quirón: centauro mitológico, dueño de la ciencia de las plantas y hierbas medicinales.


SOLUCIÓN DE LA ADIVINANZA DEL DOMINGO PASADO

À L’ESPAGNE

Un peuple a été pendant mille ans, du sixième au seizième siècle, le premier peuple de l’Europe, égal à la Grèce par l’épopée, à l’Italie par l’art, à la France par la philosophie ; ce peuple a eu Léonidas sous le nom de Pélage, et Achille sous le nom de Cid ; ce peuple a commencé par Viriate et a fini par Riego ; il a eu Lépante, comme les grecs ont eu Salamine ; sans lui Corneille n’aurait pas créé la tragédie et Christophe Colomb n’aurait pas découvert l’Amérique ; ce peuple est le peuple indomptable du Fuero-Juzgo ; presque aussi défendu que la Suisse par son relief géologique, car le Mulhacen est au mont Blanc comme 18 est à 24, il a eu son assemblée de la forêt, contemporaine du forum de Rome, meeting des bois où le peuple régnait deux fois par mois, à la nouvelle lune et à la pleine lune ; il a eu les cortès à Léon soixante-dix-sept ans avant que les anglais eussent le parlement à Londres ; il a eu son serment du Jeu de Paume à Médina del Campo, sous Don Sanche ; dès 1133, aux cortès de Borja, il a eu le tiers état prépondérant, et l’on a vu dans l’assemblée de cette nation une seule ville, comme Saragosse, envoyer quinze députés ; dès 1307, sous Alphonse III, il a proclamé le droit et le devoir d’insurrection ; en Aragon il a institué l’homme appelé Justice, supérieur à l’homme appelé Roi ; il a dressé en face du trône le redoutable sino no ; il a refusé l’impôt à Charles-Quint. Naissant, ce peuple a tenu en échec Charlemagne, et, mourant, Napoléon. Ce peuple a eu des maladies et subi des vermines, mais, en somme, n’a pas été plus déshonoré par les moines que les lions par les poux. Il n’a manqué à ce peuple que deux choses, savoir se passer du pape, et savoir se passer du roi. Par la navigation, par l’aventure, par l’industrie, par le commerce, par l’invention appliquée au globe, par la création des itinéraires inconnus, par l’initiative, par la colonisation universelle, il a été une Angleterre, avec l’isolement de moins et le soleil de plus. Il a eu des capitaines, des docteurs, des poëtes, des prophètes, des héros, des sages. Ce peuple a l’Alhambra, comme Athènes a le Parthénon, et a Cervantes, comme nous avons Voltaire. L’âme immense de ce peuple a jeté sur la terre tant de lumière que pour l’étouffer il a fallu Torquemada ; sur ce flambeau, les papes ont posé la tiare, éteignoir énorme. Le papisme et l’absolutisme se sont ligués pour venir à bout de cette nation. Puis toute sa lumière, ils la lui ont rendue en flamme, et l’on a vu l’Espagne liée au bûcher. Ce quemadero démesuré a couvert le monde, sa fumée a été pendant trois siècles le nuage hideux de la civilisation, et, le supplice fini, le brûlement achevé, on a pu dire : Cette cendre, c’est ce peuple.

Aujourd’hui, de cette cendre cette nation renaît. Ce qui est faux du phénix est vrai du peuple.

Ce peuple renaît. Renaîtra-t-il petit ? Renaîtra-t-il grand ? Telle est la question.

(…)

Hauteville-House, 22 octobre 1868

En Victor Hugo I (prose). Textes choisis par George Cattaui et Paul Zumthor, EGLOFF, Librarie de l’Université de Fribourg (Suiza), 1944, pp. 117-118

La carta es más larga, este es el extracto en la antología citada.

El texto completo, seguido de la segunda carta, lo publicó su autor en 1875 en Actes et Paroles pendant l’exil (son escritos de su larga época de exiliado entre 1851 y 1870) en una época en la que albergaba la enorme esperanza de que una España republicana pudiera ser decisiva no sólo para la prosperidad de los españoles sino para la paz y la democracia europeas…

Las evolución y las circunstancias de la vida de Victor Hugo (1802-1885) se pueden consultar en el largo artículo que le dedica la Wikipedia. Su vinculación y su afecto a España tienen que ver con sus años de infancia pasados en España. Su padre, Joseph Léopold Sigisbert Hugo, fue general de los ejércitos napoleónicos y estuvo destacado como gobernador en Ávila, Segovia, Soria y Guadalajara durante el reinado de José Bonaparte (1808 – 1813).

Nota bene: una lectora de este blog detectó al autor del texto, con su comentario al día siguiente de mi publicación en el blog.

!A Luisa no se le escapa una!

El artilugio del Sr. Marín

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El timbal piano del Sr.Marin, Foto R,Puig

El frío siempre es relativo y en tierras alicantinas el invierno también lo es. De modo que estamos sentados fuera tomando el sol, un plato de pasta y una pizza. Comida italiana en ciudad española. Es mediodía.

Un señor mayor (es decir como nosotros) se acerca y nos dice buonasera. Lleva un vetusto instrumento colgado en bandolera. Pesa en los hombros, pero el hombre lo lleva como si fuera una de esas fajas tricolores que se ponen en Francia los alcaldes para los grandes acontecimientos, con empaque. Suena algo así como una marimba venida a menos, remendada con cintas de tela y cinta aislante. Los palillos para la percusión son unas varillas con la punta revestida del mismo material blanco para sujetar una extremidad de metal.

El Sr.Marín con su timbal-piano. Foto R,Puig

El Sr. Marín con su instrumento. Foto R,Puig

El Sr. Marín es rumano, recorre todos los días la misma ruta por terrazas de bares y restaurantes, tocando un frágil aire musical que nadie reconoce. Por eso saluda cuando llega junto a tu mesa, porque su música es tan suave que necesita hacerse notar. Quizás diga siempre buonasera, o quizás este saludo lo reserve para los restaurantes italianos. O puede que antes de llegar a España haya ejercido en Italia.

Como hemos contribuido a su jornal se detiene un rato y nos obsequia con sus sones, sólo para nuestra mesa. No sé si otros le preguntan algo, o sólo le dan unas monedas y no desean saber cómo se llama. Le digo mi nombre y él me informa del suyo: Marín. Pienso que está ahí junto a nosotros, ciertamente no porque haya dejado su tierra en viaje de placer; menos aún siendo ya viejo, como yo. Pienso que quizá los suyos se lo hayan traído para no dejar al abuelo allá en Rumanía o porque es el que mejor se las ingenia. Los camareros también piensan, dicen que gana más en un día que uno de ellos. Será verdad o será porque va por ahí vestido como un señor, porque sus zapatos están bien lustrados, porque no se presenta como un pordiosero, porque saluda como un caballero venido a menos, porque no suplica.

Pienso que hubiera preferido quedarse en su tierra, envejeciendo y viviendo sus últimos días entre sus cosas, con su gente; pues morir, lo que es morir, a nadie le gusta morirse de asco aunque sea en su país. Así que va por esos mundos de Dios, arrancando una música improbable de ese instrumento que pesa como el cajón de un mueble abandonado. Puesto que se llama Marín, de primeras especulo que a su cajón de cuerdas metálicas artesanales quizás lo llame marimba; el sonido, aunque tímido, recuerda el ritmo y el tono. Pero no, antes de seguir su camino, me lo revela: el Sr. Marín va de bar en bar con lo que llama un timbal piano.

El Sr. Marín continúa su jornada. Foto R,Puig

El Sr. Marín continúa su jornada. Foto R,Puig

Sé lo que es un timbal, sé lo que es un piano y seguro que él también lo sabe, pero nunca he visto un artilugio que quiera ser las dos cosas en una. ¿Lo han visto ustedes? A mí el instrumento del Sr. Marín me hace pensar en un arrumbado invento artesano que se ha traído de un desván de Rumanía para que le sirva para ganarse el pan. Puede que haya improvisado un nombre para que este otro viejo, que tiene la manía de preguntar y que le ha dado unos euros, quede retribuido. Tiene cuerdas, sí, como la caja de un piano, pero ni rastro de timbal.

Cuando vuelvo a casa, enciendo el ordenador y busco, busco… Hay orquestas salseras que combinan pianos y timbales, pero no encuentro ningún timbal piano. A lo mejor nuestro músico callejero me ha tomado el pelo por preguntón.

Pero mis pesquisas dan resultado. Sí, el timbal piano existe y es made in China. Aunque no sea exactamente como el del Sr. Marín…

Timbal piano de Beilexing. China

Timbal piano de Beilexing. China

Me rasco la cabeza y deduzco que el Sr. Marín debe de tener un nieto que toca el timbal piano.


POSTDATA

Una seguidora de esta bitácora, que además es hija mía y me dio la idea de iniciar el blog hace ya años, movida por la habitual curiosidad que caracteriza a nuestra familia me ha puesto en crisis con un descubrimiento. Pues resulta que ha encontrado que este que yo llamo artilugio y el Sr. Marín denomina timbal piano se usa por el mundo bajo el nombre de címbalo. No es como los címbalos que menciona la Biblia o que define la Real Academia Española y, además, hay quien lo considera bielorruso, húngaro, griego, etc.,  a la medida de quien lo toca.

El intérprete que en la Basílica del Pilar de Zaragoza lo hace sonar con maestría viene de Grecia y a su instrumento lo denomina címbalo griego. Se lleva en bandolera, se toca con palillos y tiene todas las características del que le he visto usar al Sr. Marín, aunque flamante como recién salido de la fábrica.

Que yo sepa, este hábil músico no tiene nietos.

Címbalo griego

Lo pueden escuchar y ver pinchando aquí.

Si volviese a encontrarme con el Sr. Marín y pudiera estar en mi mano hacerlo, organizaría una colecta para regalarle uno nuevo. Pero, no sé, no sé, probablemente ya no tendría la misma magia, ni nuestro amable amigo podría aspirar a ganar lo que un camarero.


Nota final: las fotos que he tomado del Sr. Marín, y su publicación en mi blog, lo han sido con su consentimiento


La conseja del olivo triste

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Olivos en andenería. Foto R.Puig

Olivos en andenería. Foto R.Puig

Sobre un huerto de olivos del Levante español sobrevuela y murmura una historia vieja. Hace tiempo, durante uno de mis paseos por esos valles secos, por donde el árbol de la aceituna, atesorando la escasa humedad que esos suelos brindan, lentamente crece, me detuve admirado ante un olivo añejo.

En la corteza de este olivo centenario me parecía ver el rostro doliente de un eccehomo.

El olivo triste. Foto R.Puig

El olivo triste. Foto R.Puig

Inquiriendo por las cercanías del lugar, he llegado a saber de una leyenda oral, tan ambigua e incierta como la piel labrada de esta planta antigua. Será que en los lugares tristes donde ocurren tragedias, en los parajes severos donde suceden crímenes y donde se fija la memoria de ajustes de cuentas y venganzas, no suele faltar algún árbol austero, tan pobre y tan sufrido como sus vecindades.

Erase una vez una guerra española, tan absurda y obstinada como lo son todos los conflictos civiles. Los regios causantes nunca llegaron a batirse entre ellos, pero lo hacían por el pueblo interpuesto. Y, ya se sabe, los pueblos -¡ay!- siempre incuban motivos, inconfesables pasiones, para invocar razones para matarse, tan estultas como las de quitar o poner reyes. Aquellas guerras enfrentaron a carlistas e isabelinos sobre una gran parte de la geografía española. Hay quien aún sueña con vengar los supuestos agravios de aquellas escabechinas sucesorias.

Según la conseja de este olivo triste, por aquellos tiempos de facciones y partidas armadas, cuando el árbol no era tan viejo como ahora, cuando su corteza era más tierna y sensible, a la vera de su aún escasa sombra, hombres sombríos perpetraron un crimen horrible, dejando al huerto huérfano de sus dueños. Desde entonces, se dice, si por ese olivar alguien se aventura y en el silencio de la noche escucha atento, puede que oiga un amargo lamento.

La queja del olivo. Foto R.Puig

La queja del olivo. Foto R.Puig

Dicen que los pájaros e incluso los insectos, año a año, siglo a siglo, labran la piel de los olivos. Si es cierto, si la leyenda no es mera imaginación de viejos lugareños, puede que algunas aves fuesen testigos del horror de aquel día y de generación en generación hayan seguido imitando los ayes de los moribundos, y que en algunas noches aúnen sus chillidos al quejido del árbol.

Esta conseja tendrá o no tendrá fundamento, pero los ancianos evitan que la caída de la tarde les pille cerca de ese huerto de olivos.

La amargura del olivo. Foto R.Puig

.

Para no dejarles en pena

No todos los olivos se lamentan, otros, frente a la adversidad, no pierden la sonrisa…

 

Sonreír con la alegre tristeza del olivo.

Esperar. No cansarse de esperar la alegría.

Sonriamos. Doremos la luz de cada día

en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.

.

Me siento cada día más libre y más cautivo

en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.

Cruzan las tempestades sobre tu boca fría

como sobre la mía que aún es un soplo estivo.

.

Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece

como un abismo trémulo, pero valiente en alas.

Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.

.

Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.

Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.

Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.

.

Miguel Hernández

Del frío y del hielo

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Eflheim. Ramón Puig 2014

Eflheim, el mundo del hielo. Acrílico y óleo sobre lienzo. Ramón Puig 2014

En memoria de Filippo Clerici (22 julio 1935 – 9 abril 2008)

En las mitologías germánicas hay dos mundos que no son aptos para la vida del ser humano: el helado y el ardiente. Nos queda uno que es el que habitamos. Nuestra capacidad de adaptación contradice el mito en cuanto a los territorios helados se refiere, pero vivir en las lavas fundentes eso no lo hemos conseguido. Me podrán decir que la omnipotente venganza divina puede mantenernos en ellas para toda la eternidad y que arder sin consumirse es parte de la oferta de las mitologías judeocristianas e islámicas. La imaginación punitiva de las divinidades nórdicas no da para tanto, aunque el inframundo ese sí que, con sus variantes, está bien representado en el inconsciente colectivo de todas las culturas.

Todo esto ¿a santo de qué?

Lo saben sin duda, hemos pasado por muchos días de frío, al menos en estas latitudes del hemisferio norte. Por ejemplo, así han estado apareciendo los rododendros bajo la ventana de nuestra cocina, tal como una congregación de frailes mercedarios con su capuz.

Rododendros nevados. Febrero 2018. Foto R.Puig

Y a poco que dieses una vuelta por las afueras podías sentirte como dentro de uno de esos cuadros que la factoría de los Brueghel producía como rosquillas.

Domingo en familia. Gotemburgo. Febrero 2018. Foto R.Puig

Domingo en familia. Gotemburgo. Sábado 3 de marzo de 2018. Foto R.Puig

Más o menos uno de este estilo

Pieter Brueghel el joven. Los placeres del invierno. Museo Magnin. Dijon

Pieter Brueghel el Joven. Los placeres del invierno, 1620, Museo Magnin. Dijon

Apacibles las imágenes de las familias, disfrutando del fin de semana en el lago helado de Delsjön, a corta distancia del centro de la ciudad…

Domingo en familia. Gotemburgo. Febrero 2018. Foto R.Puig

Domingo en familia. Gotemburgo. Sábado 3 de marzo de 2018. Foto R.Puig

papás amorosamente dedicados a su oficio,

para abajo…

Con papá en Delsjön. Foto R.Puig

Con papá en Delsjön. Foto R.Puig

y para arriba…

Con papá en Delsjön. Foto R.Puig

Con papá en Delsjön. Foto R.Puig

hermanos mayores voluntariosos

Hermanos. Foto R.Puig.JPG

paseantes

Paseando en el Delsjön. Foto R.Puig

Paseando en el Delsjön. Foto R.Puig

perros hiperactivos

Guau. Foto R.Puig

y el sol que se presenta tímido

Sol de invierno en el Delsjön. Febrero 2018. Foto R.Puig

Sol de invierno en el Delsjön. Sábado 3 de marzo de 2018. Foto R.Puig

casi tanto como nuestras siluetas

Siluetas en Delsjön. Foto R.Puig

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De otros fríos y otros ámbitos

Hubo otros tiempos en Suecia, cuando los pintores hacían de fotógrafos…

Isupptagningen (cortando hielo). Carl Larsson 1905

Isupptagningen (cortando hielo). Carl Larsson 1905

y no había neveras eléctricas.

Sin ir más lejos, en casa de mi abuelo, la primera nevera que conocí se cargaba con trozos de barra de hielo. Había fábricas que las producían. Aunque eso era en los años cincuenta del siglo XX, mientras que en la Suecia de Carl Larsson (1853 – 1919), los aserradores de hielo se ganaban la vida vendiendo los bloques que cortaban en los lagos helados. Como hace tres días se celebró el Día Internacional de la mujer trabajadora es oportuno mencionar que aquel pintor fue afortunado al conocer a Karin Bergöö (1859 – 1928), con la que se casó. Formaron equipo, combinando sus talentos complementarios.

.

Reminiscencias

Sin irnos tan lejos, me voy a permitir algunas reminiscencias personales que el frío me ha suscitado. Me llegan de los años 60, dalla mia carissima Italia. Han pasado cincuenta años.

Quizás el recuerdo se deba también a que los italianos andan una vez más deshojando, en este frío invierno, la margarita de un gobierno que parece imposible

Macizo del Ortles. 1966. Foto R.Puig

Macizo del Ortles. 1966. Foto R.Puig

Así se veía el macizo del Ortles cuando en aquellos años recorríamos, con piolet, crampones de correa y en cordada, las crestas y cumbres de las trece cimas. 

Refugio Casati y cima del Cevedale.Vieja postal años 60

Refugio Casati y cima del Cevedale. Vieja postal años 60

No dormíamos en los grandes refugios de las estaciones de esquí, sino más arriba, en aquellas reducidas cajas de metal con seis literas, sujetas con cables de acero en un recodo de la cresta, que no se aprecian en las postales.

Bivacco Meneghello. Foto: summitpost.org

El bivacco Meneghello en el 2015 (los hielos han retrocedido). Foto: summitpost.org

Son lo  que en italiano llaman bivacco y en español vivac.

Grupo Ortles y Cevedale. Vieja postal años 60

Grupo Ortles y Cevedale. Vieja postal años 60

No sé cuánto queda de aquellos glaciares por los que ascendíamos salvando grietas. Me gustaría volver a subir por aquellas soberbias pendientes de la Valtellina.

De mañana, listos para la 1ra etapa

Antes de la primera etapa: 2° por la derecha Filippo Clerici † nuestro maestro alpinista, y el último este bloguero

Son estos días de frío los que me han devuelto aquellos recuerdos, desde luego no tan fabulosos como aquel largo viaje en busca del tiempo perdido que la magdalena de Proust, al embeberla el narrador en su taza de té, generó en su consciencia.

Tredici cime. Valtellina 1968

Modestamente, con los restos de aquella vanidad desvanecida, quiero enviarles un saludo desde aquellos hielos, los de principios del otoño de 1968 sobre las cumbres que se alzan entre la Valtellina y el Parco Nazionale dello Stelvio.

Hace más frío, antes de la 2da etapa

Hoy hace más frío. Foto Filippo Clerici

Después de esta foto, en la escalada de aquel día, la tormenta de nieve nos cortó el paso y tuvimos que hacer marcha atrás…

El 9 de abril hará diez años que Filippo Clerici nos dejó. De él aprendí lo que sé del arte de escalar montañas. Bajando de una de sus marchas el 9 de abril del 2008, camino ya del valle, a los 72 años de edad, resbaló y su cabeza golpeó contra una roca. Nos dejó entre las montañas alpinas que tan bien conocía y tanto amaba.

Filippo Clerici (1935 - 2008)

Filippo Clerici (1935 – 2008)

Somos muchos los amigos que en Europa y América Latina le recordamos.

Un libro no es una cosa

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El libro aguarda. Foto R.Puig

Libro a la espera de su lector. Foto R. Puig

 

En memoria de José Luis Rouillon Arróspide

He terminado de leer un clásico de la crítica literaria francesa y he pensado que vale la pena extraer de su parte final (dedicada a la fenomenología de la lectura y más en particular al libro como lugar de una transmutación de la conciencia) algunas textos de su autor, el crítico literario belga Georges Poulet (1902 – 1991).

Era a mitad de los años 60 cuando nuestro profesor de Literatura en el Instituto de Humanidades Clásicas de Lima, el peruano José Luis Rouillon Arróspide S.J. (1928 –  2001), nos introducía en el análisis sobre el tiempo y el espacio literarios en particular en la obra de Marcel Proust, a partir de los primeros estudios del crítico belga.

Sirvan estas citas al elogio del libro y como recuerdo agradecido de aquellas lecciones lejanas que me abrieron el camino a muchísimas horas de enriquecedoras lecturas.

En una habitación vacía, encima de una mesa, un libro espera a su lector. Me parece que esta es la situación inicial de toda obra literaria. Antes de que alguien se ponga a leerla, hay sólo un objeto de papel que, simplemente, por su presencia inerte en un lugar cualquiera, afirma su existencia de objeto. De este modo, sobre los anaqueles de las bibliotecas, en las vitrinas de las librerías, los libros aguardan a que alguien venga a librarles de su materialidad, de su inmovilidad.

¿De verdad esperan, acechan la venida del que producirá en ellos el gran cambio que sabemos? Es poco probable. Todo lo que podemos afirmar es que antes de la llegada de su lector, los libros permanecen en el lugar y en el estado en que están. Sin duda no conocen la dolorosa brega del alma devorada por el deseo de un acontecimiento que la transforme. Mala suerte, parece que los libros desconocen las angustias de la espera. Como todo objeto material, han de estar satisfechos de su situación.

Sin embargo, esta indiferencia no acaba de convencerme del todo. Cuando veo los libros sobre las estanterías, los comparo a esos animales colocados por los comerciantes  en pequeñas jaulas, que ponen su esperanza en que un comprador los elija.

(,,,)

¿No sucede algo parecido con los libros? Encerrados en sí mismos, ignorados, en actitud humilde, permanecen en su sitio ofreciéndose, hasta ese momento en que un lector se interesa por ellos. ¿Saben que podrá conferirles otra forma de existencia? Se diría que en ellos brilla a veces la esperanza. ¡Léeme! parecen decirnos. Malamente resisto a su demanda. No, los libros no son como los otros objetos.

George Poulet, “La conscience critique”, Paris. Librairie José Corti, 1971, pp. 275 y 276

El libro aguarda. Foto R.Puig

El libro se ofrece. Foto R.Puig

Comprad un jarrón y ponedlo en casa encima de una mesa o de la chimenea, al cabo de un rato se habrá dejado domesticar por la mirada. Se habrá convertido en un huésped habitual de vuestro aposento. Pero no por eso dejará de ser un jarrón. Por el contrario, si tomáis un libro, le veréis ofrecerse, abrirse. Es esta apertura del libro la que me parece algo excepcional e importante. El libro no se encierra en sus propios contornos, no se instala como en un fortín. Aunque existe en sí mismo, no pide nada mejor que existir fuera de sí o que permitiros existir en él. En pocas palabras, lo que en su caso es extraordinario es que entre vosotros y él caen las barreras. Estáis en él, él está en vosotros, ya no hay más fuera ni dentro.

Ibidem, pp. 276 y 277

El libro se abre. Foto R. Puig

El libro se abre. Foto R. Puig

Como decía antes, es lo mismo que ocurre cuando se compra un pájaro, un perro o un gato; le veremos metamorfosearse en un amigo. De la misma manera, amar mis libros quiere decir que los reconozco como seres susceptibles de devolverme algo del afecto que les tengo.

(…)

Un libro está ahí, espera en una habitación vacía. Ahora bien, he aquí que alguien entra, yo por ejemplo, que hojeo el libro y me pongo a leerlo. Entonces, en ese momento preciso, veo que del objeto abierto ante mis ojos sale una cantidad de palabras, de imágenes, de ideas. Mi pensamiento se las apropia. Me doy cuenta de que lo que tengo en la mano no es ya un puro objeto, ni siquiera un simple ser viviente, sino que es un ser dotado de razón, una conciencia : conciencia de los demás, no diferente de la que supongo automáticamente en todos los seres humanos que encuentro; pero que en este caso especial se me presenta abierta, me permite que adentre mi mirada en su interior mismo, que me permite incluso -privilegio inusitado- pensar lo que ella piensa y sentir lo que siente.

Ibidem, pág. 277

El libro espera. Foto R.Puig

Porque el libro ha dejado de ser una realidad material. Se ha transmutado en una serie de signos que comienzan a existir por cuenta propia. ¿Dónde tiene lugar esta nueva existencia? Ciertamente no en el objeto de papel, seguramente tampoco en algún otro sitio del espacio exterior. Sólo queda un lugar posible para la existencia de los signos : mi fuero interior.

(…)

¿Cómo ha podido suceder? ¿Por qué procedimiento, gracias a qué intercesión? ¿Cómo he podido yo abrir tan completamente mi pensamiento a eso que de ordinario está excluido? ¿Cómo he podido penetrar con tanta facilidad en el interior de un pensamiento que la mayor parte del tiempo me está vedado? No lo sé. Sólo sé que, leyendo, percibo en mi mente multitud de ideas que se han instalado como en su casa. Sin duda aún son objetos : imágenes, nociones, palabras, y no obstante objetos de mi pensamiento.

(…)

El libro, como el jarrón, como una estatua, como una mesa, era un objeto entre los otros habitantes del mundo exterior : un mundo que de costumbre ocupan, juntos o yendo cada uno a lo suyo, sin que tengan ninguna necesidad de ser pensados por mi pensamiento; mientras que en el mundo interior donde, como los peces en el acuario, se desenvuelven palabras, imágenes e ideas, estas entidades mentales necesitan para existir del alojamiento que yo les procuro y que depende de mi conciencia.

Ibidem, pág. 278

El libro se abre. Foto R.Puig

“objetos de mi pensamiento”. Foto R. Puig

Ahí reside la notable transformación que la lectura opera en mí…

…soy alguien que llega a tener por objeto de sus propios pensamientos unos pensamientos extraídos de un libro que leo y que son las cogitaciones de otro. Son de otro y sin embargo soy yo el sujeto de ellas.

Pienso el pensamiento ajeno. Cierto que no tendría nada de sorprendente si pensase ese pensamiento como el de otro. Pero lo pienso como mío.

Soy el sujeto de pensamientos que no son míos. Mi conciencia se comporta como la conciencia de otro que no soy yo.

Ibidem, pág. 280

(,,,)

La obra se vive en mí. En cierto sentido se piensa, se significa ella misma en mí.

Esta extraña suplantación de yo mismo por la obra merece ser estudiada con más detenimiento…

Ibidem, pág. 285

A partir de aquí, Georges Poulet dedica las treinta páginas finales de su libro a terminar de definir su fenomenología de la conciencia crítica. La obra concluye con una concisa definición de la crítica literaria: 

toda crítica es inicialmente y fundamentalmente una crítica de la conciencia


Nota: La traducción de estos textos es mía, pero existe una versión española de la obra publicada bajo el título La conciencia crítica: de Madame de Staël a Barthes (Madrid, Editorial Machado, 1997)


 

Obras de José Luis Rouillon Arróspide

José Luis Rouillon

Anuario Jesuitas del Perú 2005

De la Estera al Ladrillo, Multimedia, Lima 1968

Una serie de cortometrajes producidos a lo largo de los años 70 centrados en la infancia de José María Arguedas : La fuga, El ayllu o Viseca, El arpa, Los cerros, y Juliucha el charanguero. Estas películas se conservan en el archivo que lleva el nombre del escritor, en la Biblioteca Central de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PCUP).

Edición de Cuentos olvidados y notas críticas a la obra de José María Arguedas, Lima. Imágenes y letras, 1973

Las formas fugaces de José María Eguren, Lima. Imágenes y Letras, 1974

José María Arguedas : realidad y mito, en colaboración con Luis Peirano Falconi, Vídeo documental, Lima, 1975

Aguarunas, 16mm Duración 12 minutos. Dirección y Montaje José Luis Rouillón. Producción: Lima,  CETUC (Centro de Teleducación) de la Universidad Católica (PUCP), 1976

José María Arguedas y la religión,  Rouillon Arróspide, José Luis. Lima 1978

Un Clarín en la noche (FILM): José Luis Rouillón. Guión: José Luis Rouillón y Tito Cacho. Prod.: Huellas S.A. Int.: Tito Cacho, Manuel Rodríguez, Américo Valdez, Jenny Rodríguez, Rosario Rouillón. Foto: Jorge Grundmann (color). Sonido: Edgar Lostaunau. Edición: Eva Grundmann. Música: Celso Garrido Lecca, Enrique Iturriaga. Prod. Ejec: J. Mohrbutter. Dir. Artística: Mario Pozzi Escot. Duración: 64 minutos, febrero 1983

Siete ensayos sobre la violencia en el Perú, Rouillón Arróspide, José Luis., Rubio Correa, Marcial., MacGregor Rolino, Felipe E. Lima Fundación Friedrich Ebert : Asociación Peruana de Estudios e Investigaciones para la Paz – APEP 1989

Edición de Sílex del divino amor de Antonio Ruiz de Montoya, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 1991

Traducción y edición del El pórtico del misterio de la segunda virtud, de Charles Péguy, Madrid, Ed. Encuentro, 1991

Winternitz: el arte hecho teología, Rouillon Arróspide José Luis. Lima 1993

Antonio Ruiz de Montoya y las reducciones del Paraguay, Asunción, Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch”, 1997

Vida de Antonio Ruiz de Montoya, Lima, Escuela Superior de Pedagogía, Filosofía y Letras “Antonio Ruiz de Montoya”, 2001

Historia de la Universidad (Antonio Ruiz de Montoya), Escuela Superior “Antonio Ruiz de Montoya”, 2001

Traducción y edición de Hermano Francisco de Julien Green, Santander, Sal Terrae, 2002

Traducción y edición del drama Los tres misterios de Charles Péguy, en colaboración con Javier del Prado, Manuel Pecellín Lancharro y María Badiola Dorronsoro, Madrid Ed. Encuentro, 2008

José Luis Rouillon dirigió también en los años 70 una serie de cortos centrados en la infancia de José María Arguedas : La fuga, El ayllu o Viseca, El arpa, Los cerros, y Juliucha el charanguero. Estas películas se conservan en el archivo que lleva el nombre del escritor, en la Biblioteca Central de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PCUP).

Asimismo hay un texto destacado de José Luis Rouillon en el libro Memorias y otros textos (Lima, Fondo Editorial PCUP, 2013) dedicado a su amigo Adolfo C. Winternitz, (Viena, 1906 – Lima, 1993), reconocido pintor y vitralista austriaco-peruano que fue fundador de la actual Facultad de Arte de la PUCP.

 

 

 

Cambio de hora

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Deshielo. Foto R.Puig

Deshielo. Foto R.Puig

 

Me he caido de la cama

para empujar

adelante los relojes.

.

Ya no parece

que he madrugado

tanto.

.

Lo llaman

qué ilusión

la hora de verano.

Ni un alma. Foto R.Puig

Ni un alma. Foto R.Puig

 

Por las calles

 primavera

no se asoma.

 

El domingo

ha amanecido

abandonado.

 

Marzo en el canal. Foto R.Puig

Marzo en el canal. Foto R.Puig

 

La nieve en retroceso

destapa

pasos antiguos.

.

Ecos de espuelas

en viejos patios

de caserma.

 

¡Rompan filas! Foto R.Puig

¡Rompan filas! Foto R.Puig

 

Hoy el sol

no hará

locuras.

 

Sol que no se atreve. Foto R.Puig

Sol que no se atreve. Foto R.Puig

.

Ha llegado el deshielo

y la marea

baja.

 

Bajamar. Foto R.Puig

Bajamar. Foto R.Puig

 

Con pelos despeinados

los muros

prometen verdes.

 

Esperando las flores. Foto R.Puig

Esperando las flores. Foto R.Puig

Errare humanum

bloguerisque

est

.

El sol

contradiciéndome

resplandece.

.

Azoteas y tejados

con su luz parisina

ha invadido

Tejados de Gotemburgo. 25 /03/2018. Foto R.Puig

Tejados de Gotemburgo. 25 /03/2018. 13:00 horas. Foto R.Puig

 

 

 

Primavera con una esquina blanca y algunas aprensiones

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Primaveral. Foto R.Puig

Primaveral. Foto R. Puig

El domingo pasado me despedí aquí mismo con un sol esplendoroso.

El martes por la mañana… Bueno, ese día, por la ventana de la cocina las cosas se veían diferentes…

Y no sé por qué -¡esas asociaciones de la mente!- pensé en Mario Benedetti  (1920 -2009) y en la esquina rota de su primavera, rota sí pero, en palabras de Beatriz, no desesperada.

Otra estación importante es la primavera. A mi mamá no le gusta la primavera porque fue en esa estación que aprehendieron a mi papá. Aprendieron sin hache es como ir a la escuela. Pero con hache es como ir a la policía. A mi papá lo aprehendieron con hache y como era primavera estaba con un pulóver verde. En la primavera también pasan cosas lindas como cuando mi amigo Arnoldo me presta el monopatín. Él también me lo prestaría en invierno pero Graciela no me deja porque dice que soy propensa y me voy a resfriar. En mi clase no hay ningún otro propenso. Graciela es mi mami. Otra cosa buenísima que tiene la primavera son las flores.

de “Primavera con una esquina rota”, Mario Benedetti, 1982

A Bella también le gustan las flores, mejor dicho todo lo que crece verde. El problema es que a veces se lo come y tiene problemas, nosotros también (ya me entienden), en especial si luego hay que limpiar la alfombra.

Bella es nuestra gata.

Bella en primavera. Foto R.Puig

Bella en primavera. Foto R.Puig

En todo caso, el martes durante un buen rato se acomodó extasiada delante de la ventana, contemplando a los gorriones sobre las ramas del árbol del patio.

Bella y la primavera. Foto R.Puig

Los gatos necesitan comer hierba, parece que así se purgan.

.

La gran lombriz de Gotemburgo

Las lombrices se purgan de otra manera, lo pueden leer con todo detalle en un texto de una página agraria que lo explica todo sobre los lumbrícidos.

Por ejemplo que

Para cavar, la lombriz contrae los músculos longitudinales, el cuerpo se dilata agrandando la abertura de la galería. Luego, al contraer los músculos longitudinales, se adelgaza y desliza. Se han observado lombrices remover piedras de más de cincuenta veces su peso, o penetrar sin dificultad en terrenos compactados donde difícilmente puede clavarse una laya.

Una buena parte del cuerpo de la lombriz está ocupado por el canal digestivo, tubo que la recorre de un extremo al otro. A medida que el animal cava la galería, incorpora tierra y materia orgánica, humedeciéndola previamente con enzimas para ablandar los tejidos vegetales.

agrobit. com

No tengo más remedio que contarles estas cosas porque es probable que, de vez en cuando y hasta 2026, me haga eco de algo que ya ha empezado a suceder en Gotemburgo…

Lumbricus rubellus, Foto Malcolm Storey

Lumbricus rubellus. Foto Malcolm Storey

Tras largos años de dimes y diretes, las autoridades estatales y locales, prometiendo un futuro de crecimiento económico y de bienestar ciudadano, se han lanzado a la construcción de una derivación ferroviaria de ocho kilómetros, que incluye la perforación de seis kilómetros de túnel bajo el núcleo central de Gotemburgo.

Oficialmente lo llaman el Västlänken (el enlace occidental). Para simplificar lo llamaremos el  lumbricus magnus.

Västlänken o la lombriz gigante de Gotemburgo

Durante años, este poderoso gusano regurgitará toneladas de tierra bajo los barrios, canales y parques centrales de la ciudad. Cientos de comunidades de vecinos están contratando peritajes para certificar la estabilidad de sus edificios, por si el paso de la lombriz glotona llegase a convertir sus casas en torres de Pisa.

Hay muchos habitantes de la ciudad que ya empiezan a soñar con los bramidos subterráneos, las trepidaciones incesantes de los grandes volquetes y los enormes hoyos por los que asomará de vez en cuando la bestia. Los defensores de la ciudad alegre y confiada se manifiestan tristes y suspicaces.

Manifestación contra el Västlänken. Foto Göteborgs-Posten

Manifestación contra el Västlänken. Foto Göteborgs-Posten

Continuará…

 

 

 

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